Trump sufre una severa derrota en las primarias republicanas en Georgia

El gobernador conservador Kemp, que se negó a hacer trampas para darle la victoria en 2020, gana los comicios pese a la campaña en contra del expresidente

El gobernador de Georgia, Brian Kemp, celebra con familiares y seguidores su victoria en las primarias republicanas de este martes.ERIK S. LESSER (EFE)
Washington -

Donald Trump ha sufrido este martes la que probablemente sea su derrota electoral más dura desde que perdió las presidenciales de 2020. Y ha sido, precisamente, contra el gobernador de Georgia, Brian Kemp, que rechazó hacer trampas para darle la vuelta al resultado electoral. El entonces secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, que se negó a “encontrar” los votos que le pedía Trump y se había convertido en otra obsesión del expresidente, también ha ganado. ...

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Donald Trump ha sufrido este martes la que probablemente sea su derrota electoral más dura desde que perdió las presidenciales de 2020. Y ha sido, precisamente, contra el gobernador de Georgia, Brian Kemp, que rechazó hacer trampas para darle la vuelta al resultado electoral. El entonces secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, que se negó a “encontrar” los votos que le pedía Trump y se había convertido en otra obsesión del expresidente, también ha ganado. Trump buscaba venganza, pero ha fracasado.

El expresidente lanzó una campaña de acoso y derribo, especialmente contra Brian Kemp, el gobernador actual, de 58 años, que busca revalidar su cargo en las elecciones de noviembre. De él ha dicho que es un “total y completo desastre”, que es un “cobarde”, que le hizo perder las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia (fue el primer republicano derrotado desde 1992) y que también hizo perder el Senado a los republicanos, sugiriendo que permitió el fraude en ambos casos.

Para derrotar a Kemp, el expresidente promovió la candidatura del exsenador David Perdue. Le financió con 2,6 millones de dólares de sus propios fondos mientras intentaba desacreditar una y otra vez a Kemp. El gobernador ha evitado el choque directo, pero no se ha arredrado en la batalla. Este lunes hizo campaña con Mike Pence, vicepresidente con Trump y que acabó enfrentado con él. “He tenido una gran relación con Mike Pence. Tuve una gran relación con el presidente Trump”, dijo Kemp. “Nunca he dicho nada malo sobre él y no pienso hacerlo. No estoy enfadado con él, creo que él está enfadado conmigo. Es algo que no puedo controlar”, añadió.

Desde la visibilidad de su cargo, Kemp ha tomado medidas para contentar a su base electoral, ha demostrado que su política es muy de derechas y ha contado con el apoyo de muchos otros cargos del Partido Republicano, que consideran que insistir todo el tiempo en el bulo del robo electoral de 2020 es mucho menos eficaz que hablar de la inflación, de la economía, de la seguridad o del aborto.

El elegido de Trump, mientras, ha estado fuera de sitio toda la campaña. Perdue ha abrazado el bulo de las elecciones robadas y lo ha hecho extensivo a su propia derrota en las elecciones para senador de 2020, con segunda vuelta en enero de 2021, pero parecía querer justificarse con ello.

Marjorie Taylor Greene celebra su victoria en las primarias.Daniel Varnado (AP)

Aunque se veía venir, la derrota de Trump ha sido dolorosa. Pero el trumpismo no ha muerto, ni mucho menos. Muchos candidatos del expresidente han ganado las primarias este mismo martes. Entre ellos, Marjorie Taylor Greene (MTG), teórica de la conspiración que se ha alzado con la victoria en su distrito para tratar de revalidar su escaño en la Cámara de Representantes. O Sarah Huckabee Sanders, que fue portavoz de la Casa Blanca con Trump y se ha impuesto en las primarias para aspirar a gobernadora de Arkansas. O el exjugador de fútbol americano Herschel Walker, que competirá por ser senador por Georgia.

Otra derrota

Más abierta estaba la pugna en las primarias a secretario de Estado. En ellas, Brad Raffensperger era otra obsesión para Trump. Es el cargo al que le pidió “encontrar” votos suficientes para darle la vuelta al resultado electoral de 2020, a lo que él se negó. Esa actuación de Trump está siendo investigada por la fiscal del condado de Fulton, Fani T. Willis, que intenta sentar al expresidente en el banquillo y que a principios de este año solicitó la convocatoria de un gran jurado especial para que estudiase el caso.

Ahora, Raffensperger luchaba por renovar su puesto y este martes encabezaba claramente el escrutinio. Algunas proyecciones de medios de comunicación certificaban que superaba el listón del 50% que le permitiría evitar una peligrosa segunda vuelta.

Que Raffensperger sea el más votado muestra que una parte cada vez mayor de los votantes considera que es hora de pasar página y dejar de insistir en el bulo de las elecciones robadas de 2020. Algunos, como el gobernador de Maryland, Larry Hogan, han aprovechado la ocasión para alzar la voz abiertamente contra la dinámica en que Trump tiene instalado al Partido Republicano. La mayoría prefiere rehuir el enfrentamiento abierto.

Buena parte de las primarias republicanas se están celebrando bajo la sombra de Trump, que parece querer medir su influencia en el partido y sus posibilidades para volver a optar a la presidencia en 2024. Pase lo que pase en Pensilvania, donde aún se lucha voto a voto en las primarias para el Senado, hay una mayoría de candidatos respaldados por Trump que han ganado sus respectivas primarias.

En ocasiones el expresidente se ha subido a última hora al caballo ganador, como con Doug Mastriano, candidato a gobernador de Pensilvania. Pero pese a victorias indudables, como la de J. D. Vance en Ohio, ha quedado claro que el apoyo de Trump no es infalible. Además de lo sucedido en Georgia, sus candidatos a gobernadores en Ohio, Idaho y Nebraska también han perdido las primarias y Madison Cawthorn se ha quedado fuera de la carrera a la Cámara de Representantes en su distrito de Carolina del Norte, por ejemplo.

Camino de noviembre

Las primarias que se vienen celebrando por los Estados son el prólogo a las elecciones de medio mandato del próximo 8 de noviembre. En ellas se renueva por completo la Cámara de Representantes y algo más de un tercio de los 100 senadores. Además, se eligen múltiples cargos estatales y locales.

Tras su victoria en las primarias de Georgia, el gobernador Kemp se enfrentará a la demócrata Stacey Abrams, de 48 años, que ganó sin casi oposición en su partido. El republicano ya venció en las anteriores elecciones a esta misma rival, pero Trump ha pronosticado ahora que muchos votantes de su partido no querrán votarle en noviembre por lo que hizo en 2020.

Stacey Abrams, vencedora en las primarias demócratas para gobernadora de Georgia. ERIK S. LESSER (EFE)

Para los demócratas lo que es vital conservar es el puesto del senador Raphael Warnock. La popularidad como deportista de Walker, su rival republicano, se ve empañada por las acusaciones que ha hecho su exmujer por malos tratos, violencia y amenazas.

En otros Estados, Sarah Huckabee Sanders, portavoz de Trump durante dos años e hija del exgobernador Mike Huckabee, ganó con claridad para optar a gobernadora de Arkansas. En Texas, Ken Paxton derrotó en la segunda vuelta a George P. Bush, el último político de la saga familiar, nieto y sobrino de presidentes, en las primarias para fiscal general del Estado. En Alabama, la actual gobernadora, la republicana Kay Ivey, se ha impuesto en su partido a Lynda Blanchard, a la que Trump nombró embajadora en Eslovenia durante su presidencia, pero a la que no había respaldado expresamente en estas primarias. Ivey había sido objeto de ataques desde la derecha de su partido, pero ha acabado ganando con claridad y repetirá casi seguro como gobernadora, pues su Estado es claramente republicano.

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