Bolivia y Rusia estrechan su vínculo con acuerdos de explotación del litio y el gas
La visita del canciller boliviano a Moscú refuerza el interés de Rusia en Latinoamérica con nuevas inversiones
La primera visita oficial a Moscú del canciller de Bolivia, Rogelio Mayta, ha resultado fructífera. Su encuentro con el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha subrayado el interés de Rusia por aumentar su peso en el mercado latinoamericano, y los diplomáticos han abordado una serie de nuevos proyectos que abarcan desde la explotación del litio al uso de la energía nuclear con fines pacíficos. Además, ambos ministros han coincidido en reforzar la cooperación contra el coronavirus, donde el suministro...
La primera visita oficial a Moscú del canciller de Bolivia, Rogelio Mayta, ha resultado fructífera. Su encuentro con el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha subrayado el interés de Rusia por aumentar su peso en el mercado latinoamericano, y los diplomáticos han abordado una serie de nuevos proyectos que abarcan desde la explotación del litio al uso de la energía nuclear con fines pacíficos. Además, ambos ministros han coincidido en reforzar la cooperación contra el coronavirus, donde el suministro de la vacuna Sputnik V ha sido otro éxito diplomático de Moscú para ampliar su influencia en el continente y diversificar sus exportaciones.
“El Estado Plurinacional de Bolivia es uno de los socios prioritarios de Rusia en la región de América Latina y el Caribe”, afirmó Lavrov. El titular de Exteriores ruso hizo hincapié en que los lazos de ambos países “se han vuelto notablemente más fuertes en los últimos meses” y sus presidentes han hablado por teléfono hasta tres veces desde que Luis Arce llegó al poder en noviembre de 2020. Asimismo, la portavoz de Exteriores de Rusia, María Zajárova, también resaltó que Bolivia es “uno de los socios prioritarios” del Kremlin y que la visita de Rogelio Mayta tiene el objetivo de elevar la cooperación bilateral “a un nivel cualitativamente más alto”.
El encuentro ha tenido una clave claramente económica. “Tenemos un interés mutuo en incrementar y diversificar el comercio con grandes proyectos de inversión”, agregó Lavrov. De ello se encargará a final de año la comisión intergubernamental para la cooperación comercial y científica.
Entre las empresas más interesadas figura Gazprom, presente en el yacimiento boliviano de Incahuasi desde hace cinco años y que cuenta con unas reservas estimadas de 70.800 millones de metros cúbicos de gas natural. Asimismo, la gasista rusa también ha revelado que acudirá a la licitación pública para la extracción directa de litio, un recurso clave para construir las baterías de las futuras energías limpias y del que Bolivia cuenta con las mayores reservas del planeta.
Al interés de la gasista se une el del consorcio atómico estatal ruso Rosatom, cuyo centro de investigación nuclear de la ciudad de El Alto se encuentra en la última fase de construcción. “Además, Rosatom ha propuesto otras áreas de cooperación para el uso pacífico de la energía nuclear con fines médicos, industriales y agrícolas”, añadió el canciller ruso.
A estos proyectos se sumó el interés de otras empresas por invertir en Bolivia, como Ferrocarriles de Rusia, y la gran baza exportadora de Rusia con la pandemia: la vacuna Sputnik V. Bolivia ha recibido casi 2,5 millones de dosis hasta ahora y ambos ministerios acordaron “ampliar aún más la cooperación en la lucha contra el virus”. Mayta destacó el soporte ofrecido por la alternativa rusa contra la pandemia. “En este tiempo complicado de la pandemia el primer país con el que pudimos suscribir la posibilidad de tener vacunas contra la covid-19 fue Rusia”, recordó el ministro.
Además de la economía, ambos ministros abordaron el plano político internacional. Mayta entregó a Lavrov un mensaje del presidente Luis Arce a su homólogo ruso, Vladímir Putin, y los máximos responsables de la diplomacia de ambos países concordaron en que tienen “posiciones idénticas” y deben “fortalecer la coordinación de la política exterior”.
Una de las herramientas que abordaron fue el recién creado Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU, que celebró su primera reunión en Caracas a finales de septiembre con representantes de sus 18 países miembros, entre ellos Siria, China, Bielorrusia, Corea del Norte, Cuba, Irán y Palestina, aparte de Bolivia y Rusia. Mayta recalcó que su país es “pacifista”, mientras que Lavrov abogó por “la democratización de las relaciones internacionales basadas en la Carta de la ONU” y por el “respeto del derecho internacional y la no injerencia en asuntos internos”.
Asimismo, ambos ministros consideraron importante consolidar los procesos de integración regional. Para ello abogaron por “una plataforma tan autorizada como es la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)”. Tras ello figura el interés de Rusia en tener más peso en la región, como reconoció el propio Lavrov: “Hemos mirado la forma de lograr un mayor acercamiento entre Rusia y las plataformas multilaterales de la zona. Hace poco fuimos observadores extrarregionales del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), y ahora estamos desarrollando nuestras relaciones con Caricom, Mercosur y otras estructuras”.
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