Bulgaria volverá a las urnas en julio después de tres intentos fallidos de formar Gobierno

El presidente, Rumen Radev, advierte del riesgo de crisis política y constitucional si persiste el bloqueo

Protesta en Sofía después de que el presidente de Bulgaria, Rumen Radev, anunciara que disolverá el Parlamento.VASSIL DONEV (EFE)

Bulgaria celebrará elecciones anticipadas en julio al haber fracasado el tercer y último intento que permite la ley de formar Gobierno después de las elecciones legislativas del pasado abril. Seis fuerzas políticas obtuvieron representación parlamentaria, pero ninguna con una mayoría para gobernar en solitario. El conservador Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), el partido del primer ministro, Boiko Borisov, se alzó con la victoria, pero fue aislado por el resto de grup...

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Bulgaria celebrará elecciones anticipadas en julio al haber fracasado el tercer y último intento que permite la ley de formar Gobierno después de las elecciones legislativas del pasado abril. Seis fuerzas políticas obtuvieron representación parlamentaria, pero ninguna con una mayoría para gobernar en solitario. El conservador Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), el partido del primer ministro, Boiko Borisov, se alzó con la victoria, pero fue aislado por el resto de grupos políticos por sospechas de corrupción. El partido populista Existe Tal Pueblo y los socialdemócratas también intentaron sin éxito formar Gobierno, por lo que el presidente búlgaro, Rumen Radev, ha anunciado este miércoles una nueva convocatoria para el 11 de julio.

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“En esta situación, está claro que vamos hacia la disolución del Parlamento y la celebración de elecciones anticipadas. Y si después de estas elecciones tenemos la misma situación de empate e imposibilidad de formar de Gobierno, Bulgaria caerá no solo en una crisis política, sino también constitucional”, advirtió Radev en un mensaje al país. El presidente, cercano a los socialdemócratas y enfrentado al hasta ahora primer ministro y líder del GERB, Boiko Borisov, aseguró que el país necesita una “alternativa” y pidió a todos los partidos que reconsideren su comportamiento. Radev anunció que disolverá la semana que viene el Parlamento y nombrará un gobierno interino, al que invitará a “respetados expertos de izquierdas” a sumarse.

El último intento de formar Gobierno lo hizo el Partido Socialista de Bulgaria (BSP), la tercera fuerza más votada el pasado 4 de abril, con un 15% que se tradujo en 43 de los 240 escaños de la Asamblea Nacional. Sin embargo, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el resto de partidos, la líder del BSP, Kornelia Ninova, ha devuelto este miércoles el encargo realizado por el presidente Radev. “No hay una posibilidad objetiva de que formemos un gobierno”, lamentó Ninova. La socialista ya había adelantado la semana pasada que no contaba con el apoyo de tres formaciones nuevas, surgidas de las protestas antigubernamentales del pasado verano, y no estaba dispuesta a pactar con Borisov.

Rechazo

Antes que los socialistas, fracasó la tentativa del gubernamental GERB. El partido, que ha ganado las cinco elecciones celebradas desde 2009, tuvo que enfrentarse al rechazo de plano de las otras cinco formaciones con representación en el Parlamento que le acusan de corrupción y de favorecer a la oligarquía. La formación obtuvo el 25,8% de los votos, que supone 75 escaños, pero aun así es una pérdida significativa respecto a los 95 que consiguió en 2017.

Precisamente esas acusaciones provocaron el verano pasado multitudinarias protestas antigubernamentales de las que nacieron tres nuevas formaciones, entre ellas Existe Tal Pueblo, del cantante y presentador satírico de televisión, Slavi Trifonov, que quedó segunda en las elecciones, con un 17,6% de los apoyos y 51 escaños. Trifonov devolvió también la semana pasada el encargo de formar Ejecutivo porque sin el respaldo de los otros dos partidos protesta, los más afines, no podía alcanzar la mayoría parlamentaria de 121 escaños, y se negó a aceptar el respaldo del GERB o de los socialdemócratas, a los que acusa de formar parte del mismo sistema corrupto.

El resultado electoral del pasado abril añadió otra variable a la ecuación que ha dificultado el consenso. La aparición de nuevos partidos fragmentó más el voto y afectó a las alianzas tradicionales. Este fue el caso del Movimiento por los Derechos y Libertades, el partido de la minoría turca, que hasta ahora solía ser la tercera fuerza más votada y, por tanto, el grupo esencial para asegurar la formación de Gobiernos de cualquier ámbito ideológico. Sin embargo, en esta ocasión quedó desplazada al cuarto lugar. Además hubo otro factor que marcó los comicios: una abstención superior al 50%, la más alta desde que Bulgaria entró en la Unión Europea en 2007.

Bulgaria, con una población de casi siete millones de habitantes, es el país más pobre de la Unión Europea. Su situación se ha visto agravada por la covid-19. Tiene una de las tasas más altas de mortalidad por la enfermedad en el conjunto de países de la UE, mientras es el socio que más lentamente está vacunando a su población. Según los datos que recopila la Universidad Johns Hopkins, el país ha registrado 406.192 casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia y 16.609 muertes.

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