El Kremlin acusa a Ucrania de dos explosiones en bases aéreas en suelo ruso a cientos de kilómetros de la frontera

Drones de Kiev atacaron las instalaciones rusas, confirma un alto funcionario ucranio al ‘The New York Times’

Explosión en el aeródromo de Engels, en la región de Sarátov, la madrugada de este lunes. Foto: REUTERS | Vídeo: EPV

Varias explosiones golpearon simultáneamente la madrugada del domingo al lunes dos aeródromos militares rusos situados a cientos de kilómetros de Ucrania. Una de ellas dejó al menos tres muertos y seis heridos. Cobra fuerza la hipótesis de un ataque. Medios locales apuntan a que al menos un dron estalló en una de las instalaciones, donde hay desplegados bombarderos estratégicos de las fuerzas aéreas rusas. El Ministerio de Defensa ruso responsabilizó este lunes a Ucrania del ataque, una autoría confirmada por un alto funcionario ucranio que, en declaraciones al diario estadounidense ...

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Varias explosiones golpearon simultáneamente la madrugada del domingo al lunes dos aeródromos militares rusos situados a cientos de kilómetros de Ucrania. Una de ellas dejó al menos tres muertos y seis heridos. Cobra fuerza la hipótesis de un ataque. Medios locales apuntan a que al menos un dron estalló en una de las instalaciones, donde hay desplegados bombarderos estratégicos de las fuerzas aéreas rusas. El Ministerio de Defensa ruso responsabilizó este lunes a Ucrania del ataque, una autoría confirmada por un alto funcionario ucranio que, en declaraciones al diario estadounidense The New York Times, ha asegurado que drones de su país bombardearon los aeródromos rusos. Previamente, Mijailo Podoliak, asesor del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, había ya insinuado en Twitter que las explosiones respondían a una operación especial de Kiev. Si se confirma oficialmente esta autoría ucrania, se trataría del ataque en suelo ruso más alejado de la frontera desde el inicio de la guerra.

El Ministerio de Defensa ruso confirmó en la tarde del lunes el ataque. Según su versión, Kiev lanzó contra sus bases varios drones a baja altitud “para poner fuera de servicio los aviones de largo alcance”. Moscú asegura que los proyectiles fueron interceptados, “aunque los fragmentos producidos por la explosión provocaron daños insignificantes en dos aviones”. De acuerdo con la información del The New York Times, los drones habían despegado de territorio ucranio y lograron destruir dos aviones rusos y dañar varios más.

Horas después de conocerse las explosiones, varias provincias de Ucrania, entre ellas la de Kiev, sufrieron ataques de misiles rusos, con al menos dos muertos. En su comunicado, el Ministerio de Defensa recalcó que este ataque no logró impedir su posterior bombardeo masivo contra la infraestructura ucrania. Según Moscú, alcanzó 17 objetivos con los misiles disparados por tierra, mar y aire. El mando de las fuerzas aéreas ucranias informó de que habían logrado derribar más de 60 de los proyectiles lanzados, que pasaban de los 70. La empresa estatal energética Ukrenergo aseguró que varias explosiones afectaron a sus infraestructuras, uno de los objetivos prioritarios de los ataques del ejército ruso. El primer ministro ucranio, Denis Shmihal, concretó que esos daños se han producido en las regiones de Kiev, Vinitsia y Odesa.

El gobernador de la región rusa de Sarátov, Román Busarguín, informó a través de Telegram de que las explosiones no afectaron a ningún edificio civil: “Quiero asegurarles que no se ha producido ninguna emergencia en zonas residenciales de la ciudad. No hay motivos para preocuparse. Ninguna infraestructura civil resultó dañada”, escribió. El aeropuerto de Sarátov está situado a más de 700 kilómetros de Ucrania. Según los medios rusos Astra y Baza, un dron explotó en la pista de la base aérea de Engels, en la región de Sarátov, y dos bombarderos estratégicos Tu-95 habrían resultado dañados. Estas aeronaves forman parte de las fuerzas de disuasión estratégica y tienen un papel importante en los ataques con misiles convencionales contra Ucrania.

Por otro lado, la agencia Ria Novosti ha informado de al menos otra explosión en un aeródromo de Riazán, situado a 200 kilómetros de Moscú. Según sus fuentes, al menos tres personas han muerto y seis han resultado heridas tras la supuesta explosión de un camión de combustible.

Antes de que el diario estadounidense publicara la información en la que cita al alto funcionario que confirmó la autoría ucrania del ataque, el asesor del presidente Zelenski había insinuado que Kiev había estado detrás de los ataques. “La Tierra es redonda, descubrimiento de Galileo. En el Kremlin no han estudiado astronomía y han dado preferencia a los astrólogos. Si hubiera sido así, lo sabrían: si algo se lanza al espacio aéreo de otros países, tarde o temprano unos objetos voladores desconocidos volverán al punto de partida”, escribió Podoliak en su cuenta de Twitter.

La industria militar ucrania anunció este domingo que tiene a punto un nuevo aparato no tripulado capaz de transportar una carga explosiva de 75 kilogramos a un radio de 1.000 kilómetros. “Después de probar con éxito el dron en un entorno de guerra electrónica, esperamos poder verlo en combate. Lo prometimos antes de finales de este año, estamos tratando de cumplir las promesas”, anunció la jefa de prensa del conglomerado industrial militar ucranio Ukroboronprom, según recoge la agencia Unian.

Objetivos prioritarios

Los aeródromos militares rusos son uno de los objetivos prioritarios para las Fuerzas Armadas ucranias. El 16 de agosto dieron un paso más en su respuesta a Rusia y bombardearon la base aérea de Saki, en Crimea, pese a que el Kremlin amenazaba con una dura réplica a cualquier acción contra la península anexionada en 2014. Además, Kiev podía tener un incentivo en atacar las instalaciones de Sarátov: el semanario alemán Der Spiegel publicó la pasada semana que la presencia de numerosos bombarderos estratégicos en las imágenes de satélite de la base de Engels apuntaban a la preparación de un nuevo ataque a gran escala contra Ucrania.

Poco después de las explosiones en los aeródromos de Riazán y Sarátov, y coincidiendo con el día de entrada en vigor del embargo europeo al petróleo ruso suministrado por mar y el tope occidental a su precio, Rusia lanzó este lunes una nueva andanada de misiles sobre territorio ucranio. Las alarmas sonaron en decenas de ciudades ucranias, incluida Kiev. “Ya se han lanzado misiles”, dijo Yuri Ihnat, portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania. “No ignore las alarmas”, advirtió a la ciudadanía Andri Yermak, jefe del gabinete presidencial ucranio.

Los misiles golpearon varias provincias, pero las peores consecuencias se vivieron en Zaporiyia, en el sudeste de Ucrania, donde las autoridades informaron de la muerte de, al menos, dos personas. El ataque afectó también a las infraestructuras que suministran electricidad en Kiev, Odesa y Vinitsia. Varias regiones sufrieron además cortes de luz y agua como Odesa y Mikolaiv, en el sur, Sumi, en el norte, o la ciudad natal del presidente Zelenski, Krivi Rig, en el este.

Estados Unidos, a través de su embajadora en Kiev, ha expuesto el impacto de los ataques en los suministros básicos de Ucrania como argumento para mantener el apoyo de Washington a la antigua república soviética. “Mientras Rusia apunte a la calefacción, el agua y la electricidad de todos los ucranios, incluidos niños y ancianos, continuaremos brindando defensa aérea contra la bárbara escalada de Rusia y daremos asistencia energética para ayudar a Ucrania a proteger y reparar la infraestructura civil”, escribió Bridget A. Brink en su cuenta de Twitter. Desde octubre, Rusia ha llevado a cabo media docena de ataques masivos contra Ucrania con el objetivo de tumbar su infraestructura energética a las puertas del invierno.

Algunos expertos rusos alertan de que, tras la explosión del puente de Kerch, en la península anexionada de Crimea, no hay nada a salvo en la retaguardia rusa. “Tras la voladura del puente quedó claro que no quedan instalaciones estratégicas en Rusia que puedan considerarse absolutamente seguras. O incluso antes, con el asesinato de Daria Dugina [hija del ideólogo del Kremlin Alexander Dugin]”, decía en las redes sociales el corresponsal de guerra ruso Alexánder Kots. “¿Sarátov está demasiado lejos? Existe la clandestinidad ucrania y opera en territorio ruso. Sí, nuestras fuerzas especiales detienen a agentes de Kiev regularmente, pero con el flujo de refugiados no puedes hacer un seguimiento de todos”, añadía Kots antes de advertir a su propia población de que está “demasiado bien acostumbrada a una vida tranquila”.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, junto al vice primer ministro Marat Jusnullin visita este lunes el puente de Kerch, que une Rusia con la península de Crimea, dañado por un ataque el 8 de octubre. MIKHAIL METZEL (AFP)

Putin teme nuevos ataques contra el puente de Crimea

Vladímir Putin ha recorrido este lunes el reconstruido puente de Crimea, casi dos meses después de su destrucción parcial. Se trata de una visita muy simbólica, ya que desde el inicio de la invasión de Ucrania, el pasado 24 de febrero, el presidente ruso no había visitado la península anexionada de forma ilegal en 2014. 

El mismo día que dos importantes bases aéreas rusas sufrían explosiones a cientos de kilómetros del frente, el mandatario advertía de que Rusia debe reforzar su control del disputado sur de Ucrania para proteger el suministro a la península del mar Negro. “Debido a las continuas amenazas expresadas oficialmente desde Kiev y por los posibles nuevos ataques contra el puente, Putin ha enfatizado la importancia de la vía terrestre que conecta Crimea con el resto de Rusia”, ha afirmado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Al volante de un Mercedes alemán, marca que ha abandonado el país por las sanciones, Putin inauguró por segunda vez desde su apertura en 2018 los cuatro carriles para vehículos que fueron dañados por una fuerte explosión el 8 de octubre. No obstante, estos solo estarán abiertos de momento a vehículos ligeros, y el propio Putin ha admitido que deben ser apuntalados hasta “alcanzar un estado perfecto”. Además, aún prosigue la reparación de sus vías de ferrocarril, una ruta clave para enviar suministros y fuerzas al ejército desplegado en el sur de Ucrania. Según Putin, su tráfico debería volver a operar a mediados del verano de 2023.

Putin fue informado por el vice primer ministro, Marat Jusnullin, sobre el progreso de las obras de restauración y conversó con algunos obreros. “Condujimos por el lado derecho. Según tengo entendido, el lado izquierdo del puente está en condiciones para operar, pero aún falta terminarlo. Sufrió un poco”, dijo Putin en declaraciones recogidas por la agencia Interfax. El vice primer ministro le respondió que aquel tramo “está en condiciones para funcionar” tras haber sido reforzado durante los primeros días posteriores al ataque. "Pero si usted lo indica, lo pondremos en las mismas condiciones que el otro lado”, añadió. 

La reparación del puente de Kerch se ha visto afectada por el mal tiempo. “¿Las tormentas no interfirieron?”, preguntó Putin a Jusnullin dentro del coche. “Interfirieron con fuerza. De 55 días, en 22 hubo tormentas”, respondió el alto cargo.

Moscú acusó al Ministerio de Defensa ucranio de los fuertes daños que sufrió una infraestructura que el Kremlin convirtió en un símbolo de su conquista territorial hace ocho años. Según su investigación, el sabotaje habría sido perpetrado a través de una compleja operación donde los servicios especiales de Kiev y varios colaboradores rusos ocultaron una bomba en un camión de carga. El explosivo fue enviado a la ciudad rusa de Armavir a través de Bulgaria, Armenia y Georgia, y después fue introducido en un cargamento de rollos de película cuya entrega se solicitó a una dirección falsa en Crimea. El Gobierno ucranio nunca confirmó haber sido autor del ataque.

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