Miles de personas se manifiestan en Berlín en contra de las restricciones por la pandemia
La marcha ha reunido a un heterogéneo grupo de conspiracionistas, antivacunas, extremistas de derecha y negacionistas del virus
Varios miles de personas se han manifestado este sábado en Berlín para protestar contra las medidas de prevención frente al coronavirus que según ellas limitan las libertades individuales. Los manifestantes, unos 17.000 según la policía —muchos menos que los 500.000 anunciados por los organizadores de la marcha — se concentraron bajo el lema El Fin de la Pandemia - Día de Libertad.
La marcha fue convocada por el grupo de Stuttgart Querdenken 711 y ha reunido a ...
Varios miles de personas se han manifestado este sábado en Berlín para protestar contra las medidas de prevención frente al coronavirus que según ellas limitan las libertades individuales. Los manifestantes, unos 17.000 según la policía —muchos menos que los 500.000 anunciados por los organizadores de la marcha — se concentraron bajo el lema El Fin de la Pandemia - Día de Libertad.
La marcha fue convocada por el grupo de Stuttgart Querdenken 711 y ha reunido a una heterogénea mezcla de conspiracionistas, simpatizantes de extrema derecha, militantes antivacunas y negacionistas del SARS-CoV-2, el coronavirus que provoca la covid-19.
Los manifestantes, que en su mayoría provenían de otras regiones del país, han rechazado las medidas implantadas para tratar de frenar la propagación del virus. “Somos la segunda ola” o “Todo es una gran teoría de la conspiración” han sido algunas de las frases coreadas. La protesta se ha iniciado poco antes del mediodía frente a la puerta de Brandeburgo y ha recorrido varias calles céntricas de manera pacífica, pero sin respetar las medidas de seguridad, que recomiendan una distancia de 1,5 metros entre las personas y el uso de mascarillas. Muy pocos de los asistentes llevaban las bocas cubiertas.
“El Gobierno nos ha tratado como animales y ha causado un daño tremendo a la economía del país”, ha asegurado Herr Schmidt, de 60 años, quien ha añadido que se ha negado a utilizar mascarillas desde el inicio de la crisis sanitaria. “Las consecuencias de las medidas que adoptó la señora Merkel las sufriremos después de las vacaciones”, ha añadido. Klaus Reinhardt, un estudiante de Derecho de 23 años se ha mostrado más agresivo: “Llegó la hora de rebelarse contra este Gobierno y contra el sistema que impera en el país”, ha asegurado con su boca y nariz al descubierto.
Entre los asistentes, la presencia de simpatizantes de ultraderecha no era muy numerosa, pero se dejaban ver. Algunos llevaban la bandera imperial negra, blanca y roja de Alemania y portaban pancartas que decían: “Estamos haciendo ruido porque nos estáis robando la libertad” y “¡Piensa, no uses una mascarilla!”.
La marcha que debía culminar alrededor de las 16.00 horas fue disuelta. La policía de Berlín, que pidió a través de altavoces a los manifestantes que respetaran las medidas de seguridad, ha anunciado en Twitter que ha interpuesto una denuncia contra los organizadores por “no respetar las reglas de higiene”.
La protesta fue organizada por Stephan Bergmann, un empresario que dio vida a la iniciativa Querdenken 711. Bergmann ha ganado notoriedad en sus discursos en los que ha denunciado que el virus era “falso”. “El Gobierno no quiere proteger las vidas humanas, sino introducir el comunismo. ¡A la mierda la regla de la distancia!”, dijo Bergmann al periódico Tagespiegel en vísperas de la manifestación de Berlín.
Varios responsables políticos criticaron esta movilización, incluida Saskia Esken, responsable de los socialdemócratas, partido minoritario de la coalición gubernamental con los conservadores de la canciller Angela Merkel. “Sin distancia, sin mascarilla: no solo ponen en peligro nuestra salud, sino también nuestro éxito ante la pandemia y la reactivación de la economía, la educación y la sociedad. ¡Irresponsable!”, ha tuiteado.
El ministro del Interior, Horst Seehofer, se ha mostrado por su parte más comprensivo al respecto, pues “siempre hay opiniones diferentes” cuando se trata de “restricciones a la libertad”, aunque, según él, “no son la mayoría”.