Boko Haram se atribuye el secuestro de los estudiantes de Nigeria, a cientos de kilómetros de sus bases
“Lo sucedido en Katsina ha sido para promover el islam y desanimar las prácticas antislámicas como la educación occidental”, dice su líder, Abubakar Shekau
El grupo terrorista Boko Haram ha reivindicado este martes la autoría del secuestro de más de 300 estudiantes en el norte de Nigeria. “Soy Abubakar Shekau y nuestros hermanos están detrás del secuestro de Katsina”, asegura una voz de un hombre que se presenta como el líder de Boko Haram en un mensaje de audio de cuatro minutos y medio difundido a través de los canales habituales de este grupo terrorista.
“Lo sucedido en Katsina ha sido para promover el islam y desanimar las prácticas antislámicas como la educación occidental, que no es el tipo de educación permitido por Alá y su profeta...
El grupo terrorista Boko Haram ha reivindicado este martes la autoría del secuestro de más de 300 estudiantes en el norte de Nigeria. “Soy Abubakar Shekau y nuestros hermanos están detrás del secuestro de Katsina”, asegura una voz de un hombre que se presenta como el líder de Boko Haram en un mensaje de audio de cuatro minutos y medio difundido a través de los canales habituales de este grupo terrorista.
“Lo sucedido en Katsina ha sido para promover el islam y desanimar las prácticas antislámicas como la educación occidental, que no es el tipo de educación permitido por Alá y su profeta [Mahoma]”, asegura Shekau en su reivindicación. Los hechos ocurrieron el pasado viernes cuando decenas de hombres en motocicletas y armados con fusiles AK-47 atacaron la Escuela de Secundaria de Ciencias del Gobierno, un instituto masculino situado en la localidad de Kankara, en el Estado de Katsina, en el noroeste del país. Tras un tiroteo secuestraron a decenas de adolescentes de los que al menos 333 continúan desaparecidos, según ha informado el gobernador estatal.
Los testimonios de los jóvenes que pudieron escapar revelan que muchos alumnos huyeron despavoridos a un bosque cercano, pero cientos fueron atrapados por los agresores, que los condujeron primero en autobuses y luego a pie separados en varios grupos hacia un lugar desconocido. En un primer momento el rapto se atribuyó a “bandidos”, una apelación genérica con la que las autoridades se refieren a bandas armadas que operan en el norte de Nigeria desde hace años dedicadas al robo y el secuestro con gran violencia. Las autoridades aseguraron este lunes que los agresores estaban localizados y rodeados.
De confirmarse la autoría, esta acción indicaría la ampliación de la capacidad operativa de esta organización criminal que tradicionalmente opera en el noreste de Nigeria, sobre todo en Borno y las proximidades del lago Chad, y que podría estar en pleno proceso de expansión geográfica. En el último año, la violencia se ha intensificado en los Estados del norte y noroeste protagonizada por bandas de delincuentes armados y grupos de autodefensa de pastores y agricultores, enfrentados entre sí por los recursos. Sin embargo, desde hace meses numerosos expertos apuntan a una posible expansión de la actividad terrorista en esta zona, tanto desde la vecina Níger como por parte de Boko Haram, cuyo feudo principal se encuentra a cientos de kilómetros.
Este grupo terrorista, que protagoniza una de las insurgencias terroristas más sangrientas de África desde 2009, año en que asume el mando de la organización Abubakar Shekau, ha mostrado una especial actividad en las últimas semanas pues es responsable de la matanza de más de un centenar de trabajadores agrícolas en Maiduguri, algunos de ellos decapitados, en el Estado de Borno, a finales de noviembre y de un ataque cerca de Diffa, en la vecina Níger, donde asesinaron a 28 personas, la mayoría quemadas vivas. En los últimos 11 años, Boko Haram y su escisión Estado Islámico de África Occidental, así como la respuesta militar para combatirlos, han provocado unos 36.000 muertos y dos millones de desplazados, afectando a Nigeria, Níger, Camerún y Chad.
Boko Haram fue también el grupo terrorista responsable del secuestro de las 276 niñas de Chibok, que guarda enormes similitudes con este de Katsina. Ocurrió en 2014 y todavía se desconoce el paradero de 112 de las jóvenes. Las demás han sido liberadas mediante operaciones militares o procesos de negociación tras años de cautiverio durante el cual fueron casadas a la fuerza o usadas como esclavas sexuales por los terroristas. Muchas de ellas se quedaron embarazadas y dieron a luz durante este periodo.