Venezuela refuerza su relación energética con Irán “para superar las sanciones de EE UU”
Maduro se reunió con el ministro de Petróleo iraní, de visita en Caracas, y reforzó una relación vital con un país que los auxilió en el peor momento de la crisis por escasez de combustibles
Venezuela hace movimientos para estrechar su relación con Irán. Este fin semana Javad Owyi, ministro de Petróleo de Irán, hizo una visita no anunciada a Venezuela y se reunió con funcionarios en Caracas y en el complejo de refinación Paraguaná, en el oeste del país, según informó Bloomberg. El encuentro refuerza una relación crucial para Maduro con un país que le ha auxiliado desde 2020, cuando la nación petrolera vivió la mayor crisis de escasez de combustible.
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Venezuela hace movimientos para estrechar su relación con Irán. Este fin semana Javad Owyi, ministro de Petróleo de Irán, hizo una visita no anunciada a Venezuela y se reunió con funcionarios en Caracas y en el complejo de refinación Paraguaná, en el oeste del país, según informó Bloomberg. El encuentro refuerza una relación crucial para Maduro con un país que le ha auxiliado desde 2020, cuando la nación petrolera vivió la mayor crisis de escasez de combustible.
Esta visita se produce dos meses después del acercamiento de Estados Unidos al Gobierno de Nicolás Maduro, con el viaje de altos funcionarios del Gobierno de Joe Biden, que abrió la puerta a especulaciones sobre la posibilidad de que Venezuela pudiera retomar sus envíos de petróleo con un alivio de las sanciones, en el escenario que ha dejado la guerra de Vladímir Putin contra Ucrania y su impacto en el mercado energético. Ante la polémica que rodeó las reuniones de funcionarios de Biden con autoridades venezolanas, las conversaciones se han enfriado, al menos de puertas para fuera, al igual que el compromiso del chavismo de retomar las conversaciones con la oposición iniciadas el año pasado en México. La visita iraní muestra que Caracas ha bajado las expectativas sobre un levantamiento de las sanciones, por lo que asegura sus relaciones con su socio de Teherán, con quien comparte un lugar en el club de los sancionados por Washington. Lejos de los focos, varias empresas occidentales han tendido puentes con Caracas para poder a reactivar la industria petrolera.
El encuentro entre Owji y Maduro, según un comunicado del Ministerio de Petróleo de Venezuela, tuvo “el propósito de continuar profundizando los mecanismos de cooperación bilateral” y “la construcción de rutas y mecanismos para superar las medidas coercitivas unilaterales impuestas por el Gobierno de Estados Unidos y países aliados”. “Recibí al excelentísimo Javad Owji, Ministro de Petróleo de la hermana República Islámica de Irán. Un encuentro productivo para profundizar los lazos de hermandad y cooperación, en materia energética. También, le reiteré nuestra gratitud y cariño con el pueblo iraní”, escribió Maduro en su cuenta de Twitter la noche del lunes.
Hace un par de años, Irán se convirtió en un importante proveedor de insumos para producir gasolina, condensados para diluir el crudo extra pesado venezolano, repuestos para las refinerías y personal técnico para levantar una industria paralizada por años de corrupción y malos manejos. Antes de este acercamiento de emergencia, los acuerdos firmados con el Gobierno de Hugo Chávez para producir autos, tractores y bicicletas tuvieron un perfil muy bajo y resultados casi inexistentes.
Del mínimo histórico, por debajo de los 400.000 barriles diarios, la producción de petróleo ha logrado reflotar en los últimos meses con el apoyo iraní. Maduro se atrevió a pronosticar un importante crecimiento económico para este año cuando se llegó al millón de barriles al cierre de 2021, lejos aún de los casi cuatro millones que llegó a producir el país con las más grandes reservas de hidrocarburos. Los números de producción, sin embargo, han venido en descenso en lo que va de este año, según los datos de la OPEP.
Pero el mayor intercambio en los últimos años ha sido en tácticas para burlar las sanciones, como los tanqueros fantasma capaces de evadir el control de EE UU gracias a modificaciones en su identificación y ruta. En esta operación, Rusia ha sido un aliado clave para Venezuela para el cobro a través de bancos rusos de esos despachos subterráneos que ha podido concretar Maduro en medio del cerco económico. Con la invasión a Ucrania y el endurecimiento de Washington y Bruselas contra Moscú se le han complicado esas maniobras.
La semana pasada, el líder chavista resucitó la alianza Petrocaribe, con la visita del primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves y el anuncio de la condonación de las deudas de este país y otros más del pacto, así como la oferta de combustible con 35% de descuento. Durante años, la diplomacia petrolera le sirvió a Chávez para comprar apoyo político en foros internacionales.
Maduro vuelve alzar esta bandera de Petrocaribe en un momento en que el juego puede cambiar para su Gobierno, pues la región evalúa con preocupación los impactos de la guerra en sus economías, por lo que se han reunido en días recientes con la vicepresidenta Kamala Harris y con Josep Borrel, el Alto Representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea.
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