Lula ve “necesario y urgente” cerrar el acuerdo entre Mercosur y Europa antes de abordar a China
El brasileño aprovecha su visita oficial a Uruguay para pedir paciencia a Lacalle Pou y mostrarse abierto a sus demandas de que el bloque se modernice
Las tensiones en el seno de Mercosur, el bloque integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, han marcado este miércoles la visita oficial del presidente Luiz Inácio Lula da Silva a la vecina Uruguay, última etapa de su primer viaje al extranjero. Al comparecer junto a su homólogo Luis Lacalle Pou en Montevideo, Lula ha ejercido de líder regional para instar a Uruguay a que tenga paciencia y permita que Mercosur ratifique...
Las tensiones en el seno de Mercosur, el bloque integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, han marcado este miércoles la visita oficial del presidente Luiz Inácio Lula da Silva a la vecina Uruguay, última etapa de su primer viaje al extranjero. Al comparecer junto a su homólogo Luis Lacalle Pou en Montevideo, Lula ha ejercido de líder regional para instar a Uruguay a que tenga paciencia y permita que Mercosur ratifique el acuerdo comercial alcanzado con la Unión Europea antes de que el bloque busque en conjunto un posible pacto con China. La iniciativa uruguaya de negociar con el gigante asiático por su cuenta —incluida la entrada en el Acuerdo Transpacífico— tiene a los socios soliviantados.
Lula ha afirmado que, en su opinión, “es urgente y necesario que el Mercosur llegue a un acuerdo con la Unión Europea”, en referencia al pacto cerrado en 2019 y pendiente de ratificar. Y ha añadido: “Lo que le dije al presidente Lacalle, y les he dicho a mis ministros, es que vamos a intensificar las discusiones con la Unión Europea y vamos a firmar este acuerdo para que podamos discutir con nuestro amigos chinos sobre un posible acuerdo China-Mercosur”.
La ratificación del acuerdo Mercosur-UE está atascada, en buena medida por los recelos de algunos socios europeos con la política del Gobierno de Jair Bolsonaro en la Amazonia. Ahora, con su salida del poder y la llegada de Lula y, su compromiso colocar el medio ambiente como prioridad, el asunto ha tomado nuevo brío.
Pero por el camino se cruzan las demandas de Uruguay, que quiere modernizar y flexibilizar el bloque sudamericano. Y ahí el presidente de Brasil ha desplegado ese encanto que marca su estilo de incansable negociador. Se ha mostrado comprensivo con las inquietudes de sus vecino, y entusiasta partidario de que, primero, los técnicos; luego, los ministros y, al final, los presidentes del bloque se sienten a negociar para “poder renovar lo que haya que renovar”. Justo antes había dicho: “Es justo querer producir más y querer vender más, y por eso es importante abrirse lo más posible al mundo empresarial”.
Lacalle Pou ha reiterado la vocación uruguaya de pertenencia a Mercosur y su plena conciencia de su posición ante su vecino de tamaño continental. “A nadie escapa el peso económico, demográfico de Brasil (...) y, si hay una decisión del presidente Lula en avanzar con China, nosotros podemos avanzar”, destacó, informa France Presse. Se ha comprometido a mantener informados a sus socios de sus contactos con la segunda potencia del mundo, informa Efe.
En contraste con su predecesor, el brasileño ha dejado claro ante Lacalle, de centro-derecha, que la afinidad ideológica, o la falta de ella, no afecta a su relación con otros jefes de Estado. “Los presidentes no tienen que pensar como yo, ni tengo que gustarles”, ha declarado en un discurso que ha comenzado con un agradecimiento personal por haber acudido a Brasilia el 1 de enero a su toma posesión acompañado de los expresidentes Julio María Sanguinetti y José Mujica, al que iba a ver después: “Antes de irme a casa, voy a pasar por casa de Mujica a visitarlo”.
En Montevideo termina el primera gira internacional de Lula, que inició su tercer mandato presidencial hace menos de un mes. Regreso que un asalto de miles de bolsonaristas a los tres poderes intentó hacer descarrilar. El brasileño aprovechó su participación en la cumbre de la Celac (la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe), de la que Bolsonaro sacó a Brasil en 2020, para hacer en Buenos Aires un alegato en defensa de una mayor integración regional que desea liderar y que sirva de trampolín para impulsar su presencia en todo tipo de foros internacionales.
El brasileño ha vuelto a echar mano en Montevideo de la diplomacia del fútbol, como hizo en Argentina. “Lo único que me duele de Uruguay es el Mundial del 1950. Pero, mira, fue hace mucho”, ha dicho. Aquel 2-1 de los visitantes en Maracaná pasó a la historia como el Macanazo.
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