EEUU deporta a un científico iraní exculpado de espionaje
Teherán y Washington niegan que su regreso sea parte de un intercambio de presos
Un académico iraní que seguía encarcelado en Estados Unidos tras haber sido exculpado de espionaje industrial ha sido finalmente deportado este martes después de varios meses de espera, según ha informado el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif. La autorización para que abandonara el país suscitó esta mañana la posibilidad de que fuera correspondido con la liberación de un veterano de la Marina estadounidense detenido en Teherán desde 2018. Poco después, portavoces de ambos países descartaron esa posibilidad.
“Hola amigos. Buenas noticias. El doctor Ciro Asgarí ...
Un académico iraní que seguía encarcelado en Estados Unidos tras haber sido exculpado de espionaje industrial ha sido finalmente deportado este martes después de varios meses de espera, según ha informado el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif. La autorización para que abandonara el país suscitó esta mañana la posibilidad de que fuera correspondido con la liberación de un veterano de la Marina estadounidense detenido en Teherán desde 2018. Poco después, portavoces de ambos países descartaron esa posibilidad.
“Hola amigos. Buenas noticias. El doctor Ciro Asgarí está volando de regreso a Irán. Felicidades a su esposa y su familia”, ha escrito Zarif en su cuenta de Instagram. Desde el pasado marzo, el ministro ha llevado a cabo una campaña pública pidiendo a Washington que liberara a Asgarí, a quien se refiere como “uno de los científicos iraníes que Estados Unidos tiene como rehenes”.
Asgarí, de 59 años, un ingeniero metalúrgico que trabajaba en la Universidad de Case Western Reserve de Ohio, fue detenido en abril de 2016 acusado de robar secretos industriales en violación de las sanciones con las que Washington presiona a Teherán. Un juez federal le exoneró el pasado noviembre. Sin embargo, no fue liberado sino trasladado a un centro de internamiento para inmigrantes ilegales porque durante su estancia en prisión le había vencido el permiso de residencia. Su caso ha resultado especialmente sangrante porque en ese centro se contagió de covid-19, lo que al parecer retrasó el visto bueno para su deportación.
Entre tanto, Zarif ha reiterado en varias ocasiones la disposición de su país para llevar a cabo un intercambio de presos. También Estados Unidos ha pedido la liberación de la media docena de ciudadanos estadounidenses detenidos en Irán, la mayoría con doble nacionalidad, ante el estallido de la pandemia.
Tras semanas de especulaciones, se esperaba que el retorno de Asgarí propiciara la puesta en libertad de Michael White, un veterano de la Marina estadounidense detenido en 2018 y acusado de espionaje. White disfruta desde marzo del permiso que las autoridades penitenciarias extendieron a cerca de cien mil presos para evitar la propagación del coronavirus en las cárceles, pero no ha podido salir del país.
Sin embargo, el portavoz de Exteriores iraní, Abbas Musaví, se ha apresurado a desmentir esa posibilidad. “Las especulaciones en torno a un intercambio con otro preso son infundadas, ya que Asgarí fue liberado tras ser absuelto”, ha declarado Musaví a la prensa local. Poco después, la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Morgan Ortagus, confirmaba ese extremo. “Asgarí no es ni ha sido nunca parte de un intercambio de prisioneros con Irán”, afirmaba.
Teherán y Washington no mantienen relaciones diplomáticas desde poco después de la revolución iraní de 1979, cuando su embajada fue asaltada y parte del personal estadounidense secuestrado durante 444 días. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su salida del acuerdo nuclear en 2018 no sólo acabó con el tímido acercamiento que se produjo durante la negociación del pacto, sino que ha llevado la enemistad al borde del enfrentamiento armado. Incluso sin llegar a la tensión que produjo el asesinato del general Qasem Suleimani por un dron estadounidense el pasado enero, los continuos intercambios de acusaciones crean un clima poco propicio para el diálogo.
Aún así, han seguido intercambiando ocasionalmente a sus respectivos presos. El año pasado, Estados Unidos liberó a Masud Soleimani, un iraní acusado de violar las sanciones, a cambio de Xiyue Wang, un estudiante norteamericano de origen chino que llevaba tres años detenido por espionaje en Teherán.