Washington designa un fiscal especial para investigar a Trump
El anuncio del Departamento de Justicia se produce solo tres días después de que el republicano anunciara su candidatura a la reelección en 2024. El expresidente califica al fiscal como “izquierdista radical” y dice que hay una “caza de brujas”
Tres días después de que Donald Trump anunciase su candidatura a la reelección en 2024, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, ha nombrado a un fiscal especial para supervisar la investigación del Departamento de Justicia sobre la presencia de documentos clasificados en la finca del expresidente en Florida, así como asuntos clave de la investigación relacionada ...
Tres días después de que Donald Trump anunciase su candidatura a la reelección en 2024, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, ha nombrado a un fiscal especial para supervisar la investigación del Departamento de Justicia sobre la presencia de documentos clasificados en la finca del expresidente en Florida, así como asuntos clave de la investigación relacionada con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Las dos investigaciones en curso, de índole política, se suman a otras dos, de carácter civil y penal, en las fiscalías del Estado de Nueva York y Manhattan, respectivamente, por irregularidades en sus negocios. Un quinto caso, también de carácter político, escudriña los intentos del exmandatario por revertir el resultado de las elecciones de 2020 en Georgia.
El elegido es Jack Smith, funcionario del Departamento de Justicia y experto en crímenes de guerra que fue miembro del Tribunal Especial de La Haya para Kosovo. “Basándome en los últimos acontecimientos, incluido el anuncio del expresidente de que es candidato a la presidencia en las próximas elecciones y la intención declarada del presidente actual de ser también candidato, he llegado a la conclusión de que es de interés público nombrar un abogado especial”, dijo Garland. “Este nombramiento subraya el compromiso del Departamento [de Justicia] tanto con la independencia como con la responsabilidad en asuntos especialmente delicados”.
La iniciativa de Garland, a quien los republicanos habían prometido expedientar en vísperas de las elecciones de medio mandato, cuando los sondeos les sonreían, es un reconocimiento de las inequívocas implicaciones políticas de los casos citados: los documentos requisados de la Casa Blanca, el papel de Trump al instigar la insurrección de sus seguidores en el Capitolio, motivo por el cual ha sido citado a declarar por el comité del Congreso, y sus maniobras para convencer a funcionarios del Estado de Georgia de que dieran vuelta a los resultados de las elecciones de 2020.
Estaba previsto que el propio Garland anunciara oficialmente la designación del fiscal especial, una figura similar a la de Robert Mueller en la investigación de la trama rusa en el primer impeachment a Trump, a última hora de este viernes (hora local), según The Wall Street Journal y The New York Times, pero la ansiedad informativa provocada por la noticia, un bombazo en términos políticos, ha precipitado el anuncio con una comparecencia del máximo responsable de Justicia en la que dio a conocer la identidad del elegido.
El objetivo de Garland es acelerar el curso de las investigaciones, aunque el papel del supervisor quede supeditado al fiscal general, que tendrá la última palabra sobre la presentación de cargos, si fuera el caso. De Smith se espera, según la cadena de televisión CNN, que recopile más información para convocar la declaración de testigos ante un gran jurado en las próximas semanas. Superada la práctica paralización de la actividad política por la celebración de las elecciones intermedias, y tras un resultado relativamente satisfactorio para los demócratas ―Garland, nombrado por el presidente Joe Biden, lo es―, el nombramiento del supervisor, que fue adelantado por un alto funcionario del Departamento de Justicia bajo petición de anonimato, representa el primer cortafuegos a las aspiraciones de Trump, y la primera ficha importante que mueven los demócratas en la campaña presidencial de 2024.
Los abogados especiales son fiscales semindependientes que, según la normativa del Departamento de Justicia, pueden ser nombrados para investigaciones de alto nivel cuando puede darse un conflicto de intereses. Tienen una mayor autonomía operativa que los fiscales ordinarios de Estados Unidos, pero en última instancia siguen estando sujetos al control del fiscal general.
Para Trump no resultará una experiencia nueva. Mientras estaba en la Casa Blanca, se enfrentó a una investigación del abogado o fiscal especial Robert S. Mueller, que escudriñó la naturaleza de varios vínculos entre su campaña de 2016 y Rusia, la conocida como trama rusa. Mueller concluyó que Trump había incurrido al menos una decena de veces en obstrucción a la justicia, pese a lo cual el presidente salió airoso del impeachment (juicio político) en el Congreso. Tras abandonar la Casa Blanca fue sometido a otro, del que tampoco se derivaron consecuencias.
En el anuncio de este viernes, Garland también ha utilizado el término “obstrucción” al menos dos veces: el caso de obstrucción, junto con las posibles violaciones de la Ley de Espionaje por llevarse de la Casa Blanca documentos confidenciales, lo que equivale a retención de información de defensa nacional, se consideran los dos cargos más probables que podría presentar el Departamento de Justicia contra Trump.
Tras conocerse el nombramiento de Garland, el expresidente Trump le ha calificado de “izquierdista radical”. En un discurso desde Palm Beach, el exmandatario ha enmarcado la designación del fiscal como el último episodio de una “caza de brujas” en su contra. En su opinión, se trata de un abuso de poder “horrible” que llega cuando él creía que la investigación sobre el asalto al Capitolio estaba “muerta”. “Esto está amañado igual que lo estuvieron las elecciones de 2020, y no podemos dejar que algo así le ocurra a nuestro país”, ha afirmado Trump.
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