El excanciller de Austria Sebastian Kurz anuncia su retirada de la política
El dirigente dimitió en octubre por un caso de corrupción. El actual jefe del Gobierno afirma que dejará el cargo para dar paso al nuevo líder que elija el partido democristiano
El excanciller de Austria Sebastian Kurz ha decidido retirarse de la política, según ha adelantado este jueves el tabloide Kronen Zeitung de fuentes del entorno del político conservador y ha confirmado poco después el propio interesado. Kurz, de 35 años, dimitió el pasado octubre después de que la Fiscalía Anticorrupción del país abriera una investigación contra él y Los Verdes, socios minoritarios en la coalición de go...
El excanciller de Austria Sebastian Kurz ha decidido retirarse de la política, según ha adelantado este jueves el tabloide Kronen Zeitung de fuentes del entorno del político conservador y ha confirmado poco después el propio interesado. Kurz, de 35 años, dimitió el pasado octubre después de que la Fiscalía Anticorrupción del país abriera una investigación contra él y Los Verdes, socios minoritarios en la coalición de gobierno, presionaran para que dejara el cargo. El líder de los democristianos (ÖVP) negó las acusaciones, pero las pesquisas de la Fiscalía Anticorrupción, que le vincularon junto a colaboradores cercanos a posibles delitos de malversación y soborno por una trama para supuestamente pagar con dinero público una cobertura informativa favorable a sus intereses, le dejaron en un callejón sin salida.
La retirada de Kurz ha provocado horas después otro anuncio: su sustituto, el actual canciller, Alexander Schallenberg, ha afirmado en un comunicado que tiene intención de apartarse del cargo para dar paso al nuevo líder que elijan los democristianos, previsiblemente este viernes. El ministro del Interior, Karl Nehammer, es el dirigente con más números, según los medios austriacos. Schallenberg ha explicado que considera que la jefatura del partido mayoritario y la cancillería deben estar en manos “de la misma persona” -anoche también adelantó su dimisión el ministro de Finanzas, Gernot Blümel, muy cercano a Kurz-.
En una comparecencia ante los medios, Kurz ha hecho balance de una década “muy intensa” de actividad política y ha destacado que espera haber aportado lo posible “para llevar a Austria en una buena dirección”. El democristiano ha defendido su programa de mano dura contra la inmigración, de bajadas de impuestos y reformas laborales. Kurz ha explicado que los últimos tiempos, envueltos en el escándalo por la investigación judicial que le afecta, le han restado el necesario entusiasmo para continuar en la política activa ―afirma haberse sentido víctima de una “cacería”―, y ha señalado, además, que el nacimiento hace unos días de su primer hijo ha sido decisivo para dar este paso y abrir una etapa de mayor dedicación a su familia.
El aún jefe de los democristianos dejará el liderazgo del partido en una reunión prevista para este viernes, y también la dirección del grupo parlamentario, que se reservó tras dimitir el pasado octubre. Entre agradecimientos a su formación política, a los votantes y a todos los que lo han apoyado, Kurz ha subrayado: “Siempre lo he hecho lo mejor posible, pero también he tomado decisiones equivocadas. Ni soy un santo ni un delincuente, soy una persona con fortalezas y debilidades”. Ahora espera poder demostrar ante la justicia que no ha cometido ninguna infracción.
El Parlamento le retiró recientemente la inmunidad para que la Fiscalía pudiera continuar con la investigación, que se prevé larga, lo que oscurecía cualquier perspectiva de posible regreso a la primera línea política. Tras su salida del Gobierno, el dirigente afirmó que se centraría en desmontar las acusaciones de la Fiscalía y ha permanecido en una discreta segunda línea desde entonces, mientras la oposición le tildaba de “canciller en la sombra”. Tras la dimisión del líder conservador, Los Verdes aceptaron mantener la coalición de gobierno con el democristiano Alexander Schallenberg al frente, que poco después de asumir el cargo ya ha anunciado su disposición a dimitir en favor del nuevo líder que decida el partido.
Varios dirigentes regionales del ÖVP han emitido este jueves comunicados de agradecimiento a Kurz, al que atribuyen haber fortalecido al partido para lograr dos victorias en elecciones generales desde 2017 que les han dado el Gobierno tras una etapa de control socialdemócrata.
Kurz finiquita una carrera política fulgurante: ya era presidente de las juventudes de su partido a los 22 años, ascendió a secretario de Estado de Integración a los 24 y se convirtió en ministro de Exteriores tres años después. En mayo de 2017 ya controlaba el ÖVP y meses después, con la promesa de mano dura contra la inmigración y de cambio, ganó sus primeras elecciones generales y fue canciller con tan solo 31 años. Decidió entonces aliarse con la ultraderecha, pero se vio forzado a romper la coalición apenas 15 meses después al hacerse pública una grabación con cámara oculta en la que el dirigente radical y entonces vicecanciller Heinz-Christian Strache ofrecía durante una velada en Ibiza contratos públicos y otras ventajas a una supuesta oligarca rusa a cambio de apoyo a su formación.
Kurz logró superar aquel fracaso y ganó las elecciones anticipadas de septiembre de 2019, tras lo cual formó un nuevo Ejecutivo de la mano de Los Verdes como socio menor.
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