Murió Raimundo Ongaro, último referente del sindicalismo peronista combativo
Dirigente gráfico, en los años 60 rompió con la CGT que apoyaba al dictador argentino Onganía
A los 92 años y lejos de la primera línea sindical, murió en su casa de Los Polvorines, en las afueras de Buenos Aires, Raimundo Ongaro, una figura clave del sindicalismo peronista revolucionario que en los años 60 enfrentó a la dictadura de Juan Carlos Onganía (1966-1970). Ongaro, líder del sindicato de los empleados gráficos, fundó en 1968 la Confederación General del Trabajo de los Argentinos (CGTA), una escisión de la CGT liderada por el metalúrgico Augusto Timoteo Vandor, defensor de la línea “colaboracionista” con los militares.
La historia de Ongaro coincide con los años más violentos de la historia argentina. Cuando rompe con la CGT, el dirigente se pone al frente de las manifestaciones obreras contra Onganía. En 1969, el dirigente se convirtió en uno de los promotores del llamado Cordobazo, una gran revuelta obrera organizada en el cordón industrial de la ciudad de Córdoba (700 km al noroeste de Buenos Aires) y que fue el acta de defunción de la dictadura. “Ongaro es todo un fenómeno de radicalización política con un alza de masas, hay un montón de hitos en ese proceso, como el Cordobazo”, dice Marcelo Langieri, sociólogo y militante de la izquierda peronista de aquellos años. “La CTGA fue además un punto de concentración de lo que luego será el activo más fuerte del proceso revolucionario que enfrentó a la dictadura de 1976. El perdiódico, por ejemplo, la editaba Rodolfo Walsh y hubo otros dirigentes que, como Walsh, pasaron años más tardes a organizaciones guerrilleras como Montoneros. La CGTA es anterior a las organizaciones armadas guerrilleras de los 70, pero fue su semillero”, explica.
Ongaro tenía un poder de oratoria inigualable que condimentaba con un gran compromiso religioso, en línea con la teología de la liberación tan en boga en aquellos años. De ahí su gran influencia sobre los trabajadores, a los que podía movilizar con gran efectividad. Finalmente, su participación en el Cordobazo lo llevó a la cárcel, y al recuperar su libertad fundó el movimiento de Peronismo de Base. Desde allí enfrentó a las estructuras de la derecha peronista, liderada por José López Rega, el ministro más poderoso e influyente de la presidenta Isabel Perón. Detenido por su militancia, el sindicalista se enteró en prisión de que uno de sus hijos, Alfredo Máximo, había sido asesinado por la Triple A, una organización paramilitar creada por López Rega para perseguir a los peronistas y opositores considerados “comunistas”.
Ongaro pudo dejar la cárcel a cambio de un largo exilio en España. El 28 de abril de 1979, el líder sindical escribió desde Madrid una columna para el diario EL PAÍS, desde donde llamaba a adherirse la huelga general que el movimiento obrero planeaba contra la dictadura de Jorge Rafael Videla. La huelga “reafirma que ciertas cúpulas militares, y otras no militares, pretenden conservar una Argentina del tiempo de la máquina a vapor, no coincidente con los objetivos trascendentes de los trabajadores y de nuestro pueblo, así como con la modernización y pleno desarrollo que exige nuestro país”, dijo entonces. Cuatro años después, con el fin de la dictadura militar, regresó a Argentina. Durante la presidencia del radical Raúl Alfonsón retomó la actividad gremial en el sindicato gráfico, pero ya no fue lo que era. “Después del exilio no tuvo la trascendencia de su etapa previa. El movimiento obrero se había recompuesto sobre otras bases. Él recupera el gremio gráfico y fue un referente del peronismo combativo, pero con los años su figura se opacó. La recuperación de esa trayectoria suya tan importante está fijada a otra etapa de la historia argentina”, dice Langieri.
La despedida de Ongaro se realizó en la sede de la Federación Gráfica bonaerense, con una bandera verde de la organización cubriendo el ataúd. Hasta el lugar se acercó la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. "El fundó la CGT de los Argentinos y realmente fue junto a otros dirigentes gremiales los que, entre la lucha del pueblo y los sectores juveniles, trajeron a Perón de vuelta a la patria", dijo Fernández. La muerte de Ongaro ha sido también la de toda una etapa política de Argentina.
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