La dura condena contra un autor de memes en Facebook acentúa la represión en Argelia

La Liga de derechos humanos del país denuncia el cerco del régimen sobre Internet tras prohibirse las manifestaciones a causa de la pandemia

Póster colgado el pasado agosto en París con la foto de activistas argelinos detenidos, entre ellos, Walid Kechida en una imagen con gafas de sol.STEPHANE DE SAKUTIN (AFP)

Argelia vive estos días otra vuelta de tuerca en la lucha del poder contra los simpatizantes del Hirak, el movimiento de protestas que reclama desde febrero de 2019 una verdadera democracia. La represión contra el Hirak comenzó hace año y medio con la detención de varios militantes destacados. Siguió con el bloqueo de medios digitales. Y se acentuó este ...

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Argelia vive estos días otra vuelta de tuerca en la lucha del poder contra los simpatizantes del Hirak, el movimiento de protestas que reclama desde febrero de 2019 una verdadera democracia. La represión contra el Hirak comenzó hace año y medio con la detención de varios militantes destacados. Siguió con el bloqueo de medios digitales. Y se acentuó este pasado lunes con la sentencia de un tribunal de la ciudad de Sétif –283 kilómetros al este de Argel– contra el activista Walid Kechida, de 25 años, que gestionaba en Facebook una página de memes, o montajes humorísticos, contra el poder y el peso de la religión en la sociedad.

Kechida ya se encontraba en prisión preventiva desde abril. La prensa local destacó entonces que el activista es huérfano de padre y que su madre estaba enferma y se quedaría sola en el mes de Ramadán en plena pandemia. Un mes antes, la justicia argelina encarceló al periodista independiente Khaled Drareni, de 40 años, que destacó por cubrir de forma exhaustiva las protestas. Drareni aún se encuentra preso, condenado a dos años de prisión firme, a pesar de las numerosas organizaciones internacionales que reclaman su puesta en libertad.

El caso de Kechida, sin embargo, tuvo hasta ahora menos resonancia. A pesar de que el fiscal de la ciudad de Sétif había solicitado una condena de cinco años, sus abogados esperaban que fuese absuelto tras pasar nueve meses en la cárcel. Sin embargo, el tribunal lo ha condenado a tres años, por “desacato y ofensa al presidente de la República”, “atentar contra los preceptos del islam” y “desacato a personas jurídicas”. Se trata de una de las penas más duras infligidas a simpatizantes del Hirak.

Kaci Tansaout, coordinador del Comité Nacional de Liberación de los Detenidos (CNLD), indica desde Argel que, desde el inicio de las protestas en febrero de 2019, han sido procesadas 2.500 personas. “Aunque la mayoría fueron liberados, quedan 86 presos de conciencia detenidos”, precisa. Otros permanecen en libertad bajo fianza, como el destacado opositor Karim Tabú, quien salió de prisión en julio tras pasar 10 meses encerrado. “La mayoría de los presos son jóvenes y están detenidos desde que surgió la covid-19, después de la consiguiente suspensión de las marchas masivas, en marzo de 2020. Pero los hay de todas las edades. El más joven, Yasser Rouibah, tiene 19 años. Y el más anciano, Mohamed Naili, tiene 72”, indica Tansaout.

Tres prisioneros hospitalizados

El presidente del Comité añade que hay tres presos que llevan 11 días en huelga de hambre y fueron transferidos ayer al hospital ante la degradación de su estado de salud. “Es lamentable que en pleno 2021 se apliquen condenas como la de Walid Kechida. La mayoría de los presos están en la cárcel tras haber publicado algo en Facebook. Y esto se produce en un momento en que los responsables políticos en el poder no dejan de promover una nueva Argelia”, señala Kaci Tansaout.

Un periodista argelino que habla con la condición del anonimato indicó a este diario: “La condena contra Walid Kechida ha debilitado la moral de todos. Parece que los magistrados ni siquiera se dan cuenta de que solo se trata de humor. Es un verdadero drama cuando una generación joven 2.0 se enfrenta a otra que no entiende su lenguaje. ¡Un verdadero naufragio!”.

El presidente de Argelia, Abdelmayid Tebún, de 75 años, regresó el 30 de diciembre a Argel tras pasar dos meses en un hospital de Alemania, a donde fue trasladado de forma urgente tras infectarse de la covid-19. La mayor parte de las personas que controlan el poder argelino superan los 65 años, edad de jubilación en un país cuya edad media es de 29 años. El verdadero hombre fuerte del país, el jefe del Estado Mayor, el general Said Chengrinha, tiene también 75 años.

Said Salhi, vicepresidente de la Liga Argelina por la Defensa de Derechos del Hombre, señala desde Argel: “El poder ha bloqueado todos los espacios de expresión y de ejercicio político, ha prohibido las reuniones públicas, las manifestaciones pacíficas y ataca ahora el último espacio que queda para el pueblo argelino, el espacio virtual”.

Salhi cree que la sentencia contra Kechida confirma que el poder sigue decidido a mantener una hoja de ruta “ampliamente rechazada por el pueblo”. Salhi se refiere a la nueva Constitución promovida por Tebún y sometida a referéndum en noviembre. La votación se saldó con la tasa más alta de abstención registrada en la historia de Argelia, del 76,3%.

“El poder no ha comprendido todavía que frente a un Hirak pacífico que se ha manifestado durante 20 meses, la represión y las condenas solo alimentan la hogra, el sentimiento de exasperación [y humillación] de la gente. Vivimos un tiempo muy malo para las libertades. Los periodistas, blogueros, artistas, activistas, simples ciudadanos son arrestados solo por publicar un meme o por expresar su opinión”.

“El régimen quiere enviar un mensaje a los jóvenes, disuadirlos para que no protesten. Porque las autoridades están convencidas de que en cuanto pase la pandemia el Hirak volverá a las calles. La situación económica es catastrófica. El paro está muy alto, el dinar ha perdido el 20% de su valor en 2020. La fruta está carísima y la carne está fuera de precio. Para una familia con ingresos bajos es difícil alimentarse”, señala un analista argelino que solicita ocultar su nombre.

El citado analista añade: “En cuestión de libertades estamos sufriendo una regresión de 20 años. Hay que tener en cuenta que incluso durante la década negra, en los años del terrorismo de los noventa, en Argelia había libertad de expresión. Ahora, todos los días, desde hace año y medio, convocan a alguien ante la justicia. A algunos los multan, a otros los dejan en libertad provisional, a otros los meten en la cárcel. Han descubierto que pueden sofocar las protestas sin necesidad de matar a nadie. Y cada vez que hay una condena del Parlamento Europeo ante la merma de libertades en Argelia, el poder endurece la represión para demostrar que no le tiene miedo a la Unión Europea”.

El Parlamento Europeo aprobó el 26 de noviembre una resolución de urgencia en la que criticaba el deterioro de los derechos humanos en Argelia y reclamaba la liberación inmediata del periodista Khaled Drareni. El Parlamento no ha emitido en el último lustro una resolución semejante respecto a Marruecos, a pesar de que también hay varios periodistas y disidentes encarcelados, en su mayoría acusados de cargos de índole sexual o económica.

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