El exasesor de Trump Steve Bannon, condenado a cuatro meses de cárcel
Un juez federal impone al estratega político también una multa de 6.500 dólares por negarse a declarar ante la comisión del Congreso que investiga el asalto al Capitolio
Un juez federal de Washington ha condenado este viernes a Steve Bannon, estratega y aliado del expresidente de Estados Unidos Donald Trump, a cuatro meses de prisión por desafiar la citación del comité de la Cámara de Representantes que investiga el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio....
Un juez federal de Washington ha condenado este viernes a Steve Bannon, estratega y aliado del expresidente de Estados Unidos Donald Trump, a cuatro meses de prisión por desafiar la citación del comité de la Cámara de Representantes que investiga el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio. Sus nueve miembros (siete demócratas y dos republicanos) lo llamaron a declarar en septiembre de 2021. Y Bannon no solo no se avino a hacerlo, sino que tampoco proporcionó los documentos que se le solicitaban. La condena también acarrea una multa de 6.500 dólares (una cantidad similar en euros).
Para no cumplir con la citación, Bannon recurrió a su supuesto “privilegio ejecutivo”, que asiste a quienes trabajan en la Casa Blanca para sortear la obligación de declarar sobre lo que pasó durante su tiempo en el cargo. La comisión que investiga el asalto a la sede de la democracia estadounidense el día en el que se tenía que producir la pacífica transición de poder presidencial le hizo saber entonces al exasesor de Trump que los hechos sobre los que querían arrojar luz sucedieron mucho después del breve paso por la Administración del ideólogo populista. La acusación consideraba que este “siguió una estrategia de mala fe y de desafío y desprecio [hacia la comisión]”.
Al leer su fallo, el juez Carl Nichols dijo que Bannon, que permanecerá en libertad mientras trabaja en su apelación, no había mostrado “ningún remordimiento por sus acciones” y que “todavía tiene que demostrar que tiene alguna intención de cumplir con la citación”. Como atenuantes para evitar una sentencia más dura, el magistrado se refirió a los intentos del acusado, posteriores a los hechos por los que se le juzgaba, de llegar a un acuerdo con el comité, su servicio en la Marina, su falta de antecedentes penales y la indefinición jurídica de la figura del privilegio ejecutivo.
Bannon, vestido con su característica chaqueta militar oscura, escuchó el fallo con ademán impasible, según los testigos en el interior de la sala. Antes, su abogado, David I. Schoen, que representó a Trump en su segundo impeachment (juicio político), se largó un discurso de una hora, en la que hubo tiempo hasta de citar al cuarto presidente de Estados Unidos, James Madison, para tratar de convencer al juez sin éxito de que absolviera a su cliente, que también está acusado de defraudar más de un millón de dólares en donaciones para sufragar la construcción del muro entre Estados Unidos y México, plan estrella de la campaña que llevó a Trump a la Casa Blanca. El expresidente aprovechó las últimas horas en su cargo para indultarlo por aquellos hechos. Eso no impidió que le abrieran una causa, aún pendiente en Nueva York. La oficina del fiscal de distrito de Manhattan lo acusó de fraude, lavado de dinero y conspiración.
Otro estrecho colaborador de Trump, Peter Navarro, que fue asesor comercial de la Casa Blanca, está esperando conocer su pena el mes que viene en Washington por un caso similar de desacato, delito del que fue hallado culpable el pasado mes de junio.
Cabe interpretar esta condena a Bannon, referente de la alt right estadounidense y uno de los ideólogos más influyentes del nacionalpopulismo en el mundo, de Jair Bolsonaro a Matteo Salvini, como una victoria para el comité que investiga los hechos del 6 de enero, que lleva trabajando en el caso casi un año y medio, ha revisado más de 140.000 documentos y ha hecho más de mil entrevistas.
La semana pasada, la comisión aprobó por unanimidad citar a Trump para que declare, tras considerar probado que el expresidente tenía un “plan premeditado” para declararse ganador de las elecciones aunque perdiese. El expresidente y sus seguidores más acérrimos siguen difundiendo el bulo, sin probar, de que la elección de 2020, que llevó al demócrata Joe Biden a la Casa Blanca, les fue robada.
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