Biden acerca a Japón y Corea del Sur para unir fuerzas frente al poder de China

El presidente de Estados Unidos recibe en Camp David a los dirigentes de los dos países asiáticos

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, en la Casa Blanca en abril pasado.Andrew Harnik (AP)

Camp David, la residencia de descanso presidencial en las montañas de Catoctin, en Maryland, es la historia viva de la diplomacia estadounidense. Joe Biden ha elegido el escenario rústico y relajado donde se negoció la paz entre Egipto e Israel en 1978 para recibir este viernes al primer ministro de Japón, Fumio Kishida, y al presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol. Será la primera cumbre trilateral entre los líderes y en ella Washington quiere cimentar una alianza con Tokio y Seúl qu...

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Camp David, la residencia de descanso presidencial en las montañas de Catoctin, en Maryland, es la historia viva de la diplomacia estadounidense. Joe Biden ha elegido el escenario rústico y relajado donde se negoció la paz entre Egipto e Israel en 1978 para recibir este viernes al primer ministro de Japón, Fumio Kishida, y al presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol. Será la primera cumbre trilateral entre los líderes y en ella Washington quiere cimentar una alianza con Tokio y Seúl que incluya una relación más fluida y la celebración de maniobras militares conjuntas. Estados Unidos quiere acercar entre sí a sus dos principales aliados asiáticos para contrarrestar el poder de China en la región.

Como anteriores presidentes, Biden usa ocasionalmente Camp David, a algo más de una hora de Washington, como retiro y lugar de trabajo. Allí se llevó a su equipo para negociar la suspensión del techo de deuda. Pero esta es la primera vez en sus más de dos años y medio de presidencia que recurre a ese lugar para recibir a líderes internacionales, en un gesto que muestra la importancia que concede a esta cumbre trilateral.

Japón y Corea del Sur han mantenido unas relaciones de recelo, desconfianza y frialdad desde la II Guerra Mundial. Sin embargo, ante el poder de China y la amenaza de Corea del Norte, han ido venciendo sus reticencias y estrechando relaciones como aliados naturales en el actual contexto geopolítico. Biden quiere consolidar ese acercamiento. Washington tiene planes para convertir la cumbre trilateral en un evento anual y también plantea para abrir una línea telefónica de crisis a tres bandas.

Los tres líderes se habían encontrado ya en el contexto de cumbres internacionales más amplias, pero esta vez lo hacen a solas, como remarcó este martes en Washington el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. “Esta cumbre se celebra en un momento en que nuestra región y el mundo están siendo puestos a prueba por la competencia geopolítica, la crisis climática, la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y las provocaciones nucleares. Nuestro compromiso reforzado forma parte de nuestros esfuerzos más amplios para revitalizar, fortalecer y unir nuestras alianzas y asociaciones y, en este caso, para ayudar a hacer realidad una visión compartida de un Indo-Pacífico libre y abierto, próspero, seguro, resistente y conectado”, señaló Blinken en rueda de prensa.

En su etapa como vicesecretario de Estado bajo la presidencia de Barack Obama, esa relación trilateral ya fue una de las prioridades de Blinken. El jefe de la diplomacia estadounidense señaló que los líderes tendrán la oportunidad de debatir y reforzar la cooperación práctica en una serie de prioridades compartidas, “desde la seguridad física a la seguridad económica, desde la ayuda humanitaria a la financiación del desarrollo, desde la salud mundial a las tecnologías críticas y emergentes”, según dijo.

El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, durante una conferencia de prensa en Washington el pasado 15 de agosto. JIM LO SCALZO (EFE)
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“Lo que verán el viernes es un conjunto muy ambicioso de iniciativas que pretenden afianzar el compromiso trilateral, tanto ahora como en el futuro”, declaró este miércoles Kurt Campbell, el responsable de la región Indo-Pacífico dentro del Consejo de Seguridad nacional de la Casa Blanca en un acto de la Brookings Institution, en el que alabó el acercamiento entre los dos países: “Lo que han hecho el presidente Yoon y el primer ministro Kishida ha superado las expectativas. A veces, en contra del consejo de sus propios consejeros y equipo, han tomado medidas que elevan la relación Japón-Corea del Sur a un nuevo plano”.

Agravios históricos

Yoon ha tenido que afrontar críticas internas por la mejora de sus relaciones con Japón, tratando de superar los agravios históricos, especialmente el referido a la esclavitud sexual durante la II Guerra Mundial. Se calcula que hasta 200.000 mujeres en distintos países asiáticos fueron engañadas u obligadas a prostituirse en los burdeles del ejército imperial japonés, muchas de ellas en Corea del Sur. Seúl y Tokio han ido dando pasos en cooperación económica, militar y tecnológica.

Estados Unidos tiene alianzas bilaterales tanto con Corea del Sur como con Japón, pero quiere reforzar la relación a tres bandas, aunque no se plantea un acuerdo de defensa conjunto por ahora. “Creo que podemos imaginar un futuro con más ambición, pero (...) la clave es no pasarse de la raya, ir paso a paso para construir adecuadamente y no ir más allá del contexto doméstico del que nos ocupamos”, explicó Campbell.

En su primer viaje a Asia, en mayo de 2022, Biden visitó tanto Seúl como Tokio, provocando el malestar chino ante lo que Pekín ya percibía como un intento de forjar una alianza trilateral.

El presidente de Corea del Sur visitó la Casa Blanca en abril pasado con el acento puesto en la amenaza nuclear procedente de su vecino del norte. Washington estrechó su cooperación con Seúl en relación con el uso de armamento nuclear para contrarrestar las amenazas de Corea del Norte y el Gobierno surcoreano mantuvo su compromiso de no desarrollar sus propias armas nucleares. Biden y Yoon se comprometieron a “desarrollar una relación de defensa mutua cada vez más sólida” y reafirmaron su compromiso con la defensa combinada en virtud del Tratado de Defensa Mutua entre ambos países. “Un ataque nuclear de Corea del Norte contra Estados Unidos o sus aliados y socios es inaceptable y supondrá el fin de cualquier régimen que lleve a cabo una acción de este tipo”, dijo Biden durante la conferencia de prensa posterior a la reunión.

Antes, en enero, Biden recibió al primer ministro japonés, Fumio Kishida, y subrayó que Estados Unidos está “total, absoluta, exhaustivamente comprometido” con la defensa de Japón. Ambos acordaron promover el papel militar de Japón en Asia y modernizar la alianza bilateral, fundamental para ambos países frente a la amenaza que los dos perciben en el auge de China.

Han sido el creciente poder de China y la amenaza de Corea del Norte, especialmente tras la invasión de Ucrania por Rusia, los que han contribuido a estrechar esa relación entre Japón y Corea del Sur. En el contexto de la rivalidad geoestratégica entre Estados Unidos y China, Biden quiere consolidar ese acercamiento como contrapeso frente a la superpotecia asiática.

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