La CDU de Merkel aplaza la elección de su sucesor a causa de la pandemia

El congreso de los conservadores alemanes, que debía celebrarse en diciembre, sume al partido en la incertidumbre

Los tres candidatos a liderar la CDU, Norbert Roettgen, (izquierda), Armin Laschet, (centro) y Friedrich Merz, (derecha), durante un acto electoral con las juventudes del partido conservador en Berlín a mediados de octubre.Michael Kappeler (AP)

La carrera por la sucesión de Angela Merkel al frente del partido conservador se complica en Alemania al compás de una pandemia que arrecia. No habrá congreso del partido en diciembre, como estaba programado. El aumento de contagios ha forzado a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) a aplazar previsiblemente al año que viene la elección de su nuevo líder y aspirante a las generales de 2021, según ha anunciado este lunes la dirección del partido. La decisión inyecta nuevas dosis de i...

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La carrera por la sucesión de Angela Merkel al frente del partido conservador se complica en Alemania al compás de una pandemia que arrecia. No habrá congreso del partido en diciembre, como estaba programado. El aumento de contagios ha forzado a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) a aplazar previsiblemente al año que viene la elección de su nuevo líder y aspirante a las generales de 2021, según ha anunciado este lunes la dirección del partido. La decisión inyecta nuevas dosis de incertidumbre a un proceso sucesorio en el que no hay un candidato favorito y que amenaza con agrietar al partido en un momento decisivo para los conservadores alemanes: la llamada era post-Merkel.

La canciller, Angela Merkel, terminará su cuarto y último mandato el otoño de 2021 y no volverá a presentarse, según anunció ella misma hace dos años. En esa fecha se celebrarán las elecciones generales y para entonces, la CDU debe contar con un presidente del partido y posible aspirante a canciller medianamente rodado. El nuevo aplazamiento implica que podría no haber elección hasta la primavera que viene. Abre la puerta además a batallas internas, que corren el riesgo de ser mal digeridas por un electorado que prima la eficiencia frente a la gresca política, especialmente en tiempos de pandemia. Friedrich Merz, uno de los tres candidatos, ha criticado abiertamente este lunes el aplazamiento, por considerar que merma sus posibilidades de éxito y que forma parte de una campaña en su contra.

Hasta ahora, la ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, ejerce de líder interina de la formación, que según las encuestas sería de nuevo y con amplia ventaja la más votada de celebrarse hoy las elecciones, aunque renunció a la carrera sucesoria el año pasado tras una crisis política interna de la que salió mal parada.

Los planes iniciales establecían la celebración de un congreso del partido el 4 de diciembre en Stuttgart, del que saldría elegido el nuevo líder. Hasta 1.001 delegados de la CDU en representación de las agrupaciones regionales estaban llamados a votar ese día. Pero la segunda ola de la pandemia refleja cifras de contagios que han alarmado a las autoridades sanitarias y políticas. Superada la barrera de los 10.000 contagios diarios la semana pasada, Merkel ha pedido a la población que reduzca al mínimo posible los contactos y este lunes ha anunciado que adelanta a este miércoles la reunión con los jefes de Gobierno de los Länder ante la gravedad de la situación.

En ese contexto, el partido no ha considerado conveniente la celebración de un congreso multitudinario. “La situación actual no permitirá un congreso el 4 de diciembre”, ha anunciado el lunes el secretario general de la CDU, Paul Ziemiak, en conferencia de prensa. Aún así, los conservadores alemanes siguen considerando un evento presencial como la mejor opción y por eso han optado por esperar para evaluar la situación y decidir si es posible celebrar el congreso el año que viene y en qué formato, según Ziemiak. De no contenerse el avance de la covid-19, podría celebrarse en modo telemático y los delegados votarían por correo.

El candidato elegido por la CDU podría ser también el aspirante a canciller alemán en las elecciones, aunque para ello deberá contar con el acuerdo del partido-hermano bávaro, la CSU. El presidente de la formación bávara, Markus Söder no ha declarado su intención de aspirar a la cancillería, pero las encuestas reflejan una clara ventaja del bávaro, cuya gestión de mano dura en la gestión de la pandemia ha sido muy valorada por los alemanes.

Pero el tiempo apremia para la CDU. A pesar de que las generales no están previstas hasta el otoño de 2021, durante el año se celebrarán elecciones regionales cruciales. Las primeras, las de Baden-Württemberg y Renania-Palatinado ya en marzo.

El nuevo calendario ha sido criticado abiertamente por Merz, uno de los tres candidatos, que según los sondeos podría tener ventaja respecto al resto. Antes de que Ziemiak anunciara oficialmente los nuevos planes, Merz ya tuiteaba por libre. “El aplazamiento del congreso del partido es una decisión en contra de las bases de la CDU”, protestaba el candidato más derechista y el mejor orador de los tres. “Lamento que la ejecutiva no acepte mi propuesta de compromiso de un congreso digital, al menos para elegir al nuevo presidente”.

Merz es claramente el candidato que menos prefiere el aparato del partido, frente a Armin Laschet o incluso Norbert Röttgen, considerados menos rupturistas con el legado de Merkel. Merz ha dejado claro en las últimas horas que piensa jugar la carta del victimismo y explotar su imagen de candidato de las bases frente a la maquinaria de la formación. “Hay partes del establishment del partido que quieren evitar que me convierta en presidente y este congreso tiene que ver con eso”, ha dicho en la televisión pública ARD. Merz considera la pandemia una estrategia de la dirección del partido para ganar tiempo y lograr desinflar mientras tanto su candidatura.

Laschet sin embargo, considerado el candidato más continuista, no logra despegar en las encuestas y su gestión de la pandemia en Renania del Norte-Westfalia, el Land en el que gobierna, ha suscitado numerosas críticas. Despunta sin embargo el número dos de su candidatura, Jens Spahn, el ministro alemán de Sanidad, que se encuentra aislado con síntomas leves tras dar positivo en el test de covid-19 y al que los alemanes consideran un gestor eficaz en el que confían.

Apoyo a la gestión de la pandemia

Los alemanes han valorado hasta ahora de forma muy positiva la gestión de la pandemia de la canciller, Angela Merkel, cuya aceptación en las encuestas se ha disparado y su partido se ha visto por extensión muy reforzado. Los sondeos le otorgan a la CDU cerca de un 35% de intención de voto, seguido de Los Verdes con un 20%. La socialdemocracia (SPD), el socio minoritario en el Ejecutivo de coalición de Merkel alcanza apenas el 15% de los votos. Eso, a pesar de que el SPD ya ha presentado oficialmente a su candidato a canciller, Olaf Scholz, el actual ministro de Finanzas.

Sin Merkel en el horizonte, los interrogantes políticos se acumulan. “Tanto el SPD como la CDU vamos a tener que redefinirnos cuando no esté Merkel”, vaticina una fuente socialdemócrata. El centrismo merkeliano ha producido un acercamiento entre sendos partidos de la gran coalición que muchos ciudadanos son a estas alturas incapaces de distinguir.

Pero más allá de perfiles políticos, será probablemente la evolución de la pandemia la que marque las elecciones del año que viene. Tras un relativo éxito durante la llamada primera ola, en la que Alemania logró contener el virus y sus servicios de salud no se vieron desbordados en ningún momento, la situación amenaza desde hace varios días con descontrolarse, como advierten desde el Ejecutivo. La canciller ha convocado de urgencia este miércoles a los jefes de Gobierno de los Länder ante el aumento vertiginoso de contagios, especialmente en grandes ciudades como Berlín.

Desde el inicio de la epidemia, el instituto Robert Koch alemán contabiliza 437.866 casos positivos de covid-19 y 10.056 muertos, en un país de 83 millones de habitantes. El sistema alemán considera que una región pasa a ser considerada “de riesgo” cuando supera los 50 casos por cada 100.000 habitantes en una semana. Las últimas cifras indican que Alemania ha superado con creces ese umbral con una incidencia acumulada de 74,9 casos por 100.000 habitantes en siete días.

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