La hermana de Kim Jong-un advierte a EE UU antes de la visita de Blinken a Corea del Sur
Estados Unidos asegura que Pyongyang ignora los intentos de Washington de establecer contacto
Estados Unidos debe tener cuidado con la política que quiere llevar a cabo hacia Corea del Norte y no tomar iniciativas que puedan acabar haciéndole “perder el sueño durante los próximos cuatro años”. Así ha amenazado este martes Kim Yo-jong, hermana y mano derecha del líder norcoreano, Kim Jong-un, en declaraciones que publica la agencia estatal norcoreana KCNA justo antes de la visita del secretario de Estado, Antony Blinken, a Seúl.
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Estados Unidos debe tener cuidado con la política que quiere llevar a cabo hacia Corea del Norte y no tomar iniciativas que puedan acabar haciéndole “perder el sueño durante los próximos cuatro años”. Así ha amenazado este martes Kim Yo-jong, hermana y mano derecha del líder norcoreano, Kim Jong-un, en declaraciones que publica la agencia estatal norcoreana KCNA justo antes de la visita del secretario de Estado, Antony Blinken, a Seúl.
La Administración estadounidense lleva a cabo estas semanas una “revisión exhaustiva” de su política hacia Corea del Norte desde la llegada al poder de Joe Biden, en la que ha consultado con “numerosos” antiguos funcionarios expertos en la política del país asiático y los Gobiernos aliados de Corea del Sur y Japón. La visita de Blinken al vecino del Sur será la segunda etapa de una gira por Asia que ya le ha llevado a Tokio (Japón) y que, en su viaje de regreso, tendrá su momento culminante en Alaska, donde se verá con los responsables de la política exterior china, el ministro Wang Yi y el consejero de Estado Yang Jiechi.
Las advertencias de Kim Yo-jong se producen mientras Estados Unidos y Corea del Sur desarrollan maniobras militares conjuntas desde el 8 de marzo. Aunque con el argumento de la lucha contra la covid-19 la operación se lleva a cabo únicamente como una simulación por ordenador, y participa en ella una fuerza menor de lo habitual, Kim Yo-jong ha exigido el fin absoluto del ejercicio. También ha apuntado la posibilidad de cancelar un acuerdo militar con el sur firmado en 2018 para destensar la relación. Pyongyang interpreta de manera habitual las maniobras conjuntas de su vecino y Estados Unidos como una prueba de fuerza contra ella. Antes de comenzar las pruebas, Seúl había indicado su esperanza de que en esta ocasión Corea del Norte adoptara una posición “flexible y sensata”, dadas las dimensiones de esta operación, menores que en años previos.
Silencio
Hasta el momento, según ha admitido el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, Corea del Norte no ha respondido a los intentos de Washington de establecer contacto, por ninguno de los canales que se han probado desde la llegada del nuevo Gobierno. El silencio, que Washington asegura que quiere romper para evitar “el riesgo de una escalada”, continúa al que vivió la Administración de Donald Trump en su último año de mandato.
La falta de conversaciones ha sustituido a los intensos contactos desarrollados entre Kim Jong-un y Donald Trump, que se reunieron tres veces en apenas un año, entre junio de 2018 y junio de 2019, para tratar el programa nuclear norcoreano. La reunión inicial, en Singapur, la primera entre líderes de los respectivos países, arrojó un vago documento de declaración de intenciones sobre el inicio de un proceso de desnuclearización en la península coreana. La segunda, en Hanói (Vietnam), en febrero de 2019, se saldó con un rotundo fracaso, que la tercera no logró desbloquear.