Elon Musk saca las tijeras
El magnate ha empezado a contratar empleados para el Departamento de Eficacia Gubernamental y a señalar algunos gastos que recortar
Elon Musk ha estado en los últimos meses en todas las salsas. Primero en la campaña, como generoso donante y entregado mitinero, y luego en la transición, como ...
Elon Musk ha estado en los últimos meses en todas las salsas. Primero en la campaña, como generoso donante y entregado mitinero, y luego en la transición, como acompañante del presidente electo de Estados Unidos y agitador de causas variopintas. Con la toma de posesión de Donald Trump, llega el momento de empezar a ejercer la tarea que le ha encomendado: una reforma drástica de la Administración. Musk ha empezado a prepararse para sacar las tijeras y recortar gasto y regulaciones. Se propone “hacer temblar el sistema”, entre otras cosas, en su propio beneficio.
La última semana del mandato del presidente Joe Biden ha puesto de manifiesto algunos de los conflictos de intereses que pueden surgir en su afán contra cualquier regulación. La Comisión de Valores y Bolsa (SEC) le demandó el martes por saltarse la ley y engañar a los inversores en la compra de Twitter, con un beneficio ilícito estimado de más de 150 millones de dólares. La Administración Federal de Aviación (FAA) detuvo el viernes temporalmente los lanzamientos de su nave espacial Starship tras abrir una investigación por una explosión del artefacto que obligó a desviar vuelos comerciales y provocó una lluvia de restos hacia las islas del Caribe.
En sus mítines de campaña, Musk dejó claro que uno de sus objetivos era liberar trabas para sus ensayos espaciales. “Marte será imposible. Estaremos para siempre confinados en la Tierra”, dijo que sería el resultado de una victoria de Kamala Harris.
Musk acudirá este fin de semana a Washington para la investidura del presidente. Se espera que intervenga en el mitin del domingo en el Capital One Arena. Será uno de los testigos directos que verán a Trump jurar la Constitución en el interior del Capitolio. El magnate estará luego al frente del autodenominado e inexistente Departamento de Eficiencia Gubernamental, DOGE, un guiño a Dogecoin, la criptodivisa derivada de bitcoin que usa un perro como mascota y que de algún modo él apadrina. Le acompañará el milenial trumpista Vivek Ramaswamy, rival de Trump en las primarias que no aguantó el primer asalto.
“Lo que me gusta de Elon es que es un gran recortador de costes, y Elon cree que puede reducir los costes de nuestro Gobierno en dos billones de dólares”, dijo Trump en una entrevista de campaña en Glendale (Arizona). “Y creo que puede hacerlo”, añadió.
Cuando Elon Musk compró Twitter, despidió al 75% de la plantilla. Suprimió los equipos de moderación de contenidos, pero prescindió también de parte de los ingenieros y de los equipos comerciales. Hubo múltiples problemas, momentos de caos, pérdida de ingresos y una caída en picado de la valoración de la empresa, pero la red social siguió funcionando. Replicar ese manual en la Administración pública no será tarea fácil.
Estatus peculiar en la Casa Blanca
El hombre más rico del mundo tendrá espacio de trabajo en el complejo de la Casa Blanca, en el edificio de oficinas adyacente al palacio presidencial. Con todo, el trabajo del DOGE se mantendrá al margen del aparato administrativo tradicional. Su peculiar estatus pondrá a prueba la aplicación de normativas de transparencia, conflictos de intereses y otras normas que se aplican al aparato administrativo tradicional y a sus miembros.
El DOGE, de hecho, no tendrá poder para tomar decisiones. Formulará recomendaciones a la Casa Blanca y al Congreso, competente no solo en materia presupuestaria, sino también en la mayoría de los asuntos que tengan que ver con la supresión o reordenación de agencias.
La estructura del DOGE se mantiene en secreto. Parece que funcionará más bien como un grupo informal. Musk pidió inicialmente voluntarios altamente capacitados dispuestos a trabajar 80 horas semanales sin sueldo. La oferta no debió ser lo suficientemente tentadora. Hace dos semanas, la cuenta del DOGE se lanzó a pedir currículos para trabajos remunerados “Estamos reclutando un número muy reducido de ingenieros de software e ingenieros de seguridad informática asalariados a tiempo completo. Si estás interesado, envíanos por mensaje directo algunos puntos que demuestren tu capacidad excepcional y tu número de teléfono móvil”, escribió el DOGE en su cuenta de X.
El magnate ha recurrido a la ayuda de inversores y empresarios de Silicon Valley, entre ellos Peter Thiel, para el que trabajó el vicepresidente electo, J. D. Vance. Han creado grupos de mensajería con los que se comunican y tratan de organizarse.
El DOGE ha empezado a poner la diana sobre algunos gastos, como los destinados a la ayuda al desarrollo. Su recorte encajaría en la política nacionalista y aislacionista de Trump. También ha ido señalando alguna que otra partida de no gran cuantía de aparentes despilfarros de dinero público. Recortar dos billones sobre un presupuesto de 6,5 billones, sin embargo, no será tarea fácil. La mayoría son intereses de la deuda (con tendencia al alza), gasto militar (que Trump quiere aumentar) y prestaciones reconocidas (como seguridad social y sanidad, que el presidente electo prometió en campaña respetar). El 4 de julio de 2026, día del 250º aniversario de la independencia de Estados Unidos, y fecha fijada para completar su trabajo, se verá si ha tenido éxito.