Turquía y la maldición de la tierra: 50 terremotos en un siglo

El país, situado en la confluencia de placas tectónicas y cruzado por dos grandes fallas, ha sufrido 50 seísmos fuertes en el último siglo. Los expertos reclaman mejorar las construcciones y la preparación de la población

Vista panorámica de la ciudad turca de Alejandreta, este martes. Foto: Burak Kara (Getty) | Vídeo: EPV

Quienes viven en Turquía tienen una sensibilidad especial a los temblores de la tierra. Cada vez que se mueve el suelo o tiembla una puerta o ventana, por muy ligeramente que sea, por mucho que para algunos pueda ser un movimiento casi imperceptible, los teléfonos empiezan a sonar y los grupos de WhatsApp se llenan de preguntas: “¿Lo habéis sentido? ¿Es un terremoto? ¿Estáis bien?”. Es un temor entendible dado que, quien más, quien menos, en este país ha vivido un seísmo de magnitud considerable.

Sea en el extremo oriental (...

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Quienes viven en Turquía tienen una sensibilidad especial a los temblores de la tierra. Cada vez que se mueve el suelo o tiembla una puerta o ventana, por muy ligeramente que sea, por mucho que para algunos pueda ser un movimiento casi imperceptible, los teléfonos empiezan a sonar y los grupos de WhatsApp se llenan de preguntas: “¿Lo habéis sentido? ¿Es un terremoto? ¿Estáis bien?”. Es un temor entendible dado que, quien más, quien menos, en este país ha vivido un seísmo de magnitud considerable.

Sea en el extremo oriental (Van, en 2011, con más de 600 muertos) o en el occidental (Izmir, en 2020, con más de 100 muertos), en el sur o en el norte del país. Toda una generación que creció en Estambul y en los alrededores del mar de Mármara —la zona más poblada de Turquía— guarda profundos traumas del seísmo de 1999, en el que fallecieron más de 17.000 personas. Todo el mundo recuerda fotográficamente lo que hacía en esos momentos y en los días siguientes; y suele ser una de las historias que se cuentan unos a otros cuando una amistad comienza a tomar forma, quizás como forma de exorcizar fantasmas y temores compartidos. Porque uno de los temas recurrentes en las televisiones turcas es, precisamente, ¿cuándo llegará el próximo gran terremoto?

“De los terremotos sabemos dónde se van a producir y sabemos explicar cómo serán, incluso si pueden ser fuertes o no. Pero no tenemos información clara para predecir cuándo se van a producir”, explica a EL PAÍS Eulàlia Masana, catedrática de Geodinámica Interna de la Universidad de Barcelona. Y Turquía es uno de esos lugares donde se sabe que se van a producir terremotos, porque los movimientos sísmicos se concentran en los límites de las placas tectónicas y en este país confluyen varias de ellas.

Turquía está atravesada por dos grandes fallas: la del norte de Anatolia y la del este de Anatolia, a lo largo de la cual se ha producido el terremoto de este lunes. “Es un punto donde confluyen, por el oeste, la placa de Anatolia; por el este, la placa arábiga; por el norte, la placa euroasiática, y, por el suroeste, la africana”, explica Masana. La placa arábiga, explica la experta, se mueve hacia el norte a razón de unos dos centímetros al año, mientras que la africana se mueve en la misma dirección, aunque a menor velocidad. La de Anatolia, por su parte, es expulsada hacia el oeste por el movimiento de las fallas mencionadas. Todos estos movimientos generan tensiones geológicas en las fallas que desembocan en terremotos de mayor o menor envergadura.

En los últimos 100 años se han producido en Turquía más de 50 seísmos de magnitud igual o superior a 6, lo que equivale a un terremoto “fuerte”, que puede destruir zonas pobladas en un área superior a 150 kilómetros a la redonda. En todos ellos han muerto más de 80.000 personas. El más grave fue el que ocurrió en 1939 en la provincia de Erzincan, con 32.000 muertos, y al que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se ha referido ahora comparándolo con la tragedia del lunes.

“No sabemos cuándo va a ocurrir el siguiente terremoto —prosigue Masana—, pero sí cómo hay que proceder: en las zonas con gran actividad sísmica: hay que hacer simulacros y construir de manera sismorresistente”. El profesor de Ingeniería Geofísica de la Universidad de Kocaeli, Serif Baris, lamentaba este lunes en la cadena CNN-Türk la falta de preparación de la población en general, lo que muchas veces desemboca en reacciones incorrectas ante los terremotos: personas que saltan por la ventana al sentir un temblor o que se echan a la carretera en sus vehículos, bloqueando las vías por las que debe llegar la ayuda. Hace unos meses, la agencia de gestión de Emergencias de Turquía (AFAD) hizo una prueba nacional enviando alertas a todos los móviles del país: en muchos casos llegaron horas después del horario previsto para el simulacro.

Dos hombres miran los trabajos de desescombro de un edificio en Nurdagi (Turquía), este lunes. JOAO RELVAS (EFE)
Soldados turcos patrullan cerca de varios edificios colapsados en Kahramanmaras, este lunes. OZAN KOSE (AFP)
Saadet Sendag saluda con el puño alto tras ser rescatada después de permanecer 177 horas entre los escombros de un edificio en la provincia de Hatay (Turquía), este lunes.UMIT BEKTAS (REUTERS)
El hijo de Saadet Sendag reacciona tras el rescate de su madre en la provincia de Hatay (Turquía), este lunes. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Una personas se calienta en una hoguera en una calle de la ciudad turca de Kahramanmaras, este lunes. SUHAIB SALEM (REUTERS)
Efectivos de la Unidad Militar de Emergencia han logrado rescatar con vida a dos niños, de seis y dos años, y a su madre de entre los escombros de un edificio derruido en la ciudad turca de Nurdagui, perteneciente a la provincia de Gaziantep (Turquía).
Un hombre anda con muletas frente a los escombros de un edificio en la región turca de Hatai, este viernes. YASIN AKGUL (AFP)
Entierro de una de las víctimas del terremoto en la ciudad turca de Adıyaman, este viernes. Emrah Gurel (AP)
Fotografía aérea que muestra la destrucción causada por el terremoto en la ciudad de Kahramanmaras (Turquía), este viernes. ABIR SULTAN (EFE)
Mujeres llorando frente a las tumbas de los fallecidos del terremoto del pasado lunes en Adiyaman (Turquía), este viernes. Emrah Gurel (AP)
Una mujer en el campo de desplazados del parque de Masal limpia los platos en un punto de agua en Gaziantep (Turquía), este viernes.ZEIN AL RIFAI (AFP)
Un hombre busca entre los restos de un edificio derrumbado en la localidad de Kahramanmaras (Turquía), este viernes. STOYAN NENOV (REUTERS)
Una mujer sentada junto a los restos de un edificio colapsado en Kahramanmaras (Turquía), este viernes. SUHAIB SALEM (REUTERS)
Personas de emergencias y voluntarios entre las ruinas de varios edificios en Kahramanmaras (Turquía), este viernes. RONEN ZVULUN (REUTERS)
Imagen aérea tomada a través de un dron muestra las tiendas de campaña para afectados por los terremotos en el estadio de la ciudad turca de Kahramanmaras, este viernes. ABIR SULTAN (EFE)
Mehmet Nasir Duran, de 67 años, sentado una silla junto a los retos de un edificio destruido en Nurdagi (Turquía). Petros Giannakouris (AP)
Una niña tras ser rescatada por los servicios de emergencias en Kahramanmaras (Turquía), este jueves.ABIR SULTAN (EFE)
Un hombre camina entre los escombros de varios edificios en la provincia de Hatay (Turquía), este jueves. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Un grupo de mujeres se calentaba este miércoles alrededor de un fuego junto a los escombros del terremoto en Kahramanmaras (Turquía).SUHAIB SALEM (REUTERS)
Varios hombres sirios lloraban tras identificar el cuerpo de un pariente fallecido por el terremoto en la región de Hatay (Turquía).AAREF WATAD (AFP)
Un superviviente era rescatado entre los escombros de un edificio en Hatay (Turquía), este miércoles.ERDEM SAHIN (EFE)
Vecinos de Kahramanmaras busca a supervivientes entre los escombros, este miércoles. ABIR SULTAN (EFE)
Personal de rescate sostenía este miércoles al bebé Kerem Agirtas, que fue sacado de debajo de los escombros en Hatay (Turquía).KEMAL ASLAN (REUTERS)
Vista aérea de edificios colapsados por los terremotos en Kahramanmaras, sur de Turquía, este miércoles.Ahmet Akpolat (AP)
Dos hombres permanecían abrazados junto a los restos de un edificio colapsado en la ciudad turca de Kahramanmaras. ABIR SULTAN (EFE)
Vista de una fosa común de las víctimas del terremoto, en Jandaris, en el norte de Alepo (Siria), este miércoles.WHITE HELMETS (REUTERS)
Tres niños comían pan sentados bajo una manta en la ciudad turca de Kahramanmaras, dos días después de que temblara la tierra en la región.OZAN KOSE (AFP)
Vista aérea de un edificio destruido y de un campo de fútbol donde se refugian los residentes afectados por los terremotos en Azmarin (Siria), este miércoles.ABDULAZIZ KETAZ (AFP)
Una mujer se sentaba sobre los escombros de un edificio colapsado, mientras los equipos de emergencias buscaban este miércoles supervivientes en la ciudad turca de Nurdagi.Khalil Hamra (AP)
Abdulalim Muaini permanecía atrapado junto al cadáver de su esposa en el interior de un edificio en Hatay (Turquía). UMIT BEKTAS (REUTERS)
Varios hombres trasladan los cuerpos de varias víctimas de los terremotos durante su funeral en la ciudad de Jandaris (Siria) este miércoles.STRINGER (REUTERS)
Vista aérea tomada este miércoles por un dron en la que se aprecian varios edificios colapsados en Hatay (Turquía). ERDEM SAHIN (EFE)
Un hombre atendía este miércoles a su hijo herido mientras esperaban una ambulancia en Hatay (Turquía).Burak Kara (Getty Images)
Mehtez Farac, de 8 años, tras ser rescatado de entre los escombros de un edificio en la ciudad de Hatay (Turquía). KEMAL ASLAN (REUTERS)
Rescatistas buscaban supervivientes este miércoles entre los escombros de un edificio colapsado en la ciudad siria de Harim.OMAR HAJ KADOUR (AFP)
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, abrazaba a una mujer en su visita de este miércoles a Kahramanmaras, una de las localidades más afectadas por los terremotos.Europa press
Una sección de la carretera D420 dañada por el terremoto en Demirkopru (Turquía), este miércoles.BENOIT TESSIER (REUTERS)
Un hombre trasladaba el cadáver de un menor en Jandairis (Siria). BAKR ALKASEM (AFP)
Dos hombres, junto a los escombros de un edificio colapsado en Kahramanmaras (Turquía). OZAN KOSE (AFP)
Dos mujeres intentaban consolar a un hombre en la ciudad de Kahramanmaras (Turquía) este miércoles. SUHAIB SALEM (REUTERS)
Varias personas se calentaban junto a una hoguera en la ciudad de Malatya (Turquía). Emrah Gurel (AP)
Trabajos de búsqueda de supervivientes en la ciudad siria de Jandairis. RAMI AL SAYED (AFP)
Un hombre sujetaba la mano de su hija fallecida en la localidad de Kahramanmaras (Turquía).ADEM ALTAN (AFP)
Vista aérea de la región de Hatay, Turquía, después del terremoto de magnitud 7,8. Burak Kara (Getty Images)
Una mujer es rescatada por los equipos de emergencias de un edificio derrumbado en la región de Hatay, Turquía. Burak Kara (Getty Images)
Vista aérea de los daños tras el terremoto en la región turca de Hatay. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Supervivientes del terremoto recogen suministros proporcionados por una fábrica de pañales en Hatay, Turquía. BULENT KILIC (AFP)
Varios vecinos de la región turca de Hatay (sur del país) caminan entre los escombros. Muchos de ellos esperan noticias de sus seres queridos, atrapados bajo los edificios en ruinas. BULENT KILIC (AFP)
Vista de la ciudad turca de Iskenderun después del terremoto de ayer. Burak Kara (Getty Images)
Un niño de 8 años, tras ser rescatado en Elbistan, en la provincia turca de Kahramanmaras, a unos 600 kilómetros al sureste de la capital turca.IHLAS NEWS AGENCY (IHA) (via REUTERS)
Vista aérea de los escombros de lo que era un edificio en la región turca de Hatai. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Una persona busca supervivientes entre los escombros de un edificio colapsado en Kahramanmaras (Turquía). SUHAIB SALEM (REUTERS)
Un soldado ruso inspecciona los daños causados en un edificio en la ciudad de Alepo (Siria). Omar Sanadiki (AP)
Una mujer entre los escombros de un edificio en la región turca de Hatay. BULENT KILIC (AFP)
Un niño es sacado con vida de entre los escombros en la ciudad siria de Al Atareb. WHITE HELMETS (White Helmets via REUTERS)
Familias buscan a desaparecidos entre los escombros de un edificio colapsado en Kahramanmaras (Turquía). OZAN KOSE (AFP)
Personal de rescate recupera el cadáver de una persona de entre los escombros de un edificio en Alepo (Siria). Omar Sanadiki (AP)
Personal de emergencias saca a una mujer de entre los escombros en Elbistan (Turquía). Ismsail Coskun (AP)
Una mujer sentada entre los escombros de un edificio en la ciudad turca de Nurdagi. Khalil Hamra (AP)
Un hombre junto al cadáver de un fallecido por el terremoto en la localidad de Kahramanmaras (Turquía). OZAN KOSE (AFP)
Miembros de los equipos de rescate trabajan entre los escombros de un edificio hundido en la ciudad de Adana (Turquía). Hussein Malla (AP)
Vecinos de la localidad de Gaziantep (Turquía) observan las labores de rescate. SUHAIB SALEM (REUTERS)
Los trabajadores de emergencias rescatan a Muhammet Ruzgar, de cinco años, de entre las ruinas de un edificio en la región de Hatay (Turquía). UMIT BEKTAS (REUTERS)
El cadáver de un niño sirio entre los escombros de un edificio en la localidad de Jandaris, en la provincia de Alepo. MOHAMMED AL-RIFAI (AFP)
Una mujer llora junto a los restos de un edificio colapsado en la ciudad turca de Alejandreta. ERDEM SAHIN (EFE)
Un residente, tras ser rescatado por los servicios de emergencias en la región turca de Hatay. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Varias mujeres lloran junto a los restos de un edificio derrumbado en la ciudad turca de Hatay, este martes. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Trabajadores de rescate se calientan en una hoguera en la localidad siria de Sarmada. AAREF WATAD (AFP)
Una mujer es rescatada por los servicios de emergencias en la ciudad turca de Alejandreta. UMIT BEKTAS (REUTERS)
Varios residentes pasan la noche en la calle en la localidad de Alejandreta (Turquía). ERDEM SAHIN (EFE)
Equipos de rescate sacan a una superviviente de entre las ruinas de un edificio, este martes, en Kahramanmaras, Turquía. Khalil Hamra (AP)

“Sabemos que va a haber terremotos, los vivimos, tenemos experiencia porque ocurren frecuentemente, y a veces son muy destructivos. Y una de las principales causas de que sean tan destructivos es la calidad de las construcciones”, afirma la presidenta de la Cámara de Ingenieros Civiles de Esmirna, Eylem Ulutas Ayatar. Tras el terremoto de 1999, que se convirtió en catastrófico por la mala calidad de muchos edificios y por la escasa capacidad de respuesta del Estado, se reformaron numerosas agencias. De hecho, los equipos de protección civil de Turquía se encuentran ahora entre los más expertos de la región.

Sin embargo, la promesa hecha entonces de que las infraestructuras y las viviendas serían renovadas e inspeccionadas no ha avanzado a la misma velocidad. “El sistema de inspección de infraestructuras prometido en 1999 solo se implantó, en modo piloto, en 19 provincias y no se extendió a toda Turquía hasta después de ocurrido el terremoto de Van, 12 años después”, explica Ayatar.

Varios residentes rescataban este lunes a una niña de un edificio colapsado en la ciudad siria de Jandaris.RAMI AL SAYED (AFP)

En 2011, el entonces primer ministro y hoy presidente Erdogan prometió renovar el parque inmobiliario turco incluyendo medidas antisísmicas. La mayoría de los nuevos edificios las contienen, pero los expertos advierten de que no siempre se cumple la legislación. “Ahora, lo que más necesita el país es cooperación para sacar a quienes se han quedado atrapados bajo los escombros, mantas y comida para los damnificados y ayuda para superar el trauma”, añade la ingeniera. “Pero, una vez pase, debemos preguntarnos por qué, cada vez que se produce un terremoto, tenemos que aprender por las malas que es hora de aplicar las leyes, conocimientos técnicos y experiencia que tenemos para reducir su impacto”.

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