El jefe del grupo Wagner avisa al Kremlin: “Rusia está al borde de la catástrofe”
Yevgueni Prigozhin afirma que a sus mercenarios les queda munición “para unos días” y que su derrumbe en la ciudad ucrania de Bajmut arrastraría todo el frente
La sombra de una nueva ofensiva ucrania planea sobre las Fuerzas Armadas rusas, y uno de sus líderes de hecho, el jefe de la compañía de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, sigue sembrando dudas sobre su capacidad para hacer frente a Kiev. “Tenemos que dejar de engañar a la población y decirle que todo marcha bien para nosotros (...). Debo decirlo de manera honesta: Rusia está al borde del desastre”, advirtió el empresario en una entrevista publicada el s...
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La sombra de una nueva ofensiva ucrania planea sobre las Fuerzas Armadas rusas, y uno de sus líderes de hecho, el jefe de la compañía de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, sigue sembrando dudas sobre su capacidad para hacer frente a Kiev. “Tenemos que dejar de engañar a la población y decirle que todo marcha bien para nosotros (...). Debo decirlo de manera honesta: Rusia está al borde del desastre”, advirtió el empresario en una entrevista publicada el sábado en el canal propagandístico ruso WarGonzo. Prigozhin volvió luego a atacar al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, al denunciar que su agrupación apenas tiene munición para unos días, y ahondó en sus ya habituales críticas al alto mando del ejército ruso al ofrecer un puesto en Wagner a Mijaíl Mizíntsev, el carnicero de Mariupol, tras su reciente cese como jefe de logística de las Fuerzas Armadas del Kremlin.
“Me dirijo a Serguéi Shoigú con la solicitud de que se entreguen municiones de inmediato”, manifestó Prigozhin durante esa entrevista con el propagandista Semión Pégov en WarGonzo, uno de los canales con más seguidores de la esfera proguerra rusa. De lo contrario, el jefe de Wagner amenaza con retirar todas sus tropas de la ciudad ucrania de Bajmut. “Y luego todo lo demás se derrumbará”, resaltó.
Prigozhin sostuvo que la ofensiva ucrania comenzará en torno al 15 de mayo y advirtió de que a su agrupación “no le quedan cartuchos para semanas, sino días”. “Si los tornillos no se ajustan hoy, el avión se deshará en el aire”, culminó el jefe de la compañía de mercenarios. El propio presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció el 25 de marzo la escasez de municiones de sus fuerzas en Ucrania.
“Las Fuerzas Armadas de Ucrania, según los cálculos de nuestro ejército, emplean hasta 5.000 proyectiles en cada día de hostilidades. Las Fuerzas Armadas rusas gastan mucho más. No deseo valorar la racionalidad de la toma de decisiones en los diferentes estamentos del mando militar, pero el Ministerio de Defensa y el Estado Mayor se han visto obligados a introducir ciertos límites”, afirmó entonces el mandatario ruso.
Oferta de trabajo
El sábado, el dueño de la mayor compañía de mercenarios rusa lanzó veladamente otro dardo contra el ministro Shoigú, esta vez a través de su servicio de prensa. Prigozhin ofreció trabajo al hombre a quien los ultranacionalistas rusos consideran un héroe: el llamado Carnicero de Mariupol, Mijaíl Mizíntsev, destituido el viernes como máximo responsable de la logística del ejército ruso, solo ocho meses después de haber sido nombrado. La violenta conquista de Mariupol, una de las pocas victorias de Moscú reseñables hasta ahora, fue obra suya.
“Ayer, en el consejo de comandantes del Grupo Wagner se decidió ofrecer a Mijaíl Mizíntsev, coronel general, el puesto de primer subcomandante de Dmitri Utkin [uno de los fundadores y líderes de la compañía de mercenarios]”, recogía el comunicado difundido por Concord, una de las empresas de Prigozhin.
Cuando Mizíntsev (Averinskaya, Rusia, 60 años) fue nombrado responsable de la logística del ejército ruso en septiembre del año pasado, muchos pensaron que, con su elección, Moscú daría un golpe sobre la mesa tras la exitosa contraofensiva ucrania de otoño. Ocho meses después, el militar ha sido destituido del cargo discretamente y para perplejidad de todos. Mizíntsev ha sido sancionado por Occidente por la dureza de sus bombardeos contra civiles.
El dueño de Wagner ha mantenido un creciente pulso con el Kremlin en los últimos meses. A principios de marzo, Prigozhin ya había advertido en un vídeo de que si sus hombres tenían que retirarse de Bajmut —la ciudad de Donbás que se ha convertido en emblema de la resistencia ucrania a la ofensiva rusa— “se perdería todo el frente”. Esa grabación se divulgó el mismo día en que el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, viajó a la mayor conquista rusa en esta guerra, la ciudad de Mariupol.
El jefe de Wagner había culpado en el pasado a Shoigú de la falta de munición a la que, el sábado, volvió a atribuir el “desastre” al que, en su opinión, se asoman las tropas rusas en Ucrania. En ese vídeo de marzo, Prigozhin denunció que esa munición, prometida dos semanas antes, “aún no había llegado”. Luego aseguró estar investigando “el motivo: o la burocracia ordinaria o una traición”.
En Bajmut, la ciudad de la que el jefe de la compañía de mercenarios amenaza ahora con retirarse, las Fuerzas Armadas rusas han sufrido enormes pérdidas humanas en su intento de culminar su primer gran avance en más de medio año. “Los documentos acerca de las municiones se firmaron el 22 de febrero por la noche. El 23 se dieron las órdenes para su suministro, pero las municiones no han sido enviadas hasta ahora”, lamentaba Prigozhin en un comunicado emitido a través de su empresa Concord en el vídeo en el que arremetió contra el ministro de Defensa Shoigú.
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