Una explosión en un gasoducto de Gazprom en Rusia eleva la inquietud sobre el suministro en la UE
Los servicios de emergencia rusos atribuyen a un accidente la enorme deflagración, en la que han muerto tres personas
El gasoducto Urengoi-Pomary-Uzhhorod, una tubería de una filial de Gazprom que atraviesa Ucrania y que es una de las dos únicas rutas para que el gas ruso llegue desde el Ártico a Europa tras el sabotaje del Nord Stream 1, ha registrado este martes una inquietante explosión. La deflagración, que ha provocado al menos tres muertos, se ha producido en Kalinino, en la región rusa de Chuvasia, en el centro del país. Los servicios de e...
El gasoducto Urengoi-Pomary-Uzhhorod, una tubería de una filial de Gazprom que atraviesa Ucrania y que es una de las dos únicas rutas para que el gas ruso llegue desde el Ártico a Europa tras el sabotaje del Nord Stream 1, ha registrado este martes una inquietante explosión. La deflagración, que ha provocado al menos tres muertos, se ha producido en Kalinino, en la región rusa de Chuvasia, en el centro del país. Los servicios de emergencia rusos han atribuido la enorme explosión a un accidente durante los trabajos de mantenimiento y reparación del conducto, construido en la década de 1980, según la agencia estatal rusa Tass.
Tras el cierre de Nord Stream, el suministro ruso solo llega a la Unión por dos vías: el tubo que cruza Ucrania y el que atraviesa Turquía. El gasoducto Yamal, que pasa por Polonia, lleva cerrado desde mayo.
Horas después, cuando muchos ojos observaban ya inquietos los mercados de la energía, una filial local del gigante gasista Gazprom, que opera el gasoducto afectado como todos los demás del resto de Rusia, ha informado de que estaba suministrando el hidrocarburo a los clientes a través de tuberías paralelas. “La sección dañada del gasoducto se localizó rápidamente”, ha afirmado en un comunicado la compañía, cuyo nombre completo es Gazprom Transgaz Nizhny Novgorod.
Pese a la explosión, el operador del sistema de conducción de gas de Ucrania (que no compra gas a Rusia directamente) confirmó que los volúmenes de suministro se mantienen sin cambios y que el hidrocarburo que entra desde Rusia no ha registrado importantes cambios de presión, sino que sigue suministrando unos 42,4 millones de metros cúbicos de gas. El episodio se produce cuando una gran parte de Ucrania, sobre todo el centro de país, tiene graves problemas de suministro eléctrico por los ataques de Rusia. Más de la mitad de la ciudadanía de Kiev no tiene luz, según las autoridades locales, tras los ataques del lunes a la infraestructura energética.
La explosión, en la que han muerto tres trabajadores, según el gobernador de la región de Chuvasia, Oleg Nikolayev, se produce en medio de las reducciones de suministro de gas ruso a Europa, que el Kremlin ha estado utilizando como arma en su guerra energética contra la UE. Además, el incidente ha ocurrido solo un día después de que los Veintisiete acordasen imponer un tope de precio al gas que se vende en el mercado mayorista de referencia (el holandés o TTF), en otra de sus iniciativas para contener los precios disparados de la energía, y que también forma parte de su estrategia de desengancharse del gas ruso del que muchos países de la Unión habían sido dependientes hasta que Putin lanzó la guerra a gran escala en Ucrania.
Tras lo sucedido en el gasoducto, uno de los más antiguos que unen Rusia y los países de la UE, los precios de los futuros del gas en el mercado TTF aumentaron más de un 6%, aunque volvieron a bajar horas después, tras la comunicación de Gazprom de que el gas fluía de nuevo por vías paralelas. Antes, la empresa gasista había dicho que esperaba bombear 43 millones de metros cúbicos de gas a Europa en las próximas 24 horas, a través del gasoducto que atraviesa Ucrania por Sudzha. El volumen anunciado de bombeo es acorde al realizado los últimos días.
Rusia ―cada vez más afectada por las sanciones occidentales, que se notan cada vez más en su economía, erigida ahora como una fortaleza― está intentando encontrar recovecos para sortear las restricciones y poder así mantener su producción y su economía a flote. En uno de esos intentos, el ministro de Energía ruso, Nikolai Shulginov, ha anunciado este martes su intención de cooperar con Irán en la producción de tecnología de turbinas de gas. “Existe un gran potencial en este campo” ha dicho Shulginov en una reunión con su homólogo iraní, Ai Akbat Mehrabian, según la agencia rusa Interfax.
Como reacción a la deflagración, varias empresas occidentales como Siemens, que habían suministrado turbinas a Rusia para sus plantas de energía a gas, han suspendido sus operaciones en Rusia o se han retirado, según varios informes.
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