DeSantis evita la foto con Biden en la visita del presidente a Florida por el huracán ‘Idalia’

El presidente de Estados Unidos promete ayuda a los afectados por el paso de la tormenta

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visita la escuela de primaria Suwannee Pineview, en Live Oak (Florida), en la zona más afectada por el paso del huracán 'Idalia'.EVELYN HOCKSTEIN (REUTERS)

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, no quiere salir en la foto con Joe Biden. El presidente de Estados Unidos se ha desplazado este sábado a Florida para interesarse por los daños causados por el huracán Idalia a su paso por el estado. DeSantis, que ...

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El gobernador de Florida, Ron DeSantis, no quiere salir en la foto con Joe Biden. El presidente de Estados Unidos se ha desplazado este sábado a Florida para interesarse por los daños causados por el huracán Idalia a su paso por el estado. DeSantis, que participó en un acto con Biden tras el paso del destructivo huracán Ian en octubre del año pasado, ha evitado esta vez al ilustre visitante, convertido en el rival a batir por los republicanos en las elecciones presidenciales de 2024. En la cada vez más polarizada política estadounidense, ni siquiera un desastre natural ha servido esta vez para enterrar el hacha de guerra en público.

Los republicanos aún critican al exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, por abrazarse con el entonces presidente Barack Obama para agradecer la ayuda federal para paliar los efectos del devastador huracán Sandy. A Christie, ahora también candidato, se lo echaron en cara en el primer debate de las primarias. DeSantis ya va suficientemente mal en las encuestas como para dejarse ver con Biden, demonizado por las bases republicanas.

El presidente y el gobernador han hablado por teléfono esta semana y el Gobierno federal ha prestado asistencia en las tareas de respuesta al huracán, pero ante la llegada de Biden, lo que ha hecho DeSantis es decir que la logística de un viaje presidencial complicaba las tareas de rescate.

Biden fue criticado por su lenta y torpe reacción política ante el incendio de Hawaii en agosto, cuando ante la primera pregunta sobre el siniestro respondió: “Sin comentarios”. Esta vez, contaba con ver a DeSantis, según dijo el viernes. La responsable federal de los servicios de emergencias, Deanne Criswell, estuvo preparando la visita con el equipo de DeSantis y tanto ella como la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha asegurado que no dio ninguna indicación de que no fuera a estar presente. “No se trata de política. No importa si es un estado rojo [republicano] o un estado azul [demócrata], el presidente va a aparecer y a estar ahí para la comunidad”, ha dicho Jean-Pierre. Aunque el gobernador haya mostrado luego su hostilidad a la visita, ha decidido acudir de todos modos.

Biden ha sobrevolado en helicóptero el condado de Suwanee, la zona más afectada por el huracán, y ha acudido después a Live Oak, su capital, una población de algo menos de 7.000 habitantes. Se ha reunido con los equipos de emergencia, a los que ha elogiado por su trabajo, y con afectados, a los que ha prometido más ayuda durante una intervención ante una de las casas dañadas por el huracán.

“No ha habido vientos tan fuertes como estos en 100 años y recemos para que no los vuelva a haber en otros 100 años”, ha dicho. Y aunque DeSantis no estuviera presente, ha dejado claro que entre ellos ha habido comunicación durante la crisis. He estado en contacto frecuente con el gobernador DeSantis desde que la tormenta tocó tierra”, ha dicho, añadiendo que solo tardó seis horas en emitir una “declaración de desastre mayor” desde que el gobernador lo pidió. “Estamos poniendo los sistemas federales a disposición de los afectados de Florida, cuyos negocios y casas han sido dañados y destruidos”, ha seguido, enumerando los medios desplegados sobre el terreno. “Ahora la tormenta ha pasado, no nos vamos a ninguna parte. El Gobierno federal está aquí para ayudar al estado todo el tiempo que sea necesario”, ha añadido.

Suspensión de la campaña

DeSantis interrumpió su campaña por culpa de Idalia, cuyo efecto ha sido mucho menos destructivo y mortífero que el de Ian el año pasado. En esa campaña, su intento de hacer frente a Trump en la carrera republicana está naufragando por ahora.

La última encuesta, publicada este sábado por The Wall Street Journal, señala que Trump es el favorito por el 59% de los votantes republicanos, a pesar (o gracias a) sus cuatro imputaciones por decenas de delitos. La citada encuesta sitúa a DeSantis segundo con un 13%, eleva a la exembajadora en la ONU Nikki Haley a la tercera plaza con un 8% y atribuye al candidato revelación de las primarias republicanas, el emprendedor del mundo de la tecnología Vivek Ramaswamy, solo un 5%, dejando en una posición marginal al resto de los candidatos.

DeSantis es, eso sí, la segunda opción para un 35% de los votantes, pero sus posibilidades de éxito dependen de que Trump no esté en la carrera, lo que parece harto improbable. El expresidente puede tener las primarias ganadas para cuando haya el primer veredicto sobre de culpabilidad o inocencia en alguno de los juicios penales pendientes. De momento ha aprovechado las imputaciones para captar fondos y votos.

La encuesta del WSJ situaría a Trump por delante de Biden con un 40% frente a un 39% en intención de voto. El apoyo desviado a los candidatos marginales del partido verde y de los libertarios (un 3% en total), puede acabar siendo importante, pero quienes inclinarán de verdad la balanza son el aproximadamente 17% de indecisos, un caladero en el que probablemente Trump tenga más dificultades para captar votos.

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