La UE sanciona a miembros del círculo cercano a Putin por el envenenamiento del opositor Navalni
El Reino Unido se suma a las medidas de los Veintisiete, que incluyen al jefe del espionaje ruso, mientras el Kremlin habla de rusofobia y amenaza con contra-penalizaciones
La Unión Europea (UE) ha anunciado sanciones contra varios miembros del círculo más cercano del presidente de Rusia, Vladímir Putin, en respuesta al envenenamiento del destacado opositor Alexéi Navalni el pasado agosto. Las medidas, que entran en vigor este mismo jueves e incluyen al jefe de los servicios secretos rusos, implican la congelación de los activos que los sancionados puedan tener en la UE y la prohibición de viajar a territorio comunitario. Además, otro de los aliados de Putin enfrenta sanciones por su papel en...
La Unión Europea (UE) ha anunciado sanciones contra varios miembros del círculo más cercano del presidente de Rusia, Vladímir Putin, en respuesta al envenenamiento del destacado opositor Alexéi Navalni el pasado agosto. Las medidas, que entran en vigor este mismo jueves e incluyen al jefe de los servicios secretos rusos, implican la congelación de los activos que los sancionados puedan tener en la UE y la prohibición de viajar a territorio comunitario. Además, otro de los aliados de Putin enfrenta sanciones por su papel en el conflicto libio. Las autoridades rusas han hablado de “sanciones ilegítimas” que “dañan” la relación entre Rusia y la UE y ha advertido que Moscú dará una “respuesta simétrica” ante las medidas de la UE.
Las sanciones incluyen a seis altos funcionarios rusos, todos miembros del estrecho círculo de élites que durante años han rodeado al presidente ruso y el instituto estatal de Investigación Científica en Química Orgánica y Tecnología, responsable de la destrucción de los arsenales de armas químicas heredados de la Unión Soviética pero también señalado por varios servicios de inteligencia occidentales como responsable del desarrollo y producción de armas químicas, entre las que se encuentra el agente neurotóxico Novichok, con el que se envenenó al opositor ruso, según ha recordado la UE, que sostiene que el envenenamiento no pudo haberse llevado a cabo sin el conocimiento de la inteligencia rusa, que había estado siguiendo al opositor.
Navalni, uno de los críticos contra Vladímir Putin más visibles en Occidente, empezó a sentirse mal en un vuelo de la ciudad de Tomsk a Moscú el pasado 20 de agosto. El opositor, que había pasado allí varios días en la localidad siberiana reuniéndose con partidarios, colapsó en el vuelo y fue trasladado a un hospital de la Omsk. Allí fue retenido contra la voluntad de sus familiares y allegados, que reclamaban trasladarle a Berlín para poder tratarle.
Tras las fuertes presiones diplomáticas sobre Moscú, en las que se implicó la canciller alemana Angela Merkel, y después de que su esposa, Yulia Naválnaya escribiese una carta al presidente Putin, las autoridades accedieron a su traslado. Navalni permaneció en coma un mes y todavía permanece en Alemania recuperándose.
Poco después de su llegada a Berlín, los laboratorios militares alemanes determinaron que el opositor había sido envenenado con un agente nervioso de la familia Novichok, del mismo tipo que el empleado contra el exespía ruso Serguéi Skripal en el Reino Unido en 2018, en otro caso que desembocó en una catarata de sanciones. El agente tóxico, recalcaron los científicos alemanes, solo podría haberse producido en un laboratorio gubernamental de alta seguridad. Francia y Suecia confirmaron las conclusiones de Alemania. También la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas.
“Solo las autoridades estatales de Rusia tienen acceso a este agente neurotóxico”, recalcó la UE. La lista de nombres, propuesta por Francia y Alemania –que presentaron al resto de Estados miembros junto con un dosier de 500 páginas con las evidencias de su participación-, incluyen a Andrei Yarin, jefe de la Dirección de Política Interior de la Presidencia; Serguéi Kiriyenko, jefe adjunto primero de la Oficina Ejecutiva de la Presidencia; Serguéi Menyailo, representante plenipotenciario del presidente de Rusia en Siberia; Alexandr Bortnikov, director del Servicio Federal de Seguridad, y los viceministros de Defensa Pavel Popov y Alexei Krivoruchko. Seis nombres muy poderosos.
Al paquete de sanciones y en la misma medida también se ha sumado el Reino Unido, donde se produjo el envenenamiento del exespía Skripal y de su hija con Novichok; la sustancia finalmente acabó con la vida de una mujer sin relación con el caso pero que tuvo contacto con el frasco de perfume en el que estaba el veneno. Las autoridades británicas determinaron que dos agentes de la inteligencia militar rusa fueron los autores del ataque, en la ciudad de Salisbury. Serguéi Skripal y su hija Yulia enfermaron y estuvieron muy graves pero sobrevivieron al ataque. No se ha determinado aún cómo fue envenenado Navalni. El opositor y sus aliados han acusado directamente al Kremlin y a Putin del intento de asesinato.
Suministro de armas a Libia
En otro apartado de medidas, la UE ha aprobado sanciones también contra Yevgeni Prigozhin, un empresario conocido como “el chef de Putin” y uno de los aliados más cercanos del presidente, por violar las sanciones de Bruselas basadas en las medidas de la ONU que prohíben el suministro de armas, instrumentos de represión y asistencia a las fuerzas mercenarias de Libia. Prigozhin está vinculado al opaco grupo Wagner, que, según distintos informes de servicios de inteligencia occidentales, ha desplegado contratistas en Siria o Libia y que envía mercenarios para proteger los intereses del Kremlin.
Hace seis años, como parte de un paquete más amplio de sanciones impuestas por la intromisión rusa en Ucrania, la UE incluyó en la lista negra a los oligarcas cercanos al Kremlin. La nueva relación de sancionados puede enturbiar más las relaciones entre Bruselas y Moscú, que niega cualquier participación en el envenenamiento de Navalni. Las autoridades rusas han llegado a sugerir, incluso, que las agencias de espionaje occidentales organizaron el ataque contra el opositor al que el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acusó de trabajar para la inteligencia estadounidense.
Rusia ha dicho este jueves que está estudiando cómo responder a las sanciones. “Moscú actuará de acuerdo con sus propios intereses”, ha insistido Peskov, quien hace unos días aseguró que Rusia había pedido a Alemania a través de la oficina del fiscal general información específica sobre los hallazgos del envenenamiento pero no recibió respuesta, según afirmó.