Los recortes en el sistema sanitario de China llevan a las calles a cientos de jubilados
El Gobierno impulsa una reforma que pretende combatir el agotamiento de los fondos estatales ante el envejecimiento de la población
Cientos de jubilados chinos han protestado esta semana en las ciudades de Wuhan y Dalian contra los recientes recortes en las asignaciones mensuales para gastos médicos. La medida, que forma parte de una reestructuración nacional del sistema de seguros sanitarios, ha provocado el descontento de muchos ancianos por considerarla una “disminución de sus beneficios” que dificultará la compra de medicamentos. El sistema sanitario del gigante asiático se enfren...
Cientos de jubilados chinos han protestado esta semana en las ciudades de Wuhan y Dalian contra los recientes recortes en las asignaciones mensuales para gastos médicos. La medida, que forma parte de una reestructuración nacional del sistema de seguros sanitarios, ha provocado el descontento de muchos ancianos por considerarla una “disminución de sus beneficios” que dificultará la compra de medicamentos. El sistema sanitario del gigante asiático se enfrenta a múltiples presiones, desde el rápido envejecimiento de la población hasta unos presupuestos diezmados después de tres años de aplicación de férreas restricciones para frenar la propagación de la covid-19.
La reforma se ha hecho efectiva en algunas localidades poco después de que China haya salido oficialmente de la peor ola de infecciones desde el estallido de la pandemia, que vino precedida de una serie de protestas que exigían el fin de la política de covid cero. Esta muestra de descontento —no tan habitual en las calles de China— y la exigencia de una mejor atención social a una población que envejece rápidamente llega, además, en vísperas de que la nueva Administración de Xi Jinping sea ratificada a principios de marzo.
El 1 de febrero, Wuhan redujo la asignación mensual que los jubilados tienen para gastos médicos (entre los que figuran las consultas ambulatorias y la compra de medicinas) con el objetivo de transferir esa diferencia a un fondo destinado a subvencionar tratamientos hospitalarios más costosos. La medida provocó que cientos de ancianos se congregaran frente al Ayuntamiento el pasado día 8 para mostrar su rechazo. En aquella jornada lluviosa, en la que la multitud pacífica cantó La Internacional y coreó consignas pidiendo explicaciones, los manifestantes advirtieron de que, si no se llegaba a una solución, organizarían una segunda protesta una semana después. Tal y como habían prometido, el miércoles volvieron a congregarse en el céntrico parque Zhongshan. Esta vez, hubo más presencia policial: las imágenes que circulan de ese día muestran a una barrera de agentes impidiendo el acceso al parque y algunos empujones entre los manifestantes y los uniformados. Paralelamente, en la ciudad portuaria de Dalian, situada en el noreste, otra multitud reclamaba contra esos mismos cambios en la Plaza del Pueblo, donde se ubican varios edificios gubernamentales.
Las protestas de Wuhan y Dalian siguen a la que se produjo en la metrópolis meridional de Guangzhou en enero. Desde inicios de año, se han emprendido reformas similares en las provincias de Jiangxi, Gansu, Shanxi, Qinghai, Sichuan y Guangxi. Aunque sin hacer mención del asunto, el ministro de Finanzas, Liu Kun, prometió el jueves “mejorar la reforma de los métodos de pago de los seguros médicos”.
Riesgo de agotar los fondos estatales de seguros
Los ajustes, que fueron anunciados en 2020 después de un largo debate, se han ido introduciendo gradualmente con el objetivo de reestructurar el sistema de seguros médicos. Aunque la revisión es a nivel nacional, son los Gobiernos locales los que aplican las reformas según sus propios criterios. El objetivo es aliviar la presión sobre los fondos estatales de seguros, los cuales, advierten algunos expertos, podrían agotarse en el plazo de una década a medida que la población envejece. La reestructuración afectará a más de 300 millones de residentes urbanos, según el medio financiero chino Caixin.
El sistema de seguro médico del país consta de dos partes, un fondo colectivo y una cuenta de gastos personales, y viene a funcionar como una cuenta de ahorro obligatoria, financiada por empleadores y empleados a través de impuestos. Según el diario británico Financial Times, entre 2011 y 2021, el saldo en las cuentas de gastos personales —a donde se dirigía un porcentaje más amplio de los gravámenes antes de la reforma— se multiplicó por más de cinco, hasta alcanzar los 1,2 billones de yuanes (unos 174.400 millones de euros), gracias al aumento de los jóvenes en el mercado laboral y sus pocos gastos en atención médica.
Esa situación ha generado un exceso de recursos que, enfatizan las autoridades, debería destinarse a áreas con necesidades más acuciantes. Con este pretexto, decenas de ciudades, entre las que se incluyen Wuhan y Dalian, han comenzado a transferir gran parte de esas contribuciones de las cuentas personales a un fondo para seguros ambulatorios controlado por el Estado. El objetivo es que incluso los contribuyentes que no disponen de dinero en sus cuentas personales puedan gozar de un acceso subvencionado a las consultas médicas. Según la Administración Municipal de Seguridad Sanitaria de Wuhan, la pensión básica media ha disminuido del 5% al 2,5%, lo que se traduce en una reducción de casi 2.000 yuanes (273 euros) anuales por jubilado para la compra de medicinas. “Es un robo, el Gobierno quiere usar mi dinero para subvencionar a otros sin mi permiso”, se queja un participante en la protesta de Wuhan, citado por Financial Times.
Los manifestantes argumentan que, debido a que el umbral de reembolso de las visitas al médico es demasiado alto, solo se beneficiarán quienes acuden con frecuencia a someterse a tratamientos caros, mientras que quienes gozan de buena salud saldrán perjudicados. “Los ancianos suelen necesitar comprar medicamentos, pero muchos lo hacen en pequeñas cantidades y sin necesidad de acudir con frecuencia al médico. Bajo estas reformas, sus gastos se dispararán”, dijo a Reuters un residente de Wuhan.
El confinamiento de Wuhan, a principios de 2020, fue uno de los más largos y caóticos del país. Durante aquel brote inicial, las autoridades se comprometieron a cubrir los costes de todos los tratamientos relacionados con el coronavirus. Y gran parte de ese gasto recayó en el Gobierno local. La aplicación de la draconiana política de covid cero hasta finales del año pasado, que incluía cuarentenas y pruebas PCR masivas, provocó que la ciudad destinase a la lucha contra el virus alrededor de 1.200 millones de euros en el año fiscal 2022, según un informe presupuestario de la oficina financiera presentado el mes pasado. Dalian, por su parte, gastó unos 406 millones de euros en el mismo periodo y para el mismo fin.
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