Bolivia despide a Silvia Lazarte, la primera presidenta indígena de una asamblea legislativa

Lazarte, surgida de los sindicatos cocaleros del trópico de Cochabamba como Evo Morales, impulsó la Constitución vigente en el país andino. Falleció el 28 de junio de una dolencia pulmonar que acarreaba desde una detención en su juventud

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Silvia Lazarte pasará a la historia latinoamericana como la primera mujer indígena en dirigir un cuerpo legislativo: la Asamblea Constituyente de Bolivia, convocada por Evo Morales entre 2006 y 2008. Lazarte falleció el 28 de junio de una larga dolencia pulmonar que comenzó cuando, en su juventud, fue violentamente detenida por tropas del ejército mientras, junto con otros campesinos, protestaba contra la erradicación de la coca que se intentara ejecutar en los años 80.

Inmediatamente después de su fallecimiento, amigo...

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Silvia Lazarte pasará a la historia latinoamericana como la primera mujer indígena en dirigir un cuerpo legislativo: la Asamblea Constituyente de Bolivia, convocada por Evo Morales entre 2006 y 2008. Lazarte falleció el 28 de junio de una larga dolencia pulmonar que comenzó cuando, en su juventud, fue violentamente detenida por tropas del ejército mientras, junto con otros campesinos, protestaba contra la erradicación de la coca que se intentara ejecutar en los años 80.

Inmediatamente después de su fallecimiento, amigos y adversarios la recordaron con respeto. La presidenta Jeanine Añez tuiteó: “Fui [asambleísta] constituyente junto con Silvia Lazarte y sé que Silvia fue una mujer luchadora. La recordaremos, más allá de las diferencias políticas, como una boliviana valiente y patriota”. Las diferencias a las que Añez hacía referencia son las que separan a su gobierno y al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido que Lazarte fundó y contribuyó a formar.

“El MAS llegó a la conclusión de que la presidencia de la Asamblea Constituyente debía estar ocupada, simbólicamente, por alguien que reflejara la inclusión indígena que, esperábamos, iba a lograr la nueva Constitución. A Evo se le ocurrió que además simbolizara la inclusión de las mujeres”, contó a este diario Roberto Aguilar, vicepresidente de la Constituyente y ministro de Educación durante casi todo el mandato de Morales. A partir de la decisión de designar una mujer indígena debía surgir un nombre y no hubo que buscarlo demasiado. “Silvia Lazarte tenía las mejores credenciales. No solamente había sido una de las mujeres fundadoras del Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos [el partido campesino que se convirtió en el MAS], sino que también fue una de las que, en los años 80, rompió la tradición machista de que en los sindicatos cocaleros no hubiera dirigentes mujeres. En ese momento ya era indudable su dimensión histórica”, recordó Aguilar.

Nacida en la pequeña localidad quechua de Santiváñez, en Cochabamba, Lazarte migró muy joven a la zona selvática de este mismo Departamento (Estado), donde están los cocales y hay más oportunidades económicas. Allí conoció a Evo Morales y se incorporó a la lucha sindical.


En su momento fue considerada una política ensimismada y poco tolerante para con sus rivales políticos. Aguilar piensa que su desconfianza y adustez respondían a la dureza de la vida que debió sobrellevar. “Cuando era joven fue detenida por unos soldados, que la agarraron de manos y pies y la lanzaron como un bulto hacia la parte trasera de un camión donde estaban los detenidos; no lo hicieron bien y Silvia cayó fuertemente contra el piso. Desde entonces ella sufría de hernia pulmonar y tenía el diafragma roto, lo que le impedían respirar adecuadamente. Muchas veces en la Asamblea Constituyente dirigió las sesiones con un 20% o 30% menos del aire que hubiera debido aspirar normalmente”, explicó. “Pero cuando lograbas que te tuviera confianza, y eso lo conseguías luchando con valor junto a ella, entonces se convertía en una madre, en una hermana, en una compañera incondicional que era capaz de dar su vida por ti”, afirmó.

Cuando la Asamblea Constituyente acabó su trabajo, dando a luz una Constitución “para los pobres, pero también para los ricos”, según dijo Lazarte en el discurso de su promulgación, la política se retiró a una vida privada en Santa Cruz, de la cual solamente salía para recibir algunos homenajes, mientras su salud se deterioraba progresivamente. El domingo 28 de junio, cuando murió, tenía apenas 56 años.

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