Macron inicia las consultas con los líderes de los partidos para nombrar a un primer ministro
La alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular y su candidata, Lucie Castets, es la primera en reunirse con el presidente
El objetivo es convencer al presidente de que son capaces de gobernar Francia, reunir una mayoría y no ser derrocados de inmediato por una moción de censura. Emmanuel Macron inicia este viernes una serie de consultas con los jefes de los grupos políticos y parlamentarios, con vistas a nombrar un primer ministro. Las discusiones se realizan por separado y proseguirán el lunes, siete semanas después de la segunda vuelta de las legislativ...
El objetivo es convencer al presidente de que son capaces de gobernar Francia, reunir una mayoría y no ser derrocados de inmediato por una moción de censura. Emmanuel Macron inicia este viernes una serie de consultas con los jefes de los grupos políticos y parlamentarios, con vistas a nombrar un primer ministro. Las discusiones se realizan por separado y proseguirán el lunes, siete semanas después de la segunda vuelta de las legislativas, que dejaron al país al borde del bloqueo con un hemiciclo dividido en tres bloques, todos lejos de la mayoría. El Nuevo Frente Popular, la alianza de izquierdas que se formó para hacer frente a la extrema derecha, será el primero en reunirse, junto a su candidata, Lucie Castets, con el jefe de Estado.
El primer ministro que, según el Elíseo, será nombrado “en la prolongación de esas consultas y de sus conclusiones”, afrontará una tarea titánica para Francia, donde la cultura de la coalición está poco arraigada. Los compromisos, sin embargo, serán necesarios para gobernar el país durante al menos un año, ya que no pueden convocarse nuevas elecciones legislativas hasta junio de 2025. Las últimas, las del 7 de julio, fragmentaron aún más el paisaje político, con tres bloques bastante igualados —la izquierda en cabeza, el centroderecha un poco detrás y la extrema derecha en tercer lugar—, aunque todos lejos de la mayoría absoluta de 289 escaños.
La política francesa, desde entonces, está en vilo. Sin primer ministro y con un Ejecutivo en funciones, cuando el plazo para presentar los próximos presupuestos está a la vuelta de la esquina. El Nuevo Frente Popular, que agrupa a La Francia Insumisa [LFI, hermanada con el partido español Podemos], socialistas, comunistas y ecologistas, reclama designar al próximo jefe de Gobierno como dicta la tradición política. El argumento que esgrime es que se ha convertido en el primer grupo parlamentario, con 193 diputados en la Asamblea Nacional, la Cámara baja. Macron, en cambio, no lo ve así. Para él, nadie ganó las elecciones y al no haber ningún bloque con mayoría, debe formarse una coalición mayoritaria con diputados del centro, la izquierda y la derecha moderadas.
Las consultas que empiezan el viernes, subraya el Elíseo, buscan determinar qué fuerzas políticas podrán asegurar lo que pidió Macron a mediados de julio en su carta a los franceses: una “mayoría sólida”, es decir estable, y “necesariamente plural”, adscrita a principios como la defensa de la Unión Europea. Macron, insistieron fuentes de la presidencia el jueves, desempeña ahora el papel de árbitro y de garante de las instituciones.
El tiempo corre, sobre todo para los próximos presupuestos, que deberán ser revisados por el Parlamento a partir del 1 de octubre. En los últimos días, han ido creciendo las presiones. Tanto en la oposición como entre los aliados de Macron y hasta en los medios de comunicación. “Este prolongado letargo, sin precedentes en la V República, no puede continuar. Los ministros ocupan escaños parlamentarios contraviniendo la Constitución. Los electores tienen todo el derecho a sentir que su expresión democrática ha sido desoída”, advierte un editorial de Le Monde. El final de la incertidumbre, se supone, está ahora cada vez más cerca.
Reuniones por orden
Las reuniones se desarrollarán por orden. Empezarán los que hayan obtenido más diputados. El mandatario recibirá primero a los representantes del NFP y su candidata, Lucie Castets. Después será el turno del bloque presidencial (macronistas, partido Horizons y MoDem), seguido de la derecha de Los Republicanos y el pequeño grupo regionalista y centrista LIOT. La extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (RN, 126 diputados) se reunirá con Macron el lunes, antes del partido de Éric Ciotti, el expresidente de la derecha tradicional francesa expulsado de la formación en junio por querer pactar con Marine Le Pen.
¿Qué les preguntará Macron? El Elíseo no ha detallado ese punto, pero insiste en la necesidad de “estabilidad”. En otras palabras: que el primer ministro y su Gobierno no caigan con la primera moción de censura. En Francia no hay voto de investidura al jefe del Ejecutivo. El primer ministro, nombrado por el presidente, gobierna a menos que una mayoría de la Asamblea lo haga caer. Tanto la derecha como la extrema derecha ya han amenazado con derrocar al NFP si incluye ministros de LFI, el partido de Jean-Luc Mélenchon. Y el dirigente ya descartó nombrar a Castets, la candidata de la izquierda unida, como primera ministra.
“Estamos listos”, escribieron el jueves en una carta a los franceses los representantes de la coalición. La misiva se dirige al conjunto de la población, incluso a los electores de derecha o extrema derecha que no votaron por el NFP, y afirma que la alianza desea “romper con la lógica de un campo contra otro”. “Somos conscientes de ello: tenemos que inventar una nueva forma de gobernar en la V República”, continúan. En los últimos días, Castets, una alta funcionaria del Ayuntamiento de París de 37 años, multiplicó las señales de apertura. Después de que LFI —el partido con más peso en la alianza— amenazase con lanzar un proceso de destitución contra Macron en caso de que no la nombrase como primera ministra, trató de tranquilizar: “Mi objetivo no es la destitución, es la cohabitación”.
El presidente mantiene el suspense. Incluso después del paréntesis de los Juegos Olímpicos de París, durante los cuales pidió una “tregua”. Un respiro para que partidos y grupos políticos pudiesen aclarar la situación. Los conservadores de Los Republicanos [LR, hermanados con el PP] ofrecieron a finales de julio un “pacto legislativo” a la coalición presidencial, con proposiciones que consideran prioritarias en torno a la inmigración, la seguridad o las finanzas públicas. El presidente del grupo LR en la Asamblea, Laurent Wauquiez, excluyó, sin embargo, una “coalición de Gobierno”. “Somos independientes y seguiremos siéndolo”, insistió el político, cuyo partido obtuvo 47 escaños. Junto a los centristas (166) superarían al NFP, pero seguirían lejos de la mayoría absoluta.
De momento reina la incertidumbre. En las últimas semanas, han emergido nombres de posibles candidatos, como Xavier Bertrand, actual presidente conservador de la región de Altos de Francia; Michel Barnier, excomisario europeo y negociador de la UE para el Brexit; o incluso Valérie Pécresse, presidenta conservadora de la región de París.
También el del socialista Karim Bouamrane, el alcalde de la banlieue de Saint-Ouen, muy crítico con LFI, al igual que otras corrientes minoritarias dentro del Partido Socialista, que recibieron cierto eco mediático en los últimos días tras la amenaza de destitución de los partidarios de Mélenchon. El edil del extrarradio parisino, sin embargo, ha descartado cualquier contacto con Macron sobre este tema. Otro nombre que se baraja es el de Bernard Cazeneuve, ex primer ministro del socialista François Hollande, que abandonó el partido en 2022, tras el acuerdo de su formación con LFI para crear una alianza con ecologistas y comunistas.
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