Brasil recibirá más de 200 millones de dólares de Alemania para preservar la Amazonía
Lula veta el uso de munición brasileña en la guerra de Ucrania y afirma que quiere ratificar el acuerdo comercial entre UE y Mercosur este semestre
Alemania destinará 203 millones de euros (220 millones de dólares) a proyectos de preservación ambiental en Brasil, la mayoría con el objetivo de frenar la deforestación en la Amazonía. El anuncio se hizo durante la visita a Brasilia del canciller Olaf Scholz, quien en la comparecencia conjunta con ...
Alemania destinará 203 millones de euros (220 millones de dólares) a proyectos de preservación ambiental en Brasil, la mayoría con el objetivo de frenar la deforestación en la Amazonía. El anuncio se hizo durante la visita a Brasilia del canciller Olaf Scholz, quien en la comparecencia conjunta con el presidente Lula da Silva se felicitó de la nueva etapa que se abre en Brasil. “Es una buena noticia para el planeta que Lula esté empeñado en combatir el cambio climático y la destrucción de la selva tropical”, dijo, remarcando que sin la protección de las selvas en Brasil y en Latinoamérica en general será imposible cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
Buena parte de los recursos de Alemania irán al llamado Fondo Amazonía, una herramienta creada por el Gobierno brasileño en 2009 para recibir recursos de donaciones internacionales. Alemania y Noruega son los principales aportadores, y hasta 2018 el fondo aplicó más de 1.000 millones de reales (180 millones de euros, 195 millones de dólares) en 103 proyectos. La aprobación y administración de los recursos es responsabilidad de uno de los bancos estatales de Brasil. Con la llegada del expresidente Jair Bolsonaro al poder y su discurso antiambientalista, el fondo quedó congelado. Lula lo reactivó firmando un decreto el 1 de enero, el día de su investidura. Rápidamente, tanto Alemania como Noruega anunciaron que retomarían las donaciones
Antes del encuentro entre Lula y Scholz, la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, se reunió con la ministra de Cooperación de Alemania, Svenja Schulze, con quien detalló el destino de esos fondos. Una buena parte se destinará a tareas de emergencia para solventar la crisis humanitaria que viven los indígenas yanomami, en la frontera de Brasil con Venezuela. Asediados desde hace tiempo por la minería ilegal que contamina de mercurio los ríos de su territorio, decenas de estos indígenas (incluyendo muchos niños) fueron rescatados en los últimos días en condiciones de desnutrición extrema y con malaria e infecciones respiratorias.
Alemania destinará al Fondo Amazonía en sí 35 millones de euros, pero el resto de recursos también irá a proyectos relacionados con la protección de la Amazonía. La partida más alta de las ayudas, por ejemplo, es de 80 millones de euros y servirá para ejecutar préstamos a agricultores para reforestar tierras degradadas. Lula agradeció la donación y reiteró el compromiso de Brasil con la lucha contra la deforestación ilegal.
Pero el encuentro entre Scholz y Lula (la primera visita oficial de un líder extranjero en su recién inaugurado mandato), con el medio ambiente como protagonista en la agenda, dio para más. Los dos trataron de la guerra entre Rusia y Ucrania, y Lula reiteró su negativa a enviar municiones a pesar de las presiones. “Brasil no tiene interés en enviar municiones que sean utilizadas entre Rusia y Ucrania, Brasil es un país de paz (…) Brasil no quiere tener ninguna participación, ni indirecta, porque creo que en este instante del mundo deberíamos estar buscando quien puede ayudar a encontrar la paz entre Rusia y Ucrania”, afirmó en la rueda de prensa conjunta.
Lula lamentó que se hable poco de paz y se mostró partidario de impulsar una especie de club de países que trabajen para poner fin al conflicto bélico. Citó a China, India e Indonesia, pero poniendo especial énfasis en el gigante asiático: “Nuestros amigos los chinos tienen un papel muy importante. Ya es hora de que (China) ponga las manos en la masa y ayude a encontrar la paz entre Rusia y Ucrania”, dijo, y avanzó que tratará de convencer a Xi Jinping en este sentido en su próxima visita a Pekín en el mes de marzo.
El acuerdo entre la UE y el Mercosur, aprobado en 2019 pero pendiente de ratificación desde entonces, fue otro de los principales puntos de la reunión bilateral. Lula recordó que en el pasado tanto Brasil como Argentina pusieron pegas por miedo a no poder reindustrializarse. Ahora las cosas cambiaron, y Lula prometió trabajar duro para conseguir la luz verde definitiva aún en el primer semestre de este año, un plazo bastante optimista que sorprendió al propio Scholz. Aun así, Lula dejó claro que quiere revisar el texto: “No puede hacerse tal como está, hay que cambiar alguna cosa”, avanzó, citando, por ejemplo, el capítulo referente a las compras gubernamentales, que considera vitales para la sostenibilidad de las pequeñas y medianas empresas de Brasil. Lula también habló de revisar las condiciones del proceso de adhesión de Brasil a la OCDE, porque Brasil “no puede ser un socio menor” y pidió ayuda a Alemania para reformar la Organización Mundial del Comercio y la ONU, para hacer realidad la vieja demanda de que los dos países tengan un asiento permanente en el Consejo de Seguridad.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.