Historias trágicas detrás del ‘miércoles negro’ en Argentina
Familiares de víctimas cuentan las trágicas historias detrás de la protesta en Argentina contra los asesinatos de mujeres
"Cada chica que matan es una nueva patada al pecho", dice Mónica Cid, madre de Micaela Ortega, una niña de 12 asesinada el pasado abril por un hombre que la engañó a través de Facebook al hacerse pasar por alguien de su edad. El presunto agresor, Jonathan Luna, aprovechó una salida transitoria de la cárcel para fugarse y llevaba un año y medio en paradero desconocido cuando cometió el crimen de Micaela. Ahora está en prisión preventiva a la espera de juicio. Cid pide a toda la sociedad argentina que salga hoy a las calles en este miércoles negro para gritar "basta" y evitar que se repitan nuevos feminicidios. Pero exige también un profundo cambio educativo y el cumplimiento de las leyes ya existentes para frenar este delito, que el año pasado se cobró la vida de 235 mujeres, según el Registro Nacional de Feminicidios.
"Si mi hija hubiese tenido una sola clase de grooming (ciberacoso), quizás aún estaría viva", se lamenta la madre de Micaela, en conversación telefónica desde Bahía Blanca. Los investigadores descubrieron que Luna tenía varios perfiles de Facebook abiertos y chateaba con varias niñas a la vez. Durante sus conversaciones con Micaela, el asesino le dijo que era "su mejor amiga" y logró convencerla de que un supuesto tío la llevaría a su casa. El diálogo pasó inadvertido a sus padres porque no se realizó desde la cuenta oficial de la menor -que estaba supervisada- sino desde otra falsa que se había abierto. Cid sostiene que en esta ciudad bonaerense, situada 650 kilómetros al sur de Buenos Aires, hay un gran desconocimiento entre los niños y adolescentes sobre cómo detectar a ciberacosadores y denunciarlos y faltan medios en la Justicia también para enfrentarlo: "Hay un único fiscal que investiga delitos de grooming y está desbordado".
Cid vio a su hija por última vez el pasado 23 de abril. Las cinco semanas de búsqueda tuvieron el peor final: su cuerpo fue hallado en un descampado a las afueras de la ciudad. Según la autopsia, fue estrangulada con una remera y golpeada en la cabeza. No tenía signos de haber sido abusada. "Lo intentó y como no lo consiguió, la mató", dice la madre de Micaela. En la casa de Luna hallaron la chaqueta que llevaba la menor el día que se fue de su hogar y su celular y el juez de la causa dictó prisión preventiva.
Un feminicidio a cámara lenta
No tuvo la misma suerte Catarina Carvalhes, la madre de la argentino-brasileña Suhene Carvalhes Muñoz, de 26 años. El único sospechoso en la causa abierta por la muerte de su hija, Damián Loketek -quien en ese momento era su novio- está libre. "Si fuese alguien pobre, estaría preso. Pero como tiene plata, se fugó a Israel. La impunidad en Argentina es tremenda", denuncia Catarina.
El viernes 18 de julio de 2014 Suhene y Damián salieron a cenar. Se habían conocido en las oficinas de IBM en Buenos Aires donde ambos trabajaban tres años atrás y desde hacía seis meses convivían en un apartamento del acomodado barrio porteño de Belgrano. Tenían fecha para casarse en diciembre. Esa noche, al regresar a casa, pelearon. Los gritos se convirtieron en golpes y en un feroz estrangulamiento. Suhene logró salir de allí y fue a denunciarlo a la comisaría, donde la encontraron su madre y su hermano, toda golpeada y sin haber recibido atención médica, según relata su madre.
El asesinato que originó la movilización
El miércoles negro fue convocado a través de las redes sociales la semana pasada en medio de la conmoción generada por la violación y el asesinato de Lucía Pérez, una adolescente de 16 años. Después de matarla por empalamiento, los presuntos agresores la bañaron y le cambiaron la ropa para intentar encubrir el crimen. Decenas de organizaciones han convocado a las mujeres a realizar una huelga de una hora y a manifestarse por la tarde en las principales ciudades de Argentina.
Desde la ciudad costera de Mar del Plata, la madre de Lucía, Marta Monedero, pidió justicia a través de la emisora Vorterix Radio para todas las mujeres asesinadas. "Esta marcha es por muchas cosas que pasan. Cuántas Lucías hay que han quedado y no se ha hecho nada. Por esas cuantas Lucías también se pide justicia. Para que no haya más Lucías ni más familias destruidas".
Los golpes sufridos aquella noche se convirtieron en intensos y cada vez más constantes dolores de cabeza, hasta que en agosto fue internada en terapia intermedia por "trombosis vascular con hidrocefalia de carácter traumático" causada por la paliza. Nunca logró recuperarse y en marzo de 2015, falleció. "Nunca sospeché nada. Yo me separé por violencia de género y pensaba que mi hija sabría detectarlo", asegura Catarina.
La causa de Suhene está caratulada como "lesiones agravadas" en el juzgado de instrucción a cargo de Susana Mabel Castañera de Emiliozzi, pero la familia denuncia que está paralizada. Para Catarina, existieron numerosas irregularidades en la actuación de la policía y de la Justicia y está convencida de que el exnovio de su hija está libre porque la familia pagó sobornos. "La jueza me dijo que iba a dictar una orden para que no pudiese abandonar el país y no lo hizo", asegura.
"Todas las chicas que matan es volver a revivir la misma historia, la misma impotencia e injusticia", señala Catarina. Cree que las mujeres en Argentina tienen que unirse y trabajar día a día "para educar a sus hijos sin machismo". "Hay que romper con la formación patriarcal y machista, dejar de hacer chistes que siempre humillan y desprecian a la mujer para construir otra sociedad. Si tengo que ir todos los días a la plaza para que no haya más muertas, yo voy", asegura. Miles de personas la acompañarán este miércoles.
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