Ortega crea un ministerio de “asuntos ultraterrestres y cuerpos celestes”
El presidente de Nicaragua agrega a su lista de megaproyectos fallidos una oficina para “promover el desarrollo de actividades espaciales y ampliar las capacidades del país”
Primero fue un canal interoceánico. Daniel Ortega anunció con bombo y platillo al mundo que abriría Nicaragua en canal con una inversión de más de 40.000 millones de dólares que aportaría un oscuro empresario chino para construir una segunda ruta comercial en Centroamérica, un canal más grande que el de Panamá, del que no se ha colocado una sola piedra. ...
Primero fue un canal interoceánico. Daniel Ortega anunció con bombo y platillo al mundo que abriría Nicaragua en canal con una inversión de más de 40.000 millones de dólares que aportaría un oscuro empresario chino para construir una segunda ruta comercial en Centroamérica, un canal más grande que el de Panamá, del que no se ha colocado una sola piedra. Luego puso los ojos en el espacio. El sandinista anunció el encargo de la construcción de un satélite a una empresa china, que sería bautizado como Nicasat-1, a un costo de a 346 millones de dólares. En órbita nunca estuvo. Y ahora el mandatario nicaragüense se suma a la carrera espacial al anunciar la creación de una “Secretaría Nacional para Asuntos del Espacio Ultraterrestre, la Luna y otros Cuerpos Celestes” en uno de los países más pobres y atrasados del continente. Su megalomanía incluye declarar la autonomía espacial de su país, según establece el documento enviado a la Asamblea Nacional para su aprobación: “Promover el desarrollo de los sistemas espaciales y los medios, tecnología e infraestructura necesarios para la consolidación y autonomía de este sector en Nicaragua”.
El país centroamericano, sumido en una profunda crisis política y social desde 2018, cuando Ortega desató una brutal represión contra las manifestaciones que pedían el fin de su mandato, acumula tres años de recesión económica y según datos del Banco Mundial pasó de tener un buen ritmo de crecimiento de 4,6% en 2017 a una contracción de -3,9% en 2019 y con un panorama desalentador para este 2021. La misma institución estima que la pobreza aumentó en un 15,1% en 2020, es decir, que 350.000 personas se han empobrecido. Con la violencia del Gobierno contra cualquier voz crítica, un desempleo galopante, el golpe de los huracanes Iota y Eta y los estragos de la pandemia de covid-19 (cuya letalidad Ortega negó), los nicaragüenses luchan día a día para sobrevivir en una economía de miseria, mientras en El Carmen, el búnker en Managua de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, sueñan a lo grande. Y es así que la nueva secretaría espacial tendrá entre sus funciones “promover el desarrollo de actividades espaciales para ampliar las capacidades del país, en las ramas educativas, industrial, científica y tecnológica en esta materia”.
La noticia de la creación de esta oficina ha sorprendido a los académicos nicaragüenses, que miran con recelo las nuevas ambiciones cósmicas de Ortega. “Ni siquiera tenemos en nuestras escuelas un programa de educación relacionado con las ciencias del espacio, no tenemos instituciones, observatorios ni nada así”, ha dicho Jaime Incer Barquero, el principal científico nicaragüense, a la revista Confidencial, uno de los medios atacados por Ortega, cuya redacción fue confiscada en 2018. “Todos estamos extrañados, no sabemos cuál es la razón, qué capacidad tenemos nosotros”, se pregunta el académico, una de las voces más críticas con el proyecto canalero de Ortega.
Mientras Nicaragua se hunde en la pobreza, Ortega intenta dar una imagen de prosperidad y avance gracias a lo que él llama su proyecto “revolucionario”: un sistema autocrático, en el que él y su familia controlan las instituciones del Estado, los medios de comunicación y empresas familiares que chupan los recursos del Estado. Aislado por la comunidad internacional, con sanciones impuestas a integrantes de la cúpula gubernamental por Estados Unidos y la Unión Europea, el régimen intenta mantenerse a flote aumentando impuestos y cobros por servicios como las pruebas para detectar la covid-19, necesarias para salir del país, a un costo de 150 dólares. Ortega también ha hecho que la Asamblea, que él controla, aprobara una ley que cataloga como “agentes extranjeros” a organizaciones de la sociedad civil que reciben fondos internacionales. El reglamento establece multas de hasta medio millón de dólares para las organizaciones que se nieguen a inscribirse en la lista negra creada por el Ministerio de Gobernación (Interior).
Tras el fallido canal interoceánico y el satélite que nunca estuvo en órbita, está por verse qué avances científicos logra la nueva secretaría para asuntos espaciales. A los nicaragüenses ya no les sorprende la megalomanía de Ortega, un mandatario que cada vez parece más alejado de la realidad. Félix Maradiaga, una de las voces más críticas contra el régimen de Managua, lo definió perfectamente en Twitter: “¡Los Ortega-Murillo viven en la Luna! Mientras los problemas terrenales del desempleo, inseguridad y delincuencia, asfixian al pueblo, los Ortega-Murillo crean una Secretaría para asuntos ultraterrestres. ¡Urge un Gobierno democrático capaz de atender los problemas de la nación!”