El ministro de Interior de Perú dimite por hacer una fiesta en su casa a pesar de estar prohibidas por la covid

Una vecina trató de dar una coartada al funcionario, que se vio forzado a renunciar después de 48 horas de escándalo

El Gabinete de Castillo, presentado el pasado 6 de octubre.EFE/Presidencia del Perú

El ministro de Interior peruano, Luis Barranzuela, ha dimitido pasadas las diez de la noche del martes, después de 48 horas de polémica por haber celebrado una fiesta en su casa la noche del domingo, día de la canción criolla y de Halloween, a pesar de un decreto gubernamental que impide las reuniones sociales. La norma, aprobada en julio, busca evitar el incremento de contagios por la covid-19 y la semana pasada, en pr...

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El ministro de Interior peruano, Luis Barranzuela, ha dimitido pasadas las diez de la noche del martes, después de 48 horas de polémica por haber celebrado una fiesta en su casa la noche del domingo, día de la canción criolla y de Halloween, a pesar de un decreto gubernamental que impide las reuniones sociales. La norma, aprobada en julio, busca evitar el incremento de contagios por la covid-19 y la semana pasada, en previsión del festivo, el propio Ministerio de Interior recordó a los ciudadanos que estaba prohibido organizar reuniones en sus domicilios. El ministro decidió no aplicarse el decreto.

Barranzuela es el cuarto miembro del Ejecutivo que dimite por algún tipo de escándalo desde que comenzó el Gobierno del presidente Pedro Castillo. En vísperas de cumplir 100 días de gestión, con su salida, Castillo se ha desembarazado de otro hombre de confianza de Vladimir Cerrón, el líder y fundador de Perú Libre que invitó al maestro rural a ser candidato presidencial con su partido de izquierda y que amenazaba con ser un presidente en la sombra.

“Anuncio que he recibido y aceptado la renuncia del ministro del Interior Luis Barranzuela. En las próximas horas tomaré juramento a quien le sucederá en el cargo. Nuestro compromiso continúa siendo el de garantizar la gobernabilidad del país”, informó el mandatario en Twitter dos minutos después de que el funcionario diera cuenta de su dimisión en la misma red social.

La fiesta de Barranzuela llegó a molestar a sus vecinos del distrito de Surco la noche del domingo, con música a alto volumen, que se quejaron a la policía municipal. El canal de televisión Latina llegó hasta el domicilio y pudo grabar la celebración, a una persona que cuidaba la puerta y llevaba una copa de cristal en la mano, y a los invitados que salían rápidamente intentando evitar las cámaras.

El lunes, la primera ministra, Mirtha Vásquez, pidió explicaciones al titular de Interior. Barranzuela negó que hubiera celebrado una fiesta y alegó que se trataba de una reunión de trabajo. Al final del día, Vásquez calificó de inaceptables las explicaciones de Barranzuela y dijo que el martes —cuando el presidente volviera de un viaje— tomarían “las decisiones que correspondan”.

Barranzuela trató hasta el final de mantenerse en el cargo. En su apoyo salió el congresista de Perú Libre, Guillermo Bermejo, también afín a Cerrón, que comentó a la prensa este lunes que la música criolla a todo volumen procedía de una casa vecina y no del domicilio del ministro. El parlamentario fue uno de los que participó de la reunión en Surco y salió veloz para evitar que se le acercaran los periodistas. La coartada trató de continuar a mediodía del martes. Una vecina de la casa contigua a la del funcionario declaró a la prensa que ella había estado bebiendo con su esposo la noche del domingo y que había sido su música, y no la del ministro, la que había alterado al vecindario.

La mujer se puso incluso ante las cámaras vestida con una bata amarilla para mostrar una lista de música en su móvil y un altavoz mediano. Horas más tarde, el mismo canal de televisión que grabó la fiesta del domingo desmontó la coartada al emitir las mismas imágenes en las que se ve a la vecina parada en su balcón. También la habían grabado cuando sacaba a su perro a la calle en ese rato. La versión a favor del exabogado de Cerrón y Bellido se desbarató en horas. El ministro se vio obligado a dimitir y allanó así el camino al nuevo gabinete de Castillo, que este jueves tendrá que someterse a la investidura en el Congreso.

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