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Argentina y Brasil relanzan la relación con el proyecto de una moneda común sin perder el real ni el peso

Los presidentes Lula y Fernández firman un acuerdo de integración que incluye apuestas conjuntas en energía y financiación

El presidente brasileño, Lula da Silva (izq.) junto a su par argentino Alberto Fernández.Foto: AGUSTIN MARCARIAN (REUTERS) | Vídeo: REUTERS

Los Gobiernos de Brasil y Argentina han decidido impulsar conjuntamente la creación de una moneda común que, si prospera, podría llamarse sur y llegar a tener alcance regional. Este proyecto a largo plazo ha sido el más llamativo del relanzamiento de la relación bilateral presentado este lunes en Buenos Aires por los presidentes Alberto Fernández, de Argentina, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil. Los mandatarios se han comprometido también a promover el comercio bilateral y el desarrollo de proyectos conjuntos, entre los que Argentina confía en que esté un gasoducto para exportar gas al país vecino.

“Comienza una nueva historia”, dijo Lula en una rueda de prensa conjunta con Fernández donde ambos mandatarios intercambiaron abrazos y elogios que muestran la buena sintonía entre ambos líderes de izquierda. “Estoy de vuelta para hacer buenos acuerdos con la Argentina. Para compartir la construcción de aquello que falta ser construido. Para ayudar con que la Argentina y Brasil puedan crecer económicamente”, agregó.

La recuperación de un aliado internacional clave da oxígeno al peronista Fernández en un año marcado por las elecciones presidenciales del próximo octubre. La inflación en 2022 rozó el 95%, la más alta en tres décadas, y la imposibilidad de acudir a los mercados internacionales en busca de financiación complica la realización de grandes obras públicas.

Uno de los proyectos de infraestructura más urgentes para el Gobierno argentino es el gasoducto Néstor Kirchner. El Ejecutivo de Fernández ha licitado ya la primera parte, desde Vaca Muerta, en el sur, hasta el centro del país. Ahora ha solicitado a Brasil que financie su extensión hasta la frontera que comparten ambos países con el objetivo de poder exportar el excedente. Argentina dejó de ser un país exportador de gas hace años y cada invierno se ve obligada a comprar gas licuado envasado a Bolivia. Estas importaciones obligan a desembolsar hasta 1.200 millones de dólares mensuales en los meses más fríos del año.

“Creo que vamos a poder crear las condiciones para ayudar a la construcción del gasoducto”, anticipó Lula durante la rueda de prensa. “Brasil y Argentina estamos ante una gran oportunidad: Brasil, de acceder a gas más barato que el que hoy le compra a Bolivia y Argentina, de abrir un mercado con volúmenes que hasta acá sobre le puede despachar a la central térmica uruguaiana o a Chile fuera de los períodos pico”, agregó por la tarde el ministro de Economía argentino, Sergio Massa, en rueda de prensa.

El presidente de Brasil, Lula da Silva, recibe un regalo de las Abuelas de Plaza de Mayo.
El presidente de Brasil, Lula da Silva, recibe un regalo de las Abuelas de Plaza de Mayo.CASA ROSADA (Europa Press)

Moneda para transacciones

La moneda común que tienen en mente Argentina y Brasil no será como el euro que circula libremente por diversos países, sino una moneda para transacciones comerciales y financieras que en ningún caso sustituiría al real brasileño o al peso argentino. Es un proyecto todavía en mantillas, ha reconocido el presidente brasileño. “Estamos esperando a que nuestros equipos (económicos) nos hagan una propuesta”, ha admitido Lula en la comparecencia.

La rueda de prensa ha estado marcada por las dudas sobre la presencia de Nicolás Maduro en la cumbre de la CELAC —después ha confirmado que no acudirá por temor a las protestas— y sobre cómo abordar la crisis política en Venezuela. Lula ha enmarcado los planes para una moneda común en el interés de ambos países por depender cada vez menos del dólar para las transacciones internacionales. Pero también ha admitido el brasileño que un proyecto implementado en esa línea por los Gobiernos de Argentina y Brasil hace más de una década tuvo modestos resultados. “Fue una experiencia tímida que no fluyó con la fuerza que esperábamos”, ha dicho tras recordar que la iniciativa consistió en que cada uno de los países autorizó el pago en la divisa del otro.

Solo unas horas antes, su ministro de Hacienda, Fernando Haddad, había explicado a los periodistas que el objetivo principal del proyecto era cómo ayudar a Argentina a comprar mercancías brasileñas sin dañar sus reservas en dólares. “El comercio [bilateral] es realmente malo y el problema es precisamente la divisa. Así que estamos buscando una solución, algo en común que pueda hacer que el comercio crezca”, dijo Haddad, del Partido de los Trabajadores, el domingo al llegar a Buenos Aires, informa Reuters. El propio ministro dijo que podría ser “una unidad común de comercio” a la que se unan otros países de la región, pero descartó poner en circulación una divisa única.

En un documento de 16 páginas, los mandatarios han desglosado la ambiciosa alianza estratégica que pretenden llevar adelante. Incluye la reducción de obstáculos comerciales y propuestas para la integración energética como el impulso de proyectos binacionales y la creación de un mercado sudamericano de energía; e iniciativas en materia científica, técnica, educativa y cultural.

Durante toda la conferencia de prensa la cercanía y complicidad entre ambos mandatarios ha sido evidente. Lula se ha emocionado al recordar que Fernández le visitó cuando estaba encarcelado y ha aprovechado para pedir disculpas a los argentinos “por las groserías” dichas contra ellos por “el anterior presidente, al que yo llamo genocida”, por su gestión de la pandemia, ha dicho.

Fernández, a su vez, ha vuelto a demostrar su respaldo a Lula tras el asalto al Congreso, la Presidencia y el Supremo de Brasil protagonizado por partidarios de Bolsonaro. “Quiero que sepas que desde la Argentina vamos a estar siempre a tu lado, pero no vamos a dejar que ningún delirante ataque a la democracia y las instituciones de Brasil. No vamos a dejar que ningún fascista ataque la soberanía popular”, lo defendió Fernández.

En uno de esos guiños que hacen las delicias de sus interlocutores, Lula ha confesado que en el último Mundial animó a Argentina (se entiende que después de que la Canarinha cayera eliminada) porque Messi se merecía coronar su carrera con una Copa del Mundo.

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