Enterrado el niño musulmán asesinado a puñaladas en EE UU por su religión
“Este acto horrible atenta contra nuestros valores fundamentales”, declara Joe Biden sobre el crimen
Joseph Czuba, de 71 años, había pasado la mañana escuchando opiniones en emisoras de radio de ultraderecha sobre el ataque de Hamás contra Israel y la respuesta militar de ese país contra la franja de Gaza. Llamó a la puerta de sus inquilinos musulmanes en el piso inferior de la casa que compartían en Plainfield (Illinois, Estados Unidos). Le abrió la madre, Hanaan Shahin. Él le profirió que estaba furioso con ella por lo que ocurría en Oriente Med...
Joseph Czuba, de 71 años, había pasado la mañana escuchando opiniones en emisoras de radio de ultraderecha sobre el ataque de Hamás contra Israel y la respuesta militar de ese país contra la franja de Gaza. Llamó a la puerta de sus inquilinos musulmanes en el piso inferior de la casa que compartían en Plainfield (Illinois, Estados Unidos). Le abrió la madre, Hanaan Shahin. Él le profirió que estaba furioso con ella por lo que ocurría en Oriente Medio. Ella trató de tranquilizarlo. El casero sacó un cuchillo de estilo militar y comenzó a atacarla a ella y a su hijo de seis años, Wadea Al-Fayoume.
Shahin recibió una docena de puñaladas antes de conseguir refugiarse en el cuarto de baño y llamar a la Policía, según lo que ha narrado a sus familiares. “¡Los musulmanes deben morir!”, gritaba Czuba desde fuera. Cuando pudo salir, encontró a Wadea sobre su cama. Había recibido 26 cuchilladas. Fue declarado muerto poco después. El casero ha sido acusado de dos delitos de odio, asesinato, intento de asesinato y abuso con arma mortal.
Cientos de personas han asistido este lunes en Plainfield al entierro del pequeño. Su madre permanece hospitalizada en estado grave. “Este es un día terrible que deseábamos que no hubiera llegado nunca. Dicen que los ataúdes más pequeños son los más pesados, y es verdad”, declaraba el director ejecutivo para el área de Chicago del Consejo para las Relaciones Islamo-estadounidenses (CAIR), Ahmed Rehab, en un comunicado.
Las comunidades musulmanas y judías en Estados Unidos han denunciado un aumento del lenguaje agresivo a raíz del ataque, en el que murieron cerca de 1.400 personas en Israel, y la respuesta de ese país, cuyos bombardeos contra Gaza han dejado 2.750 muertos y 9.700 heridos, según el Ministerio de Sanidad palestino. Según cifras divulgadas este lunes por la Casa Blanca, el aumento de los delitos de odio contra minorías es una tendencia que va en claro aumento. Los incidentes antisemistas crecieron un 25% entre 2021 y 2022, y representaron la mitad de todos los delitos motivados por la religión. Además, “los musulmanes estadounidenses y los afroestadounidenses siguen representando un número desproporcionado de víctimas”.
“Este crimen atroz no ocurrió porque sí”, opinaba Oussama Jammal, del consejo de administración de la Fundación Mezquita, en declaraciones inmediatamente antes del sepelio al periódico Chigago Tribune. “Nuestros medios de comunicación y algunos funcionarios están actuando de manera irreponsable”.
Por su parte, Rehab también ha atribuido la muerte del niño a la deshumanización de los palestinos resultante de ciertas narrativas desde el estallido de la crisis en medios estadounidenses y por parte de algunos políticos, favorables a Israel y desfavorables para los palestinos. “Necesitamos reflexionar sobre las condiciones que permiten que ocurra un acto así”, ha apuntado el activista. “Necesitamos asumir la responsabilidad colectiva de cómo podemos, como país democrático y civilizado, desarrollar una conversación compleja sobre una cuestión compleja, y no eliminar vidas palestinas, no eliminar el sufrimiento del pueblo palestino”.
El FBI ha anunciado la apertura de una investigación sobre el suceso y ha puntualizado que “toma las pesquisas sobre los delitos de odio de manera extremadamente seria”. No ha facilitado más datos, al indicar que el caso se encuentra bajo secreto de sumario.
La madre del pequeño muerto, Hanaan Shahin, de 32 años, había llegado a Estados Unidos hace una década huyendo de la violencia en los territorios palestinos. Ella y su hijo habían residido en el piso inferior de la vivienda de Czuba sin incidentes durante dos años. El niño había celebrado su sexto cumpleaños el pasado 6 de octubre, un día antes de los atentados de Hamás.
“Los detectives pudieron determinar que ambas víctimas en este ataque brutal fueron elegidas por el sospechoso por ser musulmanas, y por el conflicto actual en Oriente Próximo entre Hamás y los israelíes”, ha apuntado la Policía, en un comunicado. Czuba ha quedado imputado de asesinato, intento de asesinato, agresión con un arma mortal y dos cargos de crimen de odio, y debía comparecer este lunes ante un tribunal para que se le leyeran los cargos.
El suceso ha suscitado una dura condena unánime por parte de la Administración y las autoridades locales del Estado de Illinois, donde se encuentra Plainfield. “Este acto horrible de odio no tiene sitio en Estados Unidos. Atenta contra nuestros valores más fundamentales: libertad de no tener miedo dependiendo de cómo recemos, lo que creamos y quiénes somos”, apuntaba el presidente estadounidense, Joe Biden.
“No hay un mundo humano que pueda o deba tolerar el asesinato de un niño inocente a causa de su identidad. Los trágicos acontecimientos en Oriente Próximo, comenzando por los brutales atentados terroristas de Hamás, han hecho resurgir ideologías del odio en todo el mundo, especialmente el antisemitismo y la islamofobia. Esto tiene que acabar. La diversidad y la inclusión que definen a Estados Unidos deben imponerse”, declaraba el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en un comunicado.
Una encuesta para la cadena de televisión CNN publicada este fin de semana encontraba que casi el total de la población estadounidense, un 96%, siente algún grado de “compasión” por los ciudadanos israelíes tras los ataques de Hamás. Un 71% declara sentir mucha compasión. Otra gran mayoría, el 84%, también asegura tener estos sentimientos hacia los palestinos, pero solo un 41% admite mucha compasión. La mitad de los consultados, el 50%, considera que una respuesta militar israelí contra Hamás está completamente justificada. Otro 20% opina que está parcialmente justificada. Solo un 8% la considera injustificada, mientras que un 21% no sabe o no contesta.
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