Sunak invoca el espíritu de Thatcher y promete bajar impuestos

El candidato conservador anuncia una nueva “nación de propietarios” como la que creo la ‘dama de hierro’ y propone recortes en ayudas sociales

Rishi Sunak presenta este martes el programa electoral del Partido Conservador en las instalaciones del circuito de Silverstone.NEIL HALL (EFE)

Cuando todo lo demás falla, un candidato conservador puede siempre recurrir al espíritu de Margaret Thatcher. Después de tres semanas turbulentas en las que nada ha ido bien para Rishi Sunak, el primer ministro ha presentado este martes su programa-manifiesto político —...

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Cuando todo lo demás falla, un candidato conservador puede siempre recurrir al espíritu de Margaret Thatcher. Después de tres semanas turbulentas en las que nada ha ido bien para Rishi Sunak, el primer ministro ha presentado este martes su programa-manifiesto político —uno de los momentos clave de la campaña electoral en el Reino Unido— y el mensaje tenía el sello de la Dama de Hierro: bajada de impuestos, ayudas para comprar vivienda, recortes en las ayudas sociales, y ataques sin tregua a las propuestas “socialistas” de sus rivales.

“Somos el partido de Margaret Thatcher y Nigel Lawson [el ministro de Economía que la acompañó]. Un partido que, al contrario que los laboristas, cree en la gestión saludable del dinero. Todos los planes que presentamos hoy, como no podía ser de otro modo, tienen un soporte financiero”, aseguraba Sunak ante sus ministros, los invitados al evento y la prensa. “Podremos sostener esa rebaja permanente de impuestos gracias a limitar subidas insostenibles de las ayudas sociales a aquellos en edad de trabajar. Porque creemos que lo moralmente correcto es que aquellos que pueden trabajar lo hagan. Y que los que trabajan duro puedan conservar su dinero. Es decir, menos ayudas al bienestar para que haya menos impuestos”, decía el primer ministro entre aplausos más autómatas que entusiastas de los presentes.

Sunak tiene la disciplina y el tesón de un tecnócrata, pero carece del don de la oportunidad que otros políticos despliegan en campaña. El Partido Conservador había preparado para la presentación del manifiesto un escenario que en manos, por ejemplo, de Boris Johnson, habría sido un derroche de ocurrencias y metáforas: el circuito de Silverstone. El más antiguo de la Fórmula 1, en un país que da sede a siete de los 10 equipos que participan hoy en la competición y que ha dado el mayor número de campeones de un Gran Premio en la historia del automovilismo. “Es un buen momento para tomar la curva”, se limitaba a señalar, con la esperanza de dejar atrás las torpezas acumuladas durante la campaña.

Bajada forzada de impuestos

Los apenas dos años de mandato como primer ministro de Sunak han sido un forcejeo constante entre los diputados conservadores, que reclamaban una bajada de impuestos para sobrevivir políticamente, y el rigor presupuestario y fiscal que Downing Street se ha visto obligado a imponer para salir de la debacle económica y de reputación que provocó su antecesora, Liz Truss, en apenas 45 días en el cargo.

Con una inflación que por fin ha descendido a niveles comparables a los de la UE, y un leve crecimiento económico en el primer trimestre del año (0,6%), Sunak y su ministro de Economía, Jeremy Hunt, han buscado debajo de las piedras regalos fiscales con los que dar alegría a la campaña de los tories.

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Son cerca de 20.000 millones de euros en rebajas de impuestos, y el candidato conservador asegura que las cuentas cuadran. De momento, el nuevo programa anuncia otro recorte de dos puntos porcentuales en el National Insurance (algo así como la cotización a la Seguridad Social) que paga el trabajador. Desde que Sunak es primer ministro, ha rebajado este gravamen del 12% al 8%, y ahora promete reducirlo al 6%.

La sorpresa ha llegado, sobre todo, para los autónomos, a los que ha prometido que prácticamente dejarán de pagar esa cotización.

El programa incluye también el compromiso de eliminar el impuesto sobre la renta de los pensionistas, y de mejorar las condiciones fiscales de todos aquellos ciudadanos que reciben ayudas por hijos.

Una nación de propietarios

La crisis de la vivienda que sufre el Reino Unido, no muy distinta a la que padecen otros países europeos, ha forzado a conservadores y laboristas a lanzarse a competir en sus propuestas. Sunak promete construir 1,6 millones más de residencias (100.000 más de las que los conservadores prometieron en 2019 y no llegaron a entregar); suprimir el stamp duty (impuesto de compraventa de viviendas) en las casas de hasta medio millón de euros, y hasta 1.200 millones en ayudas a los primeros compradores.

El primer ministro pretende revivir el logro de Thatcher —tal y como lo recuerdan los conservadores— de haber construido una “nación de propietarios”, al permitir que millones de británicos compraran la vivienda social que tenían en alquiler.

“Queremos crear una nueva generación que se incorpore a la escalera de los propietarios; una sociedad en la que más y más gente tenga la seguridad y el orgullo que proporciona ser dueño de tu propia casa. Desde la era de Thatcher, los conservadores somos el partido de una democracia de propietarios”, proclamaba Sunak.

Recortes sociales

El primer ministro comenzó a aplicar durante su mandato recortes en muchas de las ayudas y subvenciones públicas que la pandemia infló. Sunak ha rescatado ahora ese discurso, con ecos neoliberales que persiguen agradar al sector más tatcheriano de su partido. Las medidas propuestas pretenden que muchos de los ciudadanos que hasta ahora han alegado problemas de movilidad o de salud mental deban reincorporarse al mercado laboral. Retirarán de modo drástico las ayudas a todos los que pasen más de un año sin aceptar ofertas de trabajo, y reformarán la ley que regula las bajas laborales, para arrebatar la capacidad de conceder bajas a los médicos de familia.

Sunak confía en ahorrar, con estos recortes sociales, hasta 14.000 millones de euros que ayudarían a financiar las bajadas de impuestos prometidas. “Hasta ahora, lo que prometen son regalos que serán financiados por unos ahorros inciertos, poco específicos y que solo en apariencia no producirán víctimas. Disculpen que tenga un cierto grado de escepticismo”, ha dicho Paul Johnson, el director del Instituto de Estudios Fiscales, un centro de análisis independiente, al conocer las propuestas conservadoras.

Con la presentación del manifiesto, Sunak ya no tiene más conejos en la chistera. Y eso ayuda a explicar por qué parte de su discurso se centra en intentar despertar miedo entre los votantes conservadores frente a la expectativa de que su rival, el laborista Keir Starmer, sea el nuevo primer ministro: “Os está pidiendo que le entreguéis un cheque en blanco, sin decir qué quiere comprar ni cuánto le va a costar”, aseguraba este martes en el circuito de Silverstone un candidato conservador del que muchos de los suyos comienzan a sospechar que tiene el motor cegado.

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