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Mercosur presiona a Venezuela para que suspenda la elección de la Constituyente

El vicecanciller de Argentina adelanta el contenido del texto que firmarán mañana los presidentes reunidos en Mendoza

Federico Rivas Molina
El canciller argentino Jorge Faurie (derecha) abre la Cumbre del Mercosur en Mendoza.
El canciller argentino Jorge Faurie (derecha) abre la Cumbre del Mercosur en Mendoza.AFP
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Mercosur ha decidido meterse de lleno en la crisis venezolana, como nunca antes. Los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los cuatro miembros plenos del bloque regional sudamericano, pedirán hoy a Nicolás Maduro que suspenda la elección de una Asamblea Constituyente prevista para el 30 de julio. El vicecanciller argentino, Guillermo Raimundi, adelantó el contenido que firmarán este viernes los mandatarios reunidos en la provincia de Mendoza. “El pedido es que Venezuela se abstenga de convocar a esa elección porque es un paso en la dirección no deseada, que es la del diálogo entre las partes en pugna”, dijo el diplomático. El documento llevará la firma de los presidentes Mauricio Macri (Argentina); Michel Temer (Brasil); Tabaré Vázquez (Uruguay) y Horacio Cartes (Paraguay).

"A mi me resulta inconcebible, a esta altura de la vida, que se discuta cuando hay democracia y cuando no hay democracia. La democracia en Venezuela no está funcionando, lo que no quiere decir que no pueda volver a funcionar", dijo el canciller argentino, Jorge Faurie, en un breve encuentro con la prensa. "Todo está alterado. Está alterado el proceso eleccionario, está alterado el funcionamiento de la Asamblea Nacional, el del Supremo Tribunal, es decir que las instituciones no están funcionando. Y eso define que no hay democracia. Entonces no le demos tantas vueltas. La salida, de todos modos, es con ellos", dijo.

Venezuela ya se encuentra suspendida del bloque desde hace seis meses por no cumplir con las pautas de adecuación económica, como el arancel externo común. Raimundi aclaró que ahora la idea fue pasar de la presión comercial a la política, es decir que Venezuela pierda incluso el derecho a participar de las reuniones del bloque con voz pero sin voto, como puede hacer ahora si no se hubiese autoexcluido. No está en los planes, en cambio, una expulsión de Venezuela porque “sería contraproducente”, dijo el diplomático argentino.

Tampoco habrá una escalada de sanciones comerciales (previstas en los estatutos del bloque). “No haremos nada que pueda afectar a la población venezolana, que padece violencia política y crisis económica. Sobre todo porque creemos que la situación en Venezuela es coyuntural y que cuando haya un acuerdo a través del diálogo con la oposición podrá volver a ser parte del Mercosur”, agregó Raimundi. Más temprano, el canciller Faurie explicó cuáles son las medidas que puede tomar el Mercosur contra Venezuela: "Acá hay una sanción pendiente que podría ser por el lado de la exclusión desde el punto de vista de la participación en los órganos del Mercosur".

Los presidentes se verán el viernes en Mendoza por primera vez desde que Venezuela perdió su estatus de miembro pleno. En diciembre de 2015, cuando se realizó el último encuentro de alto nivel en Paraguay, el bloque aún tenía la impronta izquierdista que le dieron Cristina Fernández de Kirchner desde Argentina y Luiz Inacio Lula de Silva desde Brasil. Macri debutó en Paraguay cuando llevaba pocos días en el cargo, pero ya fue claro el giro político en la relación del bloque con Caracas.

La caída de Dilma Rousseff en Brasil, y su reemplazo por Michel Temer terminaron por levantar el cerco alrededor de Maduro. En estos 19 meses pasaron desde aquella cumbre, Venezuela no pudo asumir la presidencia pro tempore de Mercosur, que pasó a Argentina, y vio como sus exsocios miraban hacia la Alianza del Pacífico y la Unión Europea. Hoy Mercosur negocia acercamientos comerciales con ambos bloques que Venezuela rechaza. El escenario no puede ser más hostil para Caracas, aunque aún falta para que esa hostilidad que le prodigan sus vecinos se traduzca en hechos concretos.

El Mercosur se abre a Europa y el Pacífico

La Cumbre del Mercosur ha servido también para avanzar en la agenda económica, sobre todo aquella relacionada con los acuerdos comerciales que negocia el bloque sudamericano con la Alianza del Pacífico y la Unión Europea. La presencia de la chilena Michelle Bachelet, a cargo de la presidencia pro tempore del bloque que Chile comparte con Perú, Colombia, México, será una muestra de hasta donde las partes están comprometidas en un acuerdo. El giro a la derecha de los gobiernos del Mercosur, iniciado con Macri en 2015, alineó los intereses comerciales de ambos bloques, más dispuestos que nunca a alcanzar acuerdos que faciliten el comercio intrarregional.

El secretario de relaciones internacionales de la Cancillería argentina, Horacio Reyser, aclaró que los socios no deben esperar “un gran acuerdo comercial”, sino más bien soluciones a problemas puntuales que hoy entorpecen el comercio. El camino elegido no fue el de un Tratado de Libre Comercio (TLC) a gran escala. Ese sí es el modelo que se busca con la Unión Europea (UE).

Tras una negociación que se ha dilatado durante más de 20 años, Europa y el Mercosur parecen estar más cerca que nunca de un acuerdo, a más tardar en diciembre de este año. El proteccionismo de Estados Unidos tras la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, que afecta el comercio europeo, y la decisión de Brasil y Argentina de abrir sus economías son una oportunidad única.

"Lo que vamos a tener es un acuerdo político que determina qué cosas están totalmente negociadas. Es decir, un conjunto de los pilares que tiene un proceso negociador. Eso términos van a tener que quedar completamente definidos para el mes de diciembre y esas son nuestras expectativas", explicó Faurie. Un acuerdo, dijo Faurie, "es una ventana de tiempo y una oportunidad única para la Unión Europea y para el Mercosur. La capacidad de crecimiento de estos acuerdos de cooperación tienen mucho que ver con la posibilidad de que podamos ratificar la idea de que existen condiciones, en este momento de la economía internacional, de tener un acuerdo de libre comercio".

La estrategia será acordar al menos en los temas menos conflictivos, es decir los políticos. Otra cosa serán los capítulos económicos, donde aún quedan temas cruciales a resolver, originados en las evidentes asimetrías de ambos bloques. Mercosur pidió canastas de desgravación que duren lo más posible, para disminuir el impacto que puedan tener en los sectores más expuestos al ingreso de productos europeos. “Además hay ciertos sectores que están excluidos de la oferta, nosotros ofrecimos desgravar el 87% del comercio con Europa. Eso significa que hay sectores que no estamos dispuestos a incluir en la negociación. Junto a temas de propiedad intelectual, son las reservas que el Mercosur planteó”, explicó Reyser.

Desde la Unión Europea, los límites están del lado del comercio de productos agropecuarios. “El Mercosur aceptó que haya cuotas, algunas incluso pueden ser progresivas en el tiempo. Al final del día, si nosotros somos capaces de ponernos de acuerdo en los grandes temas va a haber un acuerdo de libre comercio en diciembre con la Unión Europea”, dijo el diplomático argentino.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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