Israel asegura haber matado a un mando de Hamás en el ataque con 90 muertos en una zona humanitaria de Gaza

El ejército israelí acusa al asesinado Rafa Salama de participar en la matanza del 7 de octubre y en el secuestro del soldado Gilad Shalit

Liberación del soldado israelí Gilad Shalit el 18 de octubre de 2011, tras cinco años secuestrado en Gaza por Rafa Salama, el mando de Hamás cuyo asesinato ha confirmado Israel este domingo. Junto a él, camina Benjamin Netanyahu (2º izda) en una imagen de archivo de las Fuerzas de Defensa de Israel.Handout

El ejército de Israel ha asegurado este domingo que entre las víctimas mortales del bombardeo sobre una zona de acampada humanitaria de Gaza en el que asesinó, al menos, a 90 personas el sábado estaba un cargo de Hamás en la zona de Jan Yunis llamado Rafa Salama. Se trata de uno de los lugartenientes del jefe del brazo armado del grupo en la Franja, ...

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El ejército de Israel ha asegurado este domingo que entre las víctimas mortales del bombardeo sobre una zona de acampada humanitaria de Gaza en el que asesinó, al menos, a 90 personas el sábado estaba un cargo de Hamás en la zona de Jan Yunis llamado Rafa Salama. Se trata de uno de los lugartenientes del jefe del brazo armado del grupo en la Franja, Mohamed Deif, que era, como reconocieron las autoridades israelíes, el verdadero objetivo de uno de los peores ataques de las tropas de ocupación contra la población durante la guerra. Salama estaba acusado también de participar en el ataque en territorio israelí en el que Hamás asesinó a unas 1.200 personas el pasado 7 de octubre, según señala el ejército israelí para justificar un bombardeo con tantos muertos.

Pese a todo, el conocido como Movimiento de Resistencia Islámica ha afirmado que se mantendrán los contactos con Israel para tratar de alcanzar un acuerdo de alto el fuego. Esa era una de las grandes incógnitas tras el ataque llevado a cabo en la zona de Al Mawasi, que acoge en el sur de gaza a cientos de miles de desplazados forzosos por los militares israelíes desde distintas zonas del enclave palestino. Fuentes israelíes confirmaron a la televisión pública Kan que las negociaciones van a continuar en los próximos días en Doha (Qatar).

En un perfil del asesinado publicado por el ejército de Israel, se añade que Salama fue una pieza clave en el sonado secuestro en 2006 del soldado israelí Gilad Shalit, que, tras cinco años de cautiverio en la Franja, acabó siendo liberado a cambio de más de un millar de presos palestinos que acabaron saliendo de penales israelíes en 2011. También, añaden los portavoces castrenses en la red social X, desarrolló un papel importante en la ampliación del sistema de túneles que emplean los fundamentalistas a lo largo de toda la Franja. “Su eliminación supone infligir un daño importante al funcionamiento militar de la organización terrorista Hamás”, añaden.

Mientras, el ejército no ha dejado de bombardear otras zonas de la Franja. Este domingo, al menos 12 personas morían tras un ataque en el campo de Nuseirat a una escuela de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés) que acogía a cientos de desplazados. Como en ocasiones anteriores, el ejército defendió ese ataque porque, aseguran, esas instalaciones estaban siendo empleadas por integrantes de Hamás. “Antes del ataque, se hicieron muchos esfuerzos para minimizar el daño a los civiles, incluido el uso de armas precisas y más inteligencia. Hamás está violando sistemáticamente el derecho internacional, al tiempo que se aprovecha cruelmente de las instituciones civiles y utiliza a la población como escudo humano”, señalaron en un comunicado.

El jefe de los servicios secretos interiores de Israel (Shin Bet), Ronen Bar, ha explicado que el intento de asesinato de Mohammed Deif fue el resultado de una operación de “inteligencia precisa”, informa el diario Haaretz. Bar ha añadido durante una reunión con militares sobre la situación bélica que 25 miembros de Hamás que participaron en la matanza del 7 de octubre han sido asesinados en Gaza durante esta semana.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, reconoció en la noche del sábado que no estaba seguro de que Deif hubiera sido asesinado en el ataque que él mismo supervisó en la distancia. Tampoco confirmó la muerte de ningún miembro de Hamás en su comparecencia ante medios israelíes en Tel Aviv. Sí quiso dejar claro, más allá de lo que se pueda estar negociando en Doha o en El Cairo, que su objetivo sigue siendo eliminar cualquier capacidad militar de Hamás, pese a las dudas que conseguirlo genera entre sus propios militares, y traer de vuelta todos los rehenes vivos que pueda.

“De una forma u otra”, Israel acabará con todos los líderes de Hamás, dijo el primer ministro. También aseguró que su ejército mantendrá el control del conocido como corredor Filadelfia, el que transcurre a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto, pese a que algunos negociadores han informado de que se están estudiando alternativas.

Ataques ilegales

Israel y Hamás se acusan mutuamente de emplear a civiles como escudos humanos, algo que está en contra de la legislación internacional. Incluso con elementos de Hamás localizados, como argumenta Israel, el derecho internacional humanitario obliga a actuar bajo los principios de distinción, proporcionalidad y precaución. Eso significa que son ilegales ataques donde civiles y milicianos no se distinguen; donde la proporción de civiles es mayor que la de combatientes, y, además, esas operaciones han de llevarse a cabo en el momento en que se pueda causar menos daños a la población. Bombardeos como el del sábado no son una excepción y siguen un patrón que marca la línea en que suele operar el ejército del Estado judío en Gaza.

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