Trump lanza sospechas de fraude sobre las primarias republicanas en Pensilvania

El escrutinio se enquista por la máxima igualdad entre el Doctor Oz y McCormick

Empleados trabajando en el escrutinio de las papeletas de las elecciones primarias de Pensilvania.Matt Slocum (AP)

El Doctor Oz está enviando mensajes a sus simpatizantes. Les dice que va a necesitar mucho dinero para abogados. El favorito del expresidente Donald Trump es consciente de que las primarias republicanas de Pensilvania para el Senado de Estados Unidos pueden acabar decidiéndose en los tribunales. Mientras tanto, Donald Trump agita el fantasma del fraude electoral, en uno de los Estados en que ya cuestionó la ...

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El Doctor Oz está enviando mensajes a sus simpatizantes. Les dice que va a necesitar mucho dinero para abogados. El favorito del expresidente Donald Trump es consciente de que las primarias republicanas de Pensilvania para el Senado de Estados Unidos pueden acabar decidiéndose en los tribunales. Mientras tanto, Donald Trump agita el fantasma del fraude electoral, en uno de los Estados en que ya cuestionó la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020.

En una cosa tiene razón Trump. El sistema de escrutinio de las elecciones en muchos Estados es impropio de la primera potencia del mundo. Este viernes a medianoche, más de tres días después de haberse cerrado las urnas, seguía sin haber resultados completos ni siquiera provisionales. Tampoco se sabe cuántos votos faltan por contar cuando el famoso médico televisivo Mehmet Oz, el candidato del expresidente, lleva una ventaja de poco más de 1.000 votos frente al multimillonario financiero Dave McCormick. En una votación en la que participaron 1,3 millones de personas (como en las elecciones gallegas de 2020, por poner un ejemplo), tanto tiempo para saber los resultados llama la atención.

Trump aprovecha esa ineficacia del sistema de escrutinio (que se debe en parte a la complejidad del voto por correo y de militares en el exterior) para lanzar sospechas sobre la integridad del proceso electoral. Ya el miércoles instó a Oz a que se proclamase ganador sin esperar a que se contasen los votos. Y este jueves fue aún más allá, con un nuevo mensaje incendiario en su redTruthsocial, que decía que la situación era ridícula, comparaba el recuento con el de Francia, que en unas horas escruta sus votos, y finalmente decía: “¡Paren de encontrar votos en Pensilvania! ¿Amañados?”

Esa parte de su mensaje es la que provocó más escándalo, por recordar los intentos de deslegitimación de la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020, que provocaron el asalto al Congreso del 6 de enero del año pasado y que aún persisten en el discurso de buena parte del Partido Republicano y de su electorado.

Doug Mastriano celebra su victoria en las primarias a gobernador de Pensilvania.Carolyn Kaster (AP)

Algunos de los ganadores de las primarias de este martes son precisamente negacionistas del resultado electoral de 2020, que siguen alimentando el bulo del fraude. Es el caso del ganador de las primarias para presentarse a gobernador de Pensilvania, Doug Mastriano. Fue respaldado en el último momento por Trump, cuando ya era muy claro favorito. Si llega a gobernador, nombraría al secretario de Estado y, de forma directa o indirecta, tendría un destacado papel en la limpieza de las elecciones.

Algo parecido ocurre con Ted Budd, que competirá por el Senado en Carolina del Norte. Budd inicialmente daba por legítima la victoria de Biden, pero acabó votando en contra de la certificación del resultado electoral y sembrando dudas sobre el mismo. Incluso el Doctor Oz y Dave McCormick, los dos candidatos que se disputan por unos votos las primarias de Pensilvania, supuestamente algo más moderados, evitan dar por legítima la victoria de Biden. No llegan a asumir abiertamente el bulo de que hubo un robo o un fraude, pero sí que habría que investigar, que ojalá no se repita y ese tipo de consideraciones generales.

Limpieza electoral

En materia de limpieza electoral, las que pueden resultar más simbólicas son las primarias del próximo martes en Georgia. Allí, el favorito en las primarias republicanas a gobernador es Brian Kemp, el actual gobernador, que no es del gusto de Trump. Le considera en parte responsable de su derrota en 2020 por no hacer lo suficiente para darle la vuelta al resultado que arrojaron las urnas en Georgia.

Trump apoya al exsenador David Perdue. “¡Estoy con David hasta el final porque Brian Kemp fue el PEOR gobernador del país en materia de integridad electoral!”, escribió este viernes en su red social.

En las primarias del 3 de mayo, pese a la victoria de J. D. Vance en Ohio, ya se demostró en otras votaciones que el apoyo de Trump no es infalible. Y eso ha quedado comprobado de nuevo en numerosas primarias de esta semana, incluso si el Doctor Oz acaba ganando. Kemp parece que puede aguantar el tirón y lograr incluso superar el 50%, de modo que no haya segunda vuelta, algo que prevé la legislación electoral de Georgia. Para Trump puede ser una dura derrota.

Pero, además, se presenta a las primarias para repetir como secretario de Estado Brad Raffensperger. Raffensperger fue el alto cargo responsable del proceso electoral en el Estado al que Trump pidió “encontrar” unos 12.000 votos para dar la vuelta al resultado y ganar al demócrata Joe Biden en las elecciones del pasado 3 de noviembre. Todo eso quedó expuesto en una grabación para la historia. “Encontrar” es el mismo verbo que ha usado ahora en Pensilvania.

El secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, en una comparecencia por las elecciones presidenciales de 2020.DUSTIN CHAMBERS (Reuters)

Trump hace campaña por el rival de Raffensperger como una forma de venganza y, obviamente, tiene tras él a un sector del partido. Las primarias de Georgia son, sin embargo, abiertas. Eso quiere decir que los votantes registrados pueden acercarse a su colegio electoral y votar en las primarias del partido por el que están registrados o en las del otro. No se puede votar en las dos, pero un demócrata puede elegir votar en las primarias republicanas y viceversa.

Eso abre un montón de hipótesis y posibilidades de voto estratégico. Desde demócratas que quieran premiar a Kemp y Raffensperger por atenerse a la ley hasta otros que prefieran que ganen los candidatos más extremos para que tengan menos posibilidades el 8 de noviembre, a la hora de la verdad, cuando se renueva un tercio del Senado, toda la Cámara de Representantes y numerosos gobernadores y cargos estatales y locales.

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