“La prioridad es que quienes salieron de la pobreza no vuelvan a caer”

La directora general del PNUD para América Latina y el Caribe, Jessica Faieta, pide a los Gobiernos medidas nuevas

Trabajadores de un programa temporal de apoyo al ingreso en El Salvador.Banco Mundial

América Latina está mucho mejor de lo que estaba hace 15 años. La década dorada de su economía, al calor del encarecimiento de las materias primas, se tradujo en una mejora objetiva de los datos de pobreza a lo largo y ancho del continente gracias, fundamentalmente, a las transferencias de renta condicionadas. Pero en una región en la que 142 millones de personas (el 24% de la población) viven con menos de cuatro dólares al día, el reto todavía es mayúsculo.

Más de una década después, con una economía mucho menos boyant...

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América Latina está mucho mejor de lo que estaba hace 15 años. La década dorada de su economía, al calor del encarecimiento de las materias primas, se tradujo en una mejora objetiva de los datos de pobreza a lo largo y ancho del continente gracias, fundamentalmente, a las transferencias de renta condicionadas. Pero en una región en la que 142 millones de personas (el 24% de la población) viven con menos de cuatro dólares al día, el reto todavía es mayúsculo.

Más de una década después, con una economía mucho menos boyante, a ese desafío —casi secular— de reducción de la pobreza, la directora general para Latinoamérica y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Jessica Faieta, suma otro: consolidar los avances y asegurar que aquellos que han logrado escapar de la penuria material en los últimos años, no vuelvan a recaer en su situación previa.

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De visita en Madrid, donde esta semana ha presentado en la Casa de América el último de informe específico sobre desarrollo humano en la región, Faieta aplaude la “enorme inversión” en políticas sociales “innovadoras” que ha permitido salir de la pobreza a 72 millones de personas y entrar en las clases medias a otros 94 millones, pero incide en la necesidad de poner los medios para que quienes escaparon del túnel retornen al punto de partida. “Hay 220 millones de personas vulnerables, que han salido de la pobreza pero no han entrado en las clases medias. Y evitar que vuelvan a caer debe ser el primer reto”, subraya.

Entre 25 y 30 millones

El caso de Argentina, donde el miércoles se conocieron los datos de carestía tras 36 meses de apagón estadístico decretado por el kirchnerismo, es ilustrativo. El porcentaje de personas por debajo del umbral de la pobreza se situó en el 32%, con 1,4 millones de pobres más que a principios de año. “En el momento en el que la economía deja de crecer [la argentina aún no ha logrado salir del terreno negativo], si no has puesto en marcha políticas para evitar la recaída, el número de personas en situación de necesidad crece”, destaca la responsable del PNUD. Esta realidad se extiende al resto de la región: ocho de cada 10 personas que lograron superar el umbral en la década pasada tienen trabajos precarios y constituyen el primer eslabón de la cadena en perder su empleo cuando la economía se frena. Son, en total, entre 25 y 30 millones de ciudadanos.Para evitar este abismo no sirven las políticas pasadas: “hay que ir un paso más allá”, apunta Faieta, “las iniciativas que han permitido reducir la pobreza no serán las que permitan evitar una recaída en la misma”.

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¿Qué medidas se pueden poner en marcha? En primer lugar, favorecer la posesión de activos físicos o financieros —“que un taxista sea propietario de su vehículo o un mensajero, de su moto”, ejemplifica— e incentivar el ahorro “para poder sobrellevar la pérdida del empleo o la muerte de un familiar”. En segundo lugar, poner el acento en la protección social, algo tan común y universal como inexistente en la mayor parte de América Latina. Y, en tercera instancia, destinar dinero a la mejora de las habilidades laborales para facilitar la búsqueda de empleo en caso de quedarse en paro o acceder a mejores puestos.

Faieta también pone el foco sobre la fiscalidad, una de las asignaturas pendientes en América Latina. “Los sistemas impositivos de la región tienden a ser regresivos porque se centran mucho en los impuestos indirectos”, apunta la responsable del PNUD. “Y eso afecta, sobre todo, a quienes tienen ingresos más bajos; hasta el punto de llegar a anular los efectos de las transferencias condicionadas”. Para contrarrestarlo, su receta pasa por aumentar la fiscalidad directa en detrimento de la indirecta y por aumentar la recaudación en un momento de ralentización económica global.

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