Polémica en Argentina porque los diputados han doblado sus dietas
Los legisladores duplicaron el dinero que reciben para cubrir gastos de representación y pasajes aéreos
No hay crisis económica en el Congreso argentino. Los legisladores duplicaron el dinero que reciben para cubrir gastos de representación y pasajes aéreos, una decisión que contó con el apoyo tanto del macrismo como del kirchnerismo, enemigos sin cuartel en cuestiones de política. El próximo mes, los diputados sumarán 1.800 dólares a su bolsillo, el equivalente a tres salarios mínimos. El año pasado, Macri pidió a los diputados que anulen una medida similar.
Es cierto que la inflación no cede en Argentina. Los datos registran cerca de un 40% de inflación en 2016 y la previsión para 2017 es del 21,6%, según un relevamiento realizado por el Banco Central entre analistas privados. Con esos números en la mano, el Gobierno intenta poner un tope de 20% a las paritarias sindicales, el espacio donde cada año se discuten las subidas salariales. Los nuevos sueldos de los legisladores no han ayudado a sostener el clima social necesario para las discusiones que recién comienzan. El titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, dijo que los aumentos sólo pretender dar “transparencia a los balances” del Congreso, porque las sumas asignadas a pasajes aéreos estaban atrasadas y los diputados del interior del país ya cobraran de hecho sumas superiores a las establecidas.
Pero son, justamente, los pasajes aéreos los que más suspicacias levantan en la opinión pública. Los diputados se cuidaron de no presentar la subida como un aumento de salarios, sino que duplicaron hasta los 20.000 pesos (1.200 dólares) el dinero que reciben en concepto de “gastos de representación”, cuyo uso no necesita justificación alguna, y elevaron desde 1.170 dólares hasta 2.400 dólares la suma destinada a los pasajes aéreos.
La particularidad es que los diputados pueden canjear por dinero en efectivo los vuelos que no usen, lo que en la práctica eleva su salario de bolsillo en hasta 40.000 pesos mensuales (2.400 dólares), unos 30.000 pesos (1.800 dólares) si se promedia el uso que se hacen de esos billetes los diputados que viven en el interior del país. El sueldo de los legisladores, una vez realizados los descuentos impositivos, subirá así hasta los 8.200 dólares, equivalente a poco más de 15 salarios mínimos de 8.060 pesos (537 dólares).
Más salario para jueces y fiscales
No sólo el Poder Legislativo aumenta sus salarios. Los cinco ministros de la Corte Suprema autorizaron el miércoles una subida del 10% para todos los empleados del Poder Judicial, que se sumará a un incremento similar realizado en marzo. El 20% supera el techo establecido por el Gobierno para las paritarias estatales, con el argumento de que índices superiores presionarán sobre la inflación. El Ejecutivo defiende con mano dura ese límite
La subida logró una concordia política hasta ahora impensable entre macristas y kirchneristas. Todos ellos apoyaron la medida, incluso en momentos en que se preparan para el arranque de la campaña electoral por las legislativas de octubre. Los diputados defienden que el Legislativo es el poder del Estado que menos aumentos de salarios ha recibido. Y recordaron que la actualización decidida en noviembre de 2016 fue anulada para contrarrestar el mal humo social que produjo. Incluso el presidente Mauricio Macri pidió entonces a sus legisladores "no pasarse de largo con los aumentos" y sugirió que debían ser "acorde con el esfuerzo" que están haciendo todos los argentinos para enfrentar la crisis económica. Esta vez no hubo declaraciones oficiales y el aumento es un hecho.
El salario mínimo en Argentina está 360 dólares por debajo de la canasta básica que calcula el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) para medir el índice de pobreza, una cifra que alcanzó durante el último semestre de 2106 al 30,3% de los argentinos, unos 12 millones de personas, según los datos de la última medición. Cálculos no oficiales realizados por la Universidad Católica Argentina (UCA) determinaron además que una de cada diez familias argentinas necesita algún tipo de ayuda para alimentarse, un dato que está fuertemente vinculado a la pobreza extrema. Está claro que este no es el mejor escenario social para el aumento de las dietas de los diputados.
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