Una fuerte explosión destruye parte del único puente que une la península de Crimea con Rusia
Las autoridades rusas denuncian que el estallido de un camión ha dañado la principal infraestructura de comunicación del territorio anexionado por Moscú. El Gobierno ucranio no asume la autoría de un posible ataque
Ucrania se ha levantado este sábado con una de las noticias más esperadas por sus Fuerzas Armadas: el puente del estrecho de Kerch, el único que une Rusia y Crimea, ha sido gravemente dañado por una fuerte explosión y el incendio en varios vagones de un tren cisterna. Esta infraestructura es clave en el suministro de recursos para la península anexionada de forma ilegal por Moscú en 2014 y para la maquinaria de guerra del invasor. Las autoridades rusas en Crimea acusan a Kiev de estar de...
Ucrania se ha levantado este sábado con una de las noticias más esperadas por sus Fuerzas Armadas: el puente del estrecho de Kerch, el único que une Rusia y Crimea, ha sido gravemente dañado por una fuerte explosión y el incendio en varios vagones de un tren cisterna. Esta infraestructura es clave en el suministro de recursos para la península anexionada de forma ilegal por Moscú en 2014 y para la maquinaria de guerra del invasor. Las autoridades rusas en Crimea acusan a Kiev de estar detrás de un ataque mediante un camión bomba. El Gobierno ucranio no confirma la autoría de la acción, al igual que en ataques anteriores contra objetivos rusos en Crimea, aunque sí ha celebrado con varios mensajes en las redes sociales el daño ocasionado en el puente, inaugurado en 2018 por el presidente ruso, Vladímir Putin, como símbolo de la anexión de la península y la ocupación de las fuerzas del Kremlin en Ucrania. El tráfico de automóviles y autobuses y el transporte ferroviario se han reanudado esta tarde pese a los daños en las infraestructuras, según han anunciado las autoridades rusas.
Los vídeos que han difundido medios rusos y cuentas de Telegram afines a Moscú muestran una fuerte explosión esta madrugada en el puente al paso de un camión. Las imágenes tomadas horas después confirmaban que una parte de la autovía había quedado destruida, caída sobre el agua, mientras que otra había resultado dañada. La explosión se produjo además cuando pasaba por la vía ferroviaria del puente, en la parte alta de la infraestructura, un convoy de tren con cisternas que transportaban combustible, según la policía rusa, lo que también ha dañado ese tramo. El estallido provocó un incendio en varios de los vagones del convoy y una espesa columna de humo negro sobre el puente.
El equipo fiscal ruso encargado de la investigación ha informado de que al menos tres personas han muerto en la explosión. Se trataría de los pasajeros de un vehículo que pasaba junto al lugar de la detonación, según la agencia estatal rusa Ria Novosti. Los investigadores han hallado documentación en el lugar sobre el camión y su propietario, residente de la región rusa de Krasnodar, a donde se han trasladado también las pesquisas.
El presidente del Parlamento prorruso de Crimea, Vladímir Konstantinov, ha atribuido el suceso a un sabotaje de Ucrania. La explosión se ha producido en el lado del puente dentro de territorio ucranio, arrebatado por Moscú en 2014. Kiev no ha confirmado su autoría aunque Mijailo Podoliak, asesor del presidente Volodímir Zelenski, ha escrito en Twitter: “Crimea, el puente, el inicio. Todo lo ilegal debe ser destruido, todo lo robado debe volver a Ucrania, todo lo que ha sido ocupado por Rusia debe ser expulsado”.
Mensajes confusos de Kiev
Podoliak sorprendió posteriormente al asegurar que la responsabilidad del ataque había que buscarla en Rusia, y que detrás del sabotaje estaba la lucha de poder entre los servicios secretos y el Ministerio de Defensa rusos: “¿No es obvio quién causó la explosión? El camión venía de Rusia”. El Ministerio de Defensa ucranio ha publicado los siguiente en Twitter: “La fragata Moskva y el puente de Kerch, dos importantes símbolos del poder ruso en Crimea, han caído. ¿Qué será lo siguiente, rusos?”. El Moskva, el buque insignia de la flota rusa en el mar Negro, fue hundido en abril con un Neptune, un misil de fabricación ucrania.
Las Fuerzas Armadas ucranias habían planificado en el pasado ataques al puente de Kerch, sin éxito, en parte debido a las defensas antiaéreas que protegen esta infraestructura. Analistas de medios influyentes en la región, como Nexta o Bellingcat, han subrayado que el método del ataque puede ser otro porque el puente tiene en sus accesos sistemas tecnológicos de seguridad que detectan la presencia de explosivos en los vehículos.
El tráfico automovilístico en los carriles no dañados por la explosión se ha reanudado en la tarde de este sábado, al igual que el transporte ferroviario, según han anunciado las autoridades locales. “Ha comenzado el movimiento de vehículos a lo largo del puente de Crimea. Por el momento, el tráfico está abierto a automóviles y autobuses con un procedimiento de inspección completo”, ha escrito en su canal de Telegram el gobernador ruso de Crimea, Serguéi Aksiónov, que ha asegurado además que se reforzarán las líneas de ferri entre territorio ruso y la anexionada península.
Alexander Kots, una de las voces propagandistas rusas más conocidas que acompañan a las tropas invasoras desde el inicio de la guerra, ha escrito en su cuenta de Telegram que lo más significativo del ataque es que Ucrania ha probado que la seguridad del puente y de Crimea en su conjunto no están garantizadas: “Nada es imposible, los ucranios lo han demostrado”.
Golpe a la logística rusa
Lo que es indudable es que los daños ocasionados en el puente del estrecho de Kerch complican aún más si cabe la logística del ejército ruso. La infraestructura facilita el paso fluido de trenes y camiones militares sin la amenaza constante de los partisanos ucranios, miembros de la resistencia que combaten contra Moscú desde 2014. La otra alternativa es la lengua de tierra conquistada en el sur de Ucrania, la ruta que pasa por Mariupol y Melitopol y que provee al frente de Jersón, aunque está más cerca de la artillería y de los saboteadores. Hace unas semanas, una fuerte explosión destruyó un tramo de vías junto a la estación de Nizyana. Esta acción entorpeció el transporte de suministros militares y obligó a las fuerzas rusas a reforzar su seguridad en la zona. “Una vez más el régimen criminal de Kiev golpea la infraestructura en Zaporiyia”, se lamentó aquel día el jefe de la administración militar local a través de Telegram.
El puente de Kerch fue inaugurado en 2018 por el presidente ruso, Vladímir Putin. Es una obra faraónica de 18 kilómetros de longitud, y fue una prioridad del Kremlin para que la península ucrania anexionada ilegalmente se incorporara rápido a Rusia. Ucrania llevó a cabo este verano los primeros ataques contra la flota del mar Negro, con sede en Crimea, el más significativo, el que se produjo el 9 de agosto contra la base aérea de Saki. También en esta ocasión, Kiev evitó informar sobre cómo se habían producido los ataques.
“Esto no es solo el puente de Crimea; es el puente de Putin”, ha destacado en un mensaje en Twitter Lucian Kim, analista del centro Wilson. El experto recordó que tras la anexión de Crimea, el avance del Kremlin hacia Mariupol de 2014 “provocó el temor de un puente terrestre ruso hacia la península, lo que obligó a Kiev a aceptar los tratados de Minsk”. Reanudada la guerra este año, Kim resalta que “independientemente de los desastres de su ofensiva, Putin logró establecer este puente con las vidas de miles de civiles”.
La conexión con Crimea es uno de símbolos de dos décadas de putinismo. El mandatario lo inauguró conduciendo un camión en otra de sus demostraciones de poder, y su propaganda filmó incluso películas sobre aquella infraestructura. Se estima que en la actualidad hay unos 50.000 turistas rusos en Crimea. Unos 4.000 tenían previsto abandonar la región en los próximos cuatro días. “Estamos trabajando para garantizar que los hoteles y los resorts de Crimea extiendan el alojamiento de forma gratuita para sus huéspedes”, ha anunciado la responsable del organismo de turismo ruso Rosturism, a través de las redes sociales.
La logística interna de la península también preocupa a sus ciudadanos. La fiscalía general rusa ordenó a las autoridades de la ciudad independiente de Sebastopol y de la propia península que vigilen cualquier posible subida de precios en los alimentos y combustible en los próximos días. Por su parte, el Ministerio de Comercio ruso ha intentado tranquilizar a sus habitantes con un comunicado donde dice que hay “alimentos suficientes” en la región.
La explosión se ha producido además en plena retirada de tropas en Jersón, provincia en la que las fuerzas rusas han sido empujadas hacia la orilla del río Dniéper. “[El ataque] ha sido planificado por el Servicio de Seguridad de Ucrania destinado no solo para cumplir su deseo simbólico de destruir el puente de Crimea, sino también para dificultar la logística y el refuerzo del ejército ruso en las fronteras de Jersón”, ha manifestado a la agencia Tass el primer vicepresidente del Comité de Seguridad de la Duma Estatal, Yuri Afonin.
El ataque en el corazón de Crimea ha coincidido con un nombramiento muy significativo en el alto mando ruso. El ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, ascendió al jefe de las Fuerzas Aeroespaciales, Serguéi Surovikin, a comandante del grupo conjunto de fuerzas que llevan a cabo la campaña de Ucrania. Su elección se suma a otros importantes cambios efectuados en las últimas semanas, entre ellos los de varios jefes de distritos militares rusos y el del máximo responsable de la logística desde 1997. Surovikin es conocido sobre todo por su papel en la represión de las protestas del 21 de agosto de 1991 contra el golpe de Estado dado por la cúpula comunista. Su batallón de fusileros fue responsable de las únicas muertes producidas aquel día, las de tres civiles que posteriormente fueron reconocidos como héroes de la Unión Soviética. Surovikin, por su parte, pasó siete meses en la cárcel, pero fue rehabilitado tras la disolución de la URSS.
Fosa común en Donetsk
Mientras, al noreste de Crimea, según avanza el ejército ucranio por el frente oriental, siguen aflorando nuevos horrores de la invasión rusa. Pavlo Kirilenko, el gobernador de la provincia de Donetsk, ha comunicado este sábado el hallazgo de 200 tumbas y de una fosa común en las proximidades de Liman, uno de los municipios de Donbás reconquistados por Ucrania en las últimas semanas, después de meses de ocupación de las tropas del Kremlin.
Kirilenko ha compartido imágenes de las 200 tumbas y de la fosa, en una zona de campo. Las sepulturas están marcadas con cruces, y el gobernador de Donetsk ha avanzado que se trata de cuerpos de civiles. En la fosa común, según Kirilenko, hay un número indeterminado de cadáveres, tanto de civiles como de militares. En las calles y parques de la vecina Sviatohirsk también se han exhumado una veintena de cadáveres que no habían podido ser enterrados en el cementerio debido al peligro por las operaciones militares de los últimos meses.
El hallazgo de Liman se produce tan solo tres semanas después de que en Izium, otro municipio liberado en el este del país, se descubrieran en una zona boscosa unos 400 cadáveres por identificar, algunos con signos de torturas. La provincia de Járkov, donde se ubica Izium, fue reconquistada en septiembre por las tropas ucranias. En la provincia han sido recuperados hasta el momento 534 cuerpos de civiles, según las autoridades locales. Una investigación de Naciones Unidas determinó el mes pasado que las fuerzas rusas han cometido crímenes de guerra por lo menos en 16 municipios de las provincias de Kiev, Chernihiv, Járkov y Sumi.
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