Orbán eleva la amenaza de vetar las conversaciones de adhesión de Ucrania a la UE
El Consejo Europeo planea abrir negociaciones con Kiev, pero Hungría rechaza la entrada del país invadido por Rusia y un nuevo fondo de 50.000 millones de euros para mantenerlo a flote
Hungría ha pasado de ser el electrón libre de la UE a instalarse ya en su papel de agente perturbador del club comunitario. El primer ministro ultraconservador húngaro, Viktor Orbán, ha elevado sus amenazas contra la apertura de negociaciones de adhesión de Ucrania a la UE. En una carta enviada este lunes al presidente ...
Hungría ha pasado de ser el electrón libre de la UE a instalarse ya en su papel de agente perturbador del club comunitario. El primer ministro ultraconservador húngaro, Viktor Orbán, ha elevado sus amenazas contra la apertura de negociaciones de adhesión de Ucrania a la UE. En una carta enviada este lunes al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, Orbán exige que ni siquiera se trate el tema en la próxima reunión de líderes de la UE, el 14 y 15 de diciembre. “La evidente falta de consenso conduciría inevitablemente al fracaso”, lanza el primer ministro en la misiva, a la que ha tenido acceso EL PAÍS. El Consejo Europeo planea abrir las negociaciones de ingreso con el país invadido (y con Moldavia) en la última cumbre del año, según el borrador del compromiso final de la reunión, que ha visto este diario. Ahora, ese paso histórico anhelado por Kiev y que recomendó la Comisión Europea, al asumir que el país del Este ha completado casi todas las reformas requeridas, puede descarrilar.
El veto que ondea como un órdago Budapest no solo amenaza las conversaciones para que Ucrania se integre en la UE —para lo que hay un consenso mayoritario entre los Veintisiete—, sino que también pone en riesgo un nuevo instrumento económico dotado con 50.000 millones de euros para cuatro años que propuso Bruselas para ayudar al país y que se ha incluido en la revisión del marco financiero plurianual de la UE que tienen que decidir ahora los socios.
Orbán se opone a ese nuevo paquete para Kiev. Sin esos fondos será muy difícil mantener a flote al país invadido por Rusia, que se aproxima al segundo aniversario de la guerra a gran escala. La de este lunes es la segunda carta en la misma línea de Orbán al presidente del Consejo Europeo; hace un mes envió otra amenaza. Además, llega en medio de la incertidumbre en Ucrania en torno a cuánto durará el apoyo occidental y en momentos de moral baja. Se produce también después una ofensiva diplomática de Michel y de otros líderes de Estados miembros para tratar de acercar al ultraconservador populista húngaro a la postura común. Pero Orbán, que además presiona a la Comisión Europea para que le descongele miles de millones de euros que mantiene inmovilizados por sus vulneraciones del Estado de derecho, lejos de acercarse a la senda común, se aleja todavía más.
La postura del primer ministro húngaro preocupa en Bruselas. Cada vez es más difícil hallar un punto en común con Orbán, considerado como un aliado de Vladímir Putin dentro de la UE. Sin embargo, algunas fuentes comunitarias apuntan a que la postura del primer ministro húngaro trata de hacer ruido y ejercer más presión para lograr una contrapartida de Bruselas si no veta las medidas sobre Ucrania y el presupuesto común de la UE de la última y decisiva cumbre del año. Una reunión que ya se prevé dura y compleja. “Hay expectativas de que en esta ocasión el Consejo Europeo pueda y deba decidir sobre el inicio de las negociaciones de adhesión con Ucrania”, dice Orbán en la carta. “En vista del nivel actual de los preparativos políticos y técnicos, estas expectativas son infundadas”, sigue el primer ministro húngaro, que asegura que la recomendación del Ejecutivo comunitario a los socios de que abra esa vía para Kiev marca “el fin de la política de la ampliación de la UE como objetivo basado en el mérito”.
Mientras, la UE defiende la ampliación hacia el este y también que tanto Moldavia como Ucrania transitan por la buena dirección con sus reformas contra la corrupción y para asimilarse a los estándares del Estado de derecho de la Unión. “La ampliación es una inversión en paz, seguridad, estabilidad y prosperidad”, dice el borrador de la declaración final de la cumbre de diciembre. “Es un motor para mejorar la situación económica y social de los ciudadanos europeos, reduciendo las disparidades entre países y debe fomentar los valores en los que se basa la Unión”, sigue el documento, que ahora, a las puertas de la reunión de líderes, negocian en avanzadilla sus equipos.
Fondos húngaros bloqueados
La sonora amenaza de Orbán, sin embargo, se ve como “muy negociable” en algunos círculos de Bruselas. Hungría tiene bloqueados casi 27.800 millones de euros en dinero europeo procedentes de dos programas: fondo de cohesión y plan de recuperación. En ambos casos, ese dinero no fluye hacia Budapest por las agresiones a la independencia judicial y la falta de lucha contra la corrupción. También en el caso de los fondos de cohesión están las vulneraciones de los derechos de la comunidad LGTBI, la libertad de academia y el derecho de asilo.
Las dificultades financieras de Hungría, con uno de los déficits públicos más alto de la UE (6,2% en 2022), pone al país en la tesitura de tener que hacer reformas si quiere acceder a los fondos. En los últimos meses, Budapest ha hecho varias reformas en su sistema de justicia para garantizar la independencia judicial. No obstante, Bruselas no acaba de dar el visto bueno a esos cambios. Fuentes comunitarias explicaron la semana pasada que ambas capitales estaban acercando posturas y que en las próximas semanas se podrían desbloquear 10.000 millones de fondos de cohesión. El resto del dinero, en cambio, seguiría paralizado a la espera de que el Ejecutivo de Orbán profundice en las reformas contra la corrupción y demás carencias del Estado de derecho húngaro.
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