Trump comparecerá ante un juez de Manhattan el próximo martes por el ‘caso Stormy Daniels’
La imputación impulsa al expresidente en su camino de vuelta a la Casa Blanca. La policía se moviliza en previsión de protestas
Cuanto más se estrecha el cerco legal en torno a Donald Trump, más aprobación ha ido ganando el expresidente entre los republicanos de cara a las presidenciales de 2024. Así lo confirmaba el último sondeo, de la cadena conservadora Fox News, pocas horas antes de anunciarse su imputación por un gran jurado de Nueva York por cargos relacionados con un pago secreto a la actriz porno Stormy Daniels ...
Cuanto más se estrecha el cerco legal en torno a Donald Trump, más aprobación ha ido ganando el expresidente entre los republicanos de cara a las presidenciales de 2024. Así lo confirmaba el último sondeo, de la cadena conservadora Fox News, pocas horas antes de anunciarse su imputación por un gran jurado de Nueva York por cargos relacionados con un pago secreto a la actriz porno Stormy Daniels para tapar una aventura extramatrimonial. La encuesta, publicada este jueves, daba a Trump 30 puntos sobre el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, su principal rival, el doble de los que le sacaba en febrero. La histórica acusación, lejos de comprometer su futuro político, podría multiplicar su pegada.
La imputación, una medida que habría acabado con las aspiraciones de un político tradicional, es empleada por Trump para impulsar su intento de volver en 2024 a la Casa Blanca. El exmandatario republicano recurrió a la embestida del fiscal Alvin Bragg como el asunto central de su primer mitin de campaña, algo que hace constantemente para recaudar fondos y pedir donaciones. Aunque la imputación podría servirle en las primarias republicanas, apelando a la idea de ser víctima de una caza de brujas del establishment demócrata, parece más difícil que le vaya a ayudar a ganar la elección presidencial (si logra la nominación para 2024), ya que podría ahuyentar a los votantes más moderados.
El siguiente paso del drama será el próximo martes, con la llegada de Trump a los juzgados de Manhattan. En un caso tan potencialmente explosivo como este, la primera imputación a un mandatario estadounidense en activo o retirado, se busca que la entrega de Trump sea lo más ordenada posible, es decir, sin sobresaltos ni más aspavientos que los de su habitual retórica. Responsables de la Fiscalía coordinaban en la noche de este jueves con los abogados del republicano su entrega “para comparecer por una acusación del tribunal, que permanece sellada”, reza el comunicado de un portavoz de la Fiscalía. La cadena CNN apuntaba que se le imputarán hasta 34 cargos por falsedad mercantil, pues la Organización Trump consignó como “gastos legales” el soborno a la actriz.
Una abogada del equipo del expresidente, Susan Necheles, adelantó que este acudirá al edificio de los juzgados y la Fiscalía del distrito de Manhattan el martes, según informaba el diario The New York Times y confirmó luego a CBS un portavoz judicial que concretó que está citado para las 14.15, hora local (20.15 en España peninsular). El expresidente tendrá que comparecer ante el juez de la Corte Suprema de Nueva York Juan Merchan, pero no tendrá que llevar esposas, aseguró a la agencia Reuters otro de sus abogados, Joseph Tacopina, quien auguró que probablemente saldrá en libertad sin fianza. “Está listo para luchar. Se está preparando”, dijo. Tacopina afirmó en otra entrevista que Trump se declarará no culpable y que inmediatamente después presentará mociones “de manera muy agresiva contra la viabilidad legal de este caso”.
La del martes es una fecha valle del calendario que coincide con la Spring Break o vacaciones de primavera, correspondientes a la Semana Santa y la Pascua judía, y cuando las oficinas de la Administración funcionan a medio gas. Pero cuando el 18 de marzo Trump llamó a sus seguidores a protestar contra la “persecución política” de la que dice ser objeto, las imágenes del asalto por una horda trumpista del Capitolio, en enero de 2021, cobraron nueva vida. El temor a una repetición de la violencia es la principal preocupación de las autoridades de la ciudad, que evalúan planes de contingencia desde hace semanas, incluida la movilización de todo el departamento de policía de la ciudad, el mayor del país.
El despliegue policial se prevé para afrontar cualquier eventualidad, porque, como subrayó este jueves Michael Cohen, exabogado personal de Trump y principal testigo de cargo de la acusación, la imputación y entrega del expresidente “no son el final, sino el principio”. Cohen fue el encargado de pagar los 130.000 dólares [unos 120.000 euros] a Daniels en octubre de 2016, 12 días antes de las elecciones que llevaron a Trump a la Casa Blanca, para evitar un escándalo que dinamitase su victoria.
La imputación del gran jurado significa únicamente que Trump ha sido acusado formalmente de uno o varios delitos, por lo que su entrega y comparecencia es solo un paso en el proceso. Medios locales han informado de que previsiblemente al expresidente se le tomarán las huellas dactilares y se hará una foto para la ficha policial, que podría trascender a la prensa. El efecto multiplicador, en la opinión pública republicana, de un Trump fichado cual delincuente —consagrado como víctima— puede arrollar entre las bases trumpistas.
“¡No puedo tener un juicio justo!”
Ante la decisión judicial, Trump se declaró víctima de una “caza de brujas” por parte de sus rivales demócratas, “estos matones de la izquierda radical”, como los definió en un mensaje publicado su red social. “Esto es un ataque a nuestro país que carece de precedentes”, escribió, en virulentas mayúsculas, en Truth Social. “Estados Unidos es ahora una nación del tercer mundo en serio declive. ¡Qué triste!”. “¡Saben que no puedo tener un juicio justo en Nueva York!”, añadió después en Truth Social. El republicano, atrincherado en su residencia de Mar-a-Lago (Florida) desde hace semanas, declinó la oferta de la Fiscalía para declarar durante la investigación que ha conducido a su imputación.
Todos los ojos están puestos en la oficina del fiscal de Manhattan, el demócrata Alvin Bragg, la bestia negra favorita de Trump y al que ha descalificado de nuevo como un pelele en manos del financiero George Soros. El caso Trump, la investigación por presuntamente violar las normas de financiación de la campaña electoral de 2016 que constituiría ulteriormente el pago en negro a Daniels, languidecía en su oficina cuando Bragg fue elegido fiscal, en las primarias demócratas de 2021. Fue un caso heredado de su predecesor, el también demócrata Cyrus Jr. Vance, y a punto estuvo de descarrilar tras la renuncia de los dos principales investigadores, a comienzos de 2022, por dudas sobre la determinación de Bragg de sacar adelante la causa. Muchos pensaron entonces que sería sobreseída, pero el testimonio de Cohen, convertido en azote de su antiguo patrón, y de Daniels reforzó la investigación.
“Por primera vez en la historia de nuestra nación, un presidente ha sido imputado. Me consuela comprobar la validez del adagio de que nadie está por encima de la ley, ni siquiera un expresidente. La rendición de cuentas importa de verdad”, ha declarado el antiguo abogado de Trump a la CNN, no sin recordar la debida presunción de inocencia. “La acusación contra Donald Trump no es motivo de alegría”, dijo por su parte el abogado de Daniels, Clifford Brewster, en Twitter. “Hay que respetar el duro y concienzudo trabajo de los grandes jurados. Ahora que prevalezcan la verdad y la justicia. Nadie está por encima de la ley”. En la misma red social, Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, celebraba la imputación con un brindis. “Gracias a todos por vuestro apoyo y cariño. Tengo tantos mensajes que no puedo responder... Tampoco quiero derramar mi champán”.
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