China dispara un misil balístico intercontinental al Pacífico en un alarde de músculo nuclear
Se trata del primer ensayo bélico de este tipo que realiza el gigante asiático desde 1980
China ha disparado este miércoles un misil balístico intercontinental hacia el océano Pacífico, en una muestra poco frecuente de músculo militar proyectado hacia las aguas de la región. Es el primer lanzamiento de envergadura desde la prueba de misiles hipersónicos del verano de 2021 y el primero de este estilo que la República Popular ha hecho público, al menos desde 1980, cuando disparó hacia aguas del Pacífico Sur, según diversos analis...
China ha disparado este miércoles un misil balístico intercontinental hacia el océano Pacífico, en una muestra poco frecuente de músculo militar proyectado hacia las aguas de la región. Es el primer lanzamiento de envergadura desde la prueba de misiles hipersónicos del verano de 2021 y el primero de este estilo que la República Popular ha hecho público, al menos desde 1980, cuando disparó hacia aguas del Pacífico Sur, según diversos analistas.
El ensayo bélico coincide con una intensa actividad de lanzamientos de misiles y otros ejercicios por parte del Ejército de Liberación Popular (EPL, el ejército chino), según ha denunciado en un comunicado el Ministerio de Defensa de Taiwán, que ha estado supervisando la situación. Se produce además una semana después de que, por primera vez, los tres portaaviones de la armada china se encuentren desplegados de maniobras de forma simultánea.
El misil, cargado con una ojiva simulada de entrenamiento, ha sido disparado a las 8.44 horas de esta mañana (las 2.44 de la madrugada en la España peninsular), y ha aterrizado “con precisión en la zona designada”, según un comunicado de un portavoz del Ministerio de Defensa chino que ha difundido la agencia oficial Xinhua.
El disparo ha sido “una actividad rutinaria del entrenamiento militar anual de la Fuerza de Misiles” del EPL, añade la citada agencia. El objetivo era poner a prueba “el rendimiento de las armas y equipos y el nivel de adiestramiento de las tropas”, y se han logrado los propósitos previstos, según el ministerio. En la nota no se especifica ni el lugar del lanzamiento ni el del impacto, pero sí se indica que Pekín notificó con antelación esta operación “a los países pertinentes”.
El ejercicio es poco habitual, ya que China suele realizar este tipo de ensayos disparando hacia sus desiertos occidentales desde su costa oriental, según ha contado a la agencia AP James M. Acton, codirector del Programa de Política Nuclear y miembro veterano de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. La prueba, aunque inusual, es similar a las que Estados Unidos realiza para su propia flota de misiles balísticos. “Cuando no han hecho algo en 44 años y luego lo hacen, es significativo”, ha asegurado Acton. “Es la forma que tiene China de decirnos: ‘Como vosotros, no nos avergonzamos de tener armas nucleares y vamos a comportarnos como una gran potencia nuclear”.
Algunos analistas han hecho notar que el lanzamiento llega después de que la fuerza de misiles haya sufrido un golpe de credibilidad, tras las destituciones por presunta corrupción en la cúpula del Ministerio de Defensa y en la propia rama del ejército dedicada a los misiles convencionales y nucleares. La prueba llega también en un momento delicado entre Pekín y Washington, cuyas líneas de comunicación militar están en fase de reconexión después de dos años prácticamente rotas. El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, tienen previsto mantener una conversación telefónica en las próximas semanas.
500 cabezas nucleares
Se estima que la segunda potencia del planeta cuenta con unas 500 cabezas nucleares que pueden lanzarse por aire, mar y tierra, y se considera probable que su arsenal nuclear aumente en las próximas décadas, según Arms Control Center, un instituto con sede en Washington. Pekín considera que su capacidad nuclear es una pata clave de la modernización de su fuerza militar, una de las grandes obsesiones de Xi Jinping desde que dirige el país. China cuenta con un programa atómico que arrancó en la década de 1950 gracias a la ayuda de la Unión Soviética. El país mantiene oficialmente una política de “no primer uso”, lo que significa que no sería la primera en utilizar un arma nuclear en un conflicto.
Pekín continúa en una senda de “rápida expansión nuclear” y China probablemente tendrá más de 1.000 ojivas nucleares operativas en 2030, gran parte de las cuales se desplegarán en niveles de preparación más altos, afirma el Departamento de Defensa estadounidense en un informe de 2023. Esta capacidad continuará creciendo hasta 2035, en línea con el objetivo chino de asegurar que la modernización de su ejército esté “básicamente completa” ese año, un hito importante en el camino hacia el objetivo de Xi de tener un ejército de “clase mundial” para 2049, añade el informe.