El Nobel de la paz ruso Dmitri Muratov subasta la medalla del premio para los niños desplazados de Ucrania
El director del periódico independiente ‘Novaya Gazeta’ recauda 98 millones de euros que entregará a Unicef para los menores que han huido por el conflicto
El periodista ruso y Nobel de la Paz 2021, Dmitri Muratov, subastó este lunes en Nueva York la medalla conmemorativa de ese galardón por una cifra récord de 103,5 millones de dólares (unos 98 millones de euros) para ayudar a los niños desplazados por la ofensiva rusa en Ucrania. Toda la recaudación de la subasta, que coincidió con la celebración del ...
El periodista ruso y Nobel de la Paz 2021, Dmitri Muratov, subastó este lunes en Nueva York la medalla conmemorativa de ese galardón por una cifra récord de 103,5 millones de dólares (unos 98 millones de euros) para ayudar a los niños desplazados por la ofensiva rusa en Ucrania. Toda la recaudación de la subasta, que coincidió con la celebración del Día Mundial de los Refugiados, el 20 de junio, se destinará a apoyar la respuesta humanitaria del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), informó en un comunicado la empresa Heritage Auctions, encargada de la venta. La identidad del comprador no ha sido revelada por la casa de subastas.
La puja comenzó en 700.000 dólares y rápidamente llegó a los 16,6 millones, pero de pronto un postor hizo una oferta telefónica de 103,5 millones de dólares que nadie más igualó. “Lo más importante es que la gente conozca que hay un conflicto y que debemos ayudar a quienes más sufren”, declaró el periodista tras subastarse la medalla del premio. Muratov animó también a que su iniciativa “sea un ejemplo para que la gente subaste sus objetos de valor para ayudar a los ucranios”.
Dmitri Muratov es el director del periódico Novaya Gazeta, considerado el último medio impreso independiente de Rusia y muy crítico con el presidente Vladímir Putin y su Gobierno. La noticia de la subasta no ha sido de momento publicada por su diario, dado que este periódico suspendió su publicación a finales de marzo hasta que concluyan los combates en Ucrania. Sus periodistas paralizaron su difusión tras recibir varias advertencias del Roskomnadzor —el supervisor ruso de las telecomunicaciones— por su cobertura del conflicto. El medio había asumido ya el término para definir la intervención militar rusa que establece el Kremlin; es decir, “operación militar especial”.
“Hemos recibido otra advertencia más de Roskomnadzor. Después de esto suspendemos la publicación del periódico en el sitio web, en las redes sociales y en papel hasta el final de la “operación especial en el territorio de Ucrania. Atentamente, la redacción de Novaya Gazeta”, decía su penúltima noticia. Pocas semanas después, el diario sí cambió su portada para informar de una agresión sufrida por el propio Muratov mientras viajaba en tren. Unos desconocidos le atacaron con pintura roja y acetona. Pese a la grabación y la investigación aportada por su medio, los agresores no han sido aún detenidos.
El periodista ruso, cofundador de Novaya Gazeta en 1991, ganó en 2021 el Premio Nobel de la Paz con la también periodista filipina Maria Ressa por “sus esfuerzos por salvaguardar la libertad de expresión, que es una condición previa para la democracia y la paz duradera”, según estableció el comité sueco. Se comprometió a donar unos 500.000 dólares de ese premio a organizaciones benéficas y lo dedicó a los seis periodistas de su publicación asesinados desde el año 2000. En esa lista figuraba Anna Politkovskaya, crítica de la guerra de Rusia en Chechenia, que fue asesinada en 2006 en el ascensor de su vivienda en Moscú.
Una cifra récord
Según los medios de comunicación estadounidenses, la venta batió el récord de cualquier medalla del Nobel que se haya subastado. “Este premio no se parece a ninguna otra oferta de subasta hasta la fecha”, precisó Heritage Auctions en un comunicado antes de la puja. “El señor Muratov, con el pleno apoyo de su personal en Novaya Gazeta, nos permite subastar su medalla no como un objeto de colección, sino como un acontecimiento que espera que tenga un impacto positivo en la vida de millones de refugiados ucranios”.
Unicef alertó a principios de junio de que cada día morían dos niños en Ucrania por los combates. Además, calculó que había unos 5,2 millones de niños ucranios desplazados, 2,2 millones de ellos fuera de su país. Las autoridades rusas reconocieron esta semana que en su país hay unos 300.000 menores. Según el Fondo para la infancia de las Naciones Unidas, a principios de junio había sido destruido uno de los seis “colegios seguros” que la agencia de la ONU tenía en Ucrania y 256 centros médicos, a los que podrían sumarse “cientos de escuelas por todo el país”. La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU ha identificado hasta el 20 de junio 4.569 civiles muertos y 5.691 heridos en estos casi cuatro meses de ofensiva rusa. En total, constata el fallecimiento de 304 menores, aunque Naciones Unidas admite que las cifras serán “considerablemente más altas” por el retraso para recopilarlas y los problemas en las principales zonas de hostilidades.
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