Los radicales republicanos expulsan a la congresista más fiel a Trump por llamar “pequeña zorra” a una compañera de grupo

La trumpista Marjorie Taylor Greene insultó a la extremista Lauren Boebert en el hemiciclo por adelantarse a ella en una propuesta contra Biden

La congresista Marjorie Taylor Greene, durante un mitin el pasado 1 de julio.SEAN RAYFORD (Getty Images via AFP)

El primer intento de castigar al presidente Joe Biden con un proceso político en el Congreso se ha saldado de momento con una bronca monumental dentro del propio grupo republicano. Marjorie Taylor Greene, la congresista más leal a Donald Trump, ha sido expulsada del ala radical del partido por llamar a la legisladora Lauren Boebert “pequeña zorra“ en pleno hemiciclo. Desde que se constituyó el Congreso, ...

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El primer intento de castigar al presidente Joe Biden con un proceso político en el Congreso se ha saldado de momento con una bronca monumental dentro del propio grupo republicano. Marjorie Taylor Greene, la congresista más leal a Donald Trump, ha sido expulsada del ala radical del partido por llamar a la legisladora Lauren Boebert “pequeña zorra“ en pleno hemiciclo. Desde que se constituyó el Congreso, el espectáculo político no ha parado entre los más extremistas.

Marjorie Taylor Greene tuvo sus minutos de fama en España cuando confundió la Gestapo con el gazpacho. En el Partido Republicano, sin embargo, es una de las caras más conocidas, especialmente entre las bases más trumpistas. Pionera de las teorías conspiranoicas de la mano de QAnon, acude casi siempre a los mítines del expresidente y es la más aplaudida, solo por detrás del propio Trump, que siempre le dedica palabras cariñosas. Conocida por sus iniciales, MTG es la que tenía a Donald Trump (”DT”) al teléfono dentro del hemiciclo en los momentos decisivos en que se desbloqueó la elección de Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes.

Ni su lealtad a Trump ni sus pronunciamientos extremistas dejan espacio para dudar del radicalismo de la congresista por Georgia. Lauren Boebert, su compañera de Colorado, no se queda atrás. Fanática defensora del derecho a llevar armas, tenía un restaurante temático dedicado a ellas y las exhibe en público cuando puede. Tiene la lengua afilada y las ideas escoradas a la extrema derecha. Ha hecho comentarios islamófobos en pleno Congreso. Fue una de las que se resistió hasta el final a elegir a McCarthy.

En el concurso por ser la más radical opositora de Joe Biden, Boebert se adelantó a los planes de MTG. Presentó una iniciativa a través de un atajo procedimental para someter a proceso político (impeachment) al presidente, Joe Biden, por lo que llamaba su “agenda de fronteras abiertas”. Sin recurrir al trámite de urgencia, MTG estaba tramitando desde hacía tiempo su propia petición por el mismo motivo, una forma de prestar un servicio a su líder, Trump, sometido por dos veces a impeachment, una por presionar al Gobierno de Ucrania para buscar información contra Biden y otra por su responsabilidad en el asalto al Capitolio.

Que Boebert le ganase por la mano con su propuesta le sentó a cuerno quemado a MTG. Mujer de carácter, no se contuvo y se puso a discutir en pleno hemiciclo con su compañera, como recogieron las cámaras. El diálogo no fue captado por los micrófonos, pero The Daily Beast reconstruyó en lo esencial el mensaje de Greene: “Te he hecho donaciones, te he defendido”, dijo. “Pero no has sido más que una pequeña zorra conmigo. Y has copiado mis artículos de impeachment después de que te pidiera que los apadrinaras”, añadió.

Quedaba la duda de si la fuente era de fiar, pero la publicación Semafor habló con la congresista para preguntarle si había alguna posibilidad de reconciliación (”absolutamente no”, contestó) y para saber por qué la había llamado “pequeña zorra”. “Ha sido realmente una pequeña zorra asquerosa conmigo”, fue la respuesta.

El grupo de la Libertad (Freedom Caucus), como se denomina el ala extrema de los republicanos en el Congreso y al que pertenecen ambas, decidió intervenir. Politico publicó la semana pasada que se había producido una votación, pero no estaba claro si Greene había sido expulsada. Un receso en las sesiones demoró cualquier confirmación hasta este jueves, cuando el representante republicano por Maryland Andy Harris, miembro de la dirección del grupo de la Libertad, ha hablado de ello.

“Se votó la expulsión de Marjorie Taylor Greene del Freedom Caucus de la Cámara de Representantes por algunas de las cosas que ha hecho”, ha dicho Harris. Al preguntarle si estaba formalmente excluida, ha respondido: “Por lo que yo sé, así son las cosas”. No hay confirmación adicional de que se haya producido formalmente la expulsión y de que haya sido notificada a la afectada.

Marjorie Taylor Greene se ha desmarcado recientemente de algunas de las posiciones de otros miembros del grupo más radical. Apoyó desde muy pronto la elección de Kevin McCarthy para presidir la Cámara Baja y también apoyó el acuerdo para suspender el techo de deuda, que indignó al ala más dura.

Este jueves, MTG ha lanzado un comunicado en el que no se refiere expresamente a su expulsión, pero parece tomarla como premisa: ”En el Congreso sirvo primero al [distrito del] noroeste de Georgia, y no sirvo a ningún grupo en Washington. Mis credenciales de America First, guiadas por mi fe cristiana, están forjadas en acero, grabadas a fuego en mi carácter, y nunca cambiarán”, comienza el comunicado. “Trabajaré con CUALQUIERA que quiera asegurar nuestra frontera, proteger a nuestros niños dentro del útero y después de que nazcan, poner fin a las eternas guerras extranjeras, y hacer el trabajo para salvar a este país”, añade.

“El Partido Republicano tiene menos de dos años para mostrarle a Estados Unidos lo que un Congreso fuerte y unificado liderado por republicanos hará cuando el presidente Trump gane la Casa Blanca en 2024. Este es mi enfoque, nada más”, concluye.

MTG sigue, mientras, trabajando en favor de Trump desde el Congreso. Una de sus últimas iniciativas es una propuesta para “borrar de la historia” los dos juicios políticos a que fue sometido y que la congresista considera “atroces y erróneos”.

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