Monómeros, la empresa que simboliza el hundimiento de la oposición venezolana

Acusaciones mutuas de corrupción, zancadillas y negocios personales: el antichavismo se enlodó con la petroquímica Monómeros en los tiempos del denominado gobierno interino

La empresa petroquímica Monómeros, con sede en Barranquilla (Colombia).CORTESÍA

Si algún saldo ha quedado a la vista con la experiencia del denominado gobierno interino es el de haber deteriorado aún más las relaciones personales y políticas de los actores de la oposición venezolana.

Entre los activos nacionales en el exterior que tomó la oposición tras la irrupción de Juan Guaidó al impugnar las elecciones presidenciales de 2018 —en las que Nicolás Maduro se hizo reelegir para un nuevo período de 6 años— destaca...

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Si algún saldo ha quedado a la vista con la experiencia del denominado gobierno interino es el de haber deteriorado aún más las relaciones personales y políticas de los actores de la oposición venezolana.

Entre los activos nacionales en el exterior que tomó la oposición tras la irrupción de Juan Guaidó al impugnar las elecciones presidenciales de 2018 —en las que Nicolás Maduro se hizo reelegir para un nuevo período de 6 años— destaca Monómeros Colombo-Venezolanos, petroquímica productora de fertilizantes que ocupa el 37 por ciento del mercado colombiano, vendida en su totalidad por el Gobierno de Alvaro Uribe a Hugo Chávez en 2006, y controlada por la oposición desde la crisis política de 2019.

Las pugnas internas y los intereses personales entre los políticos opositores en la gestión de Monómeros ofrecen un desalentador balance de recriminaciones mutuas y acusaciones de corrupción.

El pleito se ha desarrollado en los confines del denominado G-4, la alianza de los partidos opositores más grandes, (integrada por Primero Justicia, Acción Democrática, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo), que domina la Asamblea Nacional electa en 2015 y sigue sesionando semi-clandestinamente al no reconocer la nueva elección de 2020. El parlamento de 2015 se rige por un Estatuto de Transición que, al ostentar la mayoría, permite al g-4 aprobar las decisiones de Juan Guaidó en este y otros temas administrativos.

Cuotas de partidos

Los partidos del g-4 decidieron asumir sus cuotas colocando técnicos cercanos a su militancia en la Junta Directiva de Monómeros a partir de 2019, una vez constituido el Gobierno Interno con el respaldo del gobierno de Iván Duque. Acción Democrática ha tenido derecho a colocar dos de los cinco miembros de la Junta Directiva. Los problemas de Monómeros han tenido enfrentados, sobre todo, a Acción Democrática, y a Voluntad Popular, el partido de Guaidó fundado por Leopoldo López.

López y Voluntad Popular acusan al gerente general de Monómeros, Guillermo Rodríguez Laprea, y a su predecesor, Gustavo Sol, de varios actos de corrupción vinculados a sobornos y sobreprecios.

Rodríguez Laprea y Diana Bracho, presidenta de Petroquímica de Venezuela, Pequiven (ad hoc) ha sido señalados, entre otras cosas, de fomentar la contratación de una empresa sin trayectoria– LyonStreet, constituida en Panamá- para intermediar indebidamente en la venta de materia prima a Monómeros, formalizando un “acuerdo de colaboración empresarial” de 15 años de duración, de “dudosa solvencia técnica” de acuerdo a lo que asienta un informe de la Comisión de Contraloría de la Asamblea electa en 2015, y juzgada como “innecesaria” por el Procurador especial Enrique Sánchez Falcón.

Este acuerdo obligaría a los proveedores de materia prima a entenderse primero con esta compañía para poder formalizar acuerdos con Monómeros con el objeto de lucrarse indebidamente, en condiciones lesivas al interés nacional. En la investigación legislativa, se afirmó que, en 2020, Rodríguez Laprea representó a una empresa llamada Insumos del Pacífico procurando concretar un acuerdo parecido al de LyonStret. El procedimiento de Rodríguez Laprea fue denunciado y protestado por el sindicato de Monómeros.

El informe de la Comisión de Contraloría del Parlamento de 2015 sobre el caso Monómeros, presidida por el diputado Macario González, en el cual queda en tela de juicio la conducta de Rodríguez Laprea, no fue aprobado en la Asamblea Nacional opositora. El propio Guaidó emitió un decreto para reestructurar su Junta Directiva, pero fue vetado por 3 de los 4 los partidos del g-4. Los señalamientos hechos a Gustavo Sol, Rodríguez Laprea y Diana Bracho tienen como destinatario final a Luis Aquiles Moreno, unos de los principales dirigentes de Acción Democrática.

A su vez, Rodríguez Laprea acusa a López, Jon Goicoechea, de Voluntad Popular, y a Carmen Elisa Hernández, presidenta de la Junta Directiva de Monómeros entre 2019 y 2021, de orquestar subrepticiamente una “toma hostil” de la empresa en favor de la empresa estadounidense Nitron, una de sus proveedoras de materia prima, a través de un procedimiento administrativo llamado “ioan to own”, que consistiría en absorber la mayoría del pasivo externo de la empresa para luego convertir esas deudas en acciones.

El líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, saluda a una mujer en Caracas (Venezuela), el 21 de octubre de 2022.LEONARDO FERNANDEZ VILORIA (Reuters)

Rodríguez Laprea alude la existencia una campaña sesgada contra Monómeros destinada a generar pánico financiero para afectar la caja de la compañía, operación de la cual acusa a Hernández, y que habría producido su intervención por parte de Supersociedades, institución rectora de la gestión empresarial en Colombia. La intervención de Supersociedades se hizo cuando estuvo al corriente de irregularidades, a instancias de Hernández y Leopoldo López. De este procedimiento estuvo informado el expresidente colombiano Iván Duque. López habría consignado ante el G-4 las ramificaciones de la corrupción gerencial.

Problemas de vieja data

Heredando años del desastre administrativo del chavismo, la nueva gerencia de la petroquímica Monómeros tenía frente a sí un cuadro complejo: las limitantes temporales de la licencia de la OFAC para comercializar; el encarecimiento de la materia prima; la desconfianza de la banca ante el ruido político y las complicaciones de la pandemia.

Las cosas lograron enderezarse parcialmente durante 2019 con la nueva administración, al ser presentada por primera vez un balance con los estados financieros al parlamento controlado por la Oposición, que documentaban un pequeño superávit. Estas comparecencias públicas no se hicieron más.

Las tensiones internas en esta empresa se expresan a través de una modalidad que ha sido muy común en la Venezuela de estos años: el enfrentamiento entre técnicos especializados y políticos profesionales.

Rodríguez Laprea, Diana Bracho y Winston Cabas, parte de la gerencia de Monómeros, han afirmado que los balances de la compañía se han recuperado. Cabas ha afirmado que, a la fecha, se han realizado cuatro auditorías muy satisfactorias sobre la gestión empresarial de Monómeros.

Al negar sus vínculos con Nitrón, uno de los grandes proveedores de materia prima en el mundo petroquímico, Leopoldo López emitió una declaración en la cual afirma “el 15 de septiembre, la dictadura de Nicolás Maduro tomó el control de Monómeros. Los intereses de los corruptos de Monómeros y sus socios contratistas, y los del régimen de Maduro, confluyen en un sólo propósito: promover un escándalo, politizar la investigación y exonerar a los responsables.”

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