Multas de 60 dólares al acoso callejero en Buenos Aires
La capital argentina aprueba una ley que castiga los actos de hostigamiento e intimidación en la vía pública
"A mí cuerpo no le interesa tu opinión", podía leerse en la pancarta que sostenía una adolescente en la multitudinaria movilización contra los feminicidios del pasado octubre en Buenos Aires. Los piropos groseros proferidos por desconocidos son habituales en las calles de la ciudad, como también es frecuente que las pasajeras sufran algún tipo de manoseo en los abarrotados transportes públicos de la capital argentina. Estos y otros actos de acoso callejero, de los que han sido víctimas el 97% de las mujeres del país, según el Primer Índice Nacional de Violencia Machista, acaban de ser prohibidos por el Gobierno de Buenos Aires. Quienes infrinjan la ley, serán castigados con multas de hasta 1.000 pesos (unos 60 dólares).
La iniciativa, impulsada por el legislador Pablo Ferreyra, busca "prevenir y sancionar el acoso sexual, producido en espacios públicos o de acceso público, en los que se hostigue, maltrate o intimide y que afecten en general la dignidad, la libertad, el libre tránsito y el derecho a la integridad física o moral de personas basados en su condición de género, identidad y orientación sexual".
El texto precisa que acoso sexual verbal o físico "es toda conducta unidireccional, física o verbal, producida por una o más personas en contra de personas, basado en su condición de género, identidad y orientación sexual que no desean o rechazan estas conductas por considerar que afecta sus derechos a la dignidad y a la integridad".
El acoso callejero está considerada la forma más naturalizada de violencia machista. Hace dos años, el entonces alcalde de Buenos Aires y hoy presidente argentino, Mauricio Macri, puso en duda que haya mujeres que se ofendan por un piropo: "No puede haber nada más lindo, por más que esté acompañado de una grosería, que te digan qué lindo culo que tenés". Sus palabras generaron un fuerte revuelo y tuvo que disculparse.
Según un informe realizado por la organización MuMaLá a principios de abril, las mujeres argentinas comienzan a sufrir acoso callejero a partir de los 9 años, por lo que se ven obligadas a tomar "estrategias para sentirse más seguras en la vía pública". En 2015, la joven Aixa Rizzo grabó un vídeo en el que relataba las reiteradas agresiones verbales sufridas por un grupo de obreros que trabajaba cerca de su casa. Rizzo contó también que por miedo a lo que pudieran hacerle, sacó un espray de gas pimienta que llevaba en el bolso y lo lanzó a los trabajadores, que la llamaron "loca de mierda" y dijeron que "no era para tanto". La grabación se volvió viral y encendió un fuerte debate sobre el acoso callejero y la necesidad de un cambio cultural que le ponga coto. A partir de ahora, quienes cometan este delito podrán ser multados.
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