Una filtración de archivos cuestiona el trato de la gran banca a oligarcas y redes criminales
Una investigación periodística revela movimientos millonarios que benefician a acusados de corrupción
Una filtración masiva de archivos de la Administración de Estados Unidos conocida este domingo revela que la gran banca se saltó las regulaciones internacionales sobre lavado de dinero y favoreció, a través de movimientos millonarios, a cuestionados magnates del este de Europa, redes criminales y operadores políticos acusados de corrupción. De oligarcas ucranianos a la red de...
Una filtración masiva de archivos de la Administración de Estados Unidos conocida este domingo revela que la gran banca se saltó las regulaciones internacionales sobre lavado de dinero y favoreció, a través de movimientos millonarios, a cuestionados magnates del este de Europa, redes criminales y operadores políticos acusados de corrupción. De oligarcas ucranianos a la red del empresario colombo-venezolano Álex Saab, presunto testaferro de Nicolás Maduro detenido en Cabo Verde y reclamado por Washington, narcotraficantes buscados por la justicia estadounidense, las transacciones de fondos ilícitos dieron la vuelta al mundo e involucran a entidades como JP Morgan o HSBC.
La investigación se inició con una filtración de documentos secretos a BuzzFeed News, que compartió los archivos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés). Se trata de miles de informes que las entidades bancarias estadounidenses remiten ante cualquier sospecha a la oficina de Control de Crímenes Financieros (FinCEN), que depende del Departamento del Tesoro. Los registros demuestran, según el trabajo, que “cinco bancos globales (JP Morgan, HSBC, Standard Chartered Bank, Deutsche Bank y Bank of New York Mellon) siguieron beneficiándose” de esos clientes incluso después de haber sido sancionados por las autoridades estadounidenses.
“En algunos casos”, señala el ICIJ, “los bancos siguieron moviendo fondos ilícitos incluso después de que funcionarios estadounidenses les advirtieron que enfrentarían procesos penales si no dejaban de hacer negocios con mafiosos, estafadores o regímenes corruptos”. JPMorgan, por ejemplo “movió dinero para personas y empresas vinculadas al saqueo masivo de fondos públicos en Malasia, Venezuela y Ucrania”. Concretamente, las transacciones de esa entidad suman 1.000 millones de dólares para un magnate, prófugo de la justicia, vinculado con el desfalco de miles de millones de fondo soberano 1 Malaysia Development Berhard (1MDB). Los documentos también contienen rastros, como señala el portal venezolano Armando.info, de los negocios de Álex Saab, acusado de ser uno de los testaferros de Nicolás Maduro, actualmente detenido en Cabo Verde y a la espera de extradición a Estados Unidos.
Y estos movimientos, según destaca el Consocio de Periodistas, llegaron a salpicar a la campaña del propio mandatario estadounidense, Donald Trump. “JP Morgan también procesó más de 50 millones [de dólares] en pagos durante una década, según muestran los registros, para Paul Manafort, el exjefe de campaña del presidente Donald Trump. El banco transfirió al menos 6,9 millones en transacciones de Manafort en los 14 meses posteriores a su renuncia a la campaña en medio de un torbellino de acusaciones de lavado de dinero y corrupción que surgieron de su trabajo con un partido político prorruso en Ucrania”.
Los archivos, que abarcan 17 años, de 2000 a 2017, demuestran que las transacciones sospechosas “continuaron aumentando a través de las cuentas de JP Morgan a pesar de las promesas del banco de mejorar sus controles de lavado de dinero como parte de los acuerdos que alcanzó con las autoridades estadounidenses en 2011, 2013 y 2014”, asegura la investigación. El banco, sin embargo, se escudó en que estaba legalmente prohibido hablar de clientes o transacciones. Dijo que ha asumido un “papel de liderazgo” en la búsqueda de “investigaciones proactivas dirigidas por inteligencia” y el desarrollo de “técnicas innovadoras para ayudar a combatir los delitos financieros”.
Ni la agencia encargada del control de crímenes financieros ni el Departamento del Tesoro respondieron las preguntas remitidas en agosto por el ICIJ y sus aliados en esta investigación. “FinCEN le dijo a BuzzFeed News que no comenta sobre la existencia o no existencia de informes específicos de actividades sospechosas, a veces conocidas como SAR. Días antes de la publicación de la investigación por parte de ICIJ y sus socios, FinCEN anunció que estaba buscando comentarios públicos sobre formas de mejorar el sistema contra el lavado de dinero de EE UU”.
El trabajo abarca 17.600 registros de personas con información privilegiada y denunciantes, archivos judiciales, solicitudes de libertad de información y otras fuentes. La filtración, cuyos detalles se conocerán en los próximos días, amenaza con desatar una tormenta política en varios países, incluido probablemente Estados Unidos.
De Estados Unidos a Wuhan
Los documentos del trabajo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación son una suerte de vuelta al mundo a través de transacciones ilícitas de fondos millonarios. Según contó el ICIJ a la BBC, partir de los archivos secretos, los periodistas rastrearon el dinero “de un traficante de drogas de Rhode Island, en Estados Unidos, hasta un laboratorio químico en Wuhan, China”. O “exploraron escándalos que paralizaron las economías de África y Europa del Este; identificaron a saqueadores de tumbas con reliquias budistas que se vendieron a las galerías de Nueva York; y siguieron a magnates venezolanos que desviaron dinero de viviendas públicas y hospitales”.