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“La comunicación digital de Mauricio Macri lo rejuvenece y envejece a los rivales”

Antoni Gutiérrez-Rubí, experto en estrategias de comunicación, analiza el impacto de la tecnología en la forma de hacer política

Federico Rivas Molina
Antoni Gutiérrez-Rubí durante la entrevista con EL PAÍS.
Antoni Gutiérrez-Rubí durante la entrevista con EL PAÍS.Ricardo Ceppi

“Dime como interactúas y te diré como gobernarás”, sentencia Antoni Gutiérrez-Rubí, de paso por Buenos Aires para presentar La transformación digital y móvil de la comunicación política (Ariel-2016), su último libro. Internet y las redes sociales han obligado a los gobiernos a mutar para satisfacer a un nuevo ciudadano-consumidor que alejado de la plaza, escenario tradicional de la política, controla y fiscaliza desde un espacio virtual. “Dime cómo interactúas conmigo y te diré como gobiernas", sentencia Gutiérrez-Rubí

Pregunta. ¿Cómo afectan las nuevas tecnologías a la política?

Respuesta. En tres direcciones. El primer cambio es la manera de comunicar. Hay nuevos roles, nuevas plataformas y nuevos lenguajes. Pasamos de ser pasivos a activos. El segundo cambio es la manera que tenemos de organizarnos para hacer política. Disponemos de una gran capacidad para el activismo político y social. Ya no son militantes pasivos que llenan las graderías, estamos hablando de gente que toma decisiones, que no espera instrucciones. Y el tercero, que no menor, es la creación de contenidos, de ideas. Estas tres áreas transforman la relación de los electores con la política. En el fondo sería algo así como “dime como interactúas conmigo y te diré como gobiernas”

P. ¿Aprovecha el presidente el presidente Mauricio Macri este nuevo orden?

R. Macri ha utilizado esta comunicación como un corte cultural con su principal rival electoral, Daniel Scioli. Al utilizar de manera efectiva la comunicación digital ha “envejecido” a Scioli. El cambio ha sido estético/cultural/político. Macri ha parecido, siendo una persona mayor, el más joven. Y siendo una persona tradicional, el más innovador. Segundo beneficio: le ha hecho amable, contemporáneo. Yo creo que los electores piensan que para gobernar el presente con proyección hacia el futuro necesitan a alguien que sea capaz de llegar al futuro. Envejece a los otros, se rejuvenece y, tercero, moviliza. Si algo hemos visto en la campaña electoral es que mientras las encuestas no le puntuaban lo que puntuaba era lo que estaba por debajo de las encuestas. Las búsquedas de Google, por ejemplo, han sido determinantes.

“Un tuit no es un voto, pero un tuit puede cambiar un voto”

P. El macrismo no tiene movilización de calle pero sí virtual. ¿Cuál es más importante?

R. Son escenarios distintos y complementarios. Plazas y redes, estos son conceptos importante. Cuando haces política en las plazas necesitan espacio y tiempo; una hora, un día y un lugar. En la movilización de las redes no necesitas espacio-tiempo, una persona de Córdoba y otra de Corrientes y otra de Buenos Aires pueden estar compartiendo una idea política y lo que lo convierte en volumen son las conversaciones. Es decir, pasas de la consigna a la conversación.

"Dime como  interactúas conmigo y te diré como gobiernas"

P.¿Qué gana Macri al abrir un snapchat?

R. Primero, innovación. Está a la última, es un tipo moderno que innova y lo integra fácilmente. Segundo, el factor oportunidad. El tipo es listo y sabe cuándo eso va a calar. Tercero, es una red que permite algo fascinante: mostrar el detrás de las cortinas y el cómo se hace. Convertimos al usuario en voyeur, te dejo ver lo que los demás no ven. El contenido además es evanescente. Y aunque tenga mucha técnica detrás genera complicidad con los usuarios jóvenes, que no quieren consumir lo que se les da sino lo que no se ve.

P. ¿Cuáles son los riesgos de esta nueva forma de comunicar?

R. El riesgo es convertir a la política en un producto de consumo, convertir a las ideas políticas y a la acción política en un consumo de contenidos, en un contenido atrayente que tiende a la fascinación.

"El riesgo es convertir a la política en un producto de consumo de contenidos atrayentes"

P. ¿Podemos evitar eso?

R. Como consumidores cada vez más inteligentes, menos leales, menos obedientes y que pidan autenticidad a sus productos. “Oiga, usted no me puede engañar con las emisiones, si usted me engaña se va a hundir”.

P. ¿Y la figura del ciudadano dónde queda?

"Hoy aumentó el control ciudadano respecto a la política, tenemos más capacidad para fiscalizar"

R. Uno de los elementos que más ha revitalizado la política es el consumo crítico. Es decir, cuando los usuarios empiezan a reivindicar sus derechos, a exigir información clara, cuando descubren que son estafados. ¿No es ese consumidor crítico un ciudadano? Claro que lo es. Está operando como ciudadano en una relación comercial, no es un puro consumidor e introduce otras variables a la hora de tomar decisiones.

P. ¿Pero no aumenta el control sobre los ciudadanos?

R. Aumenta el control ciudadano respecto a la política, a las empresas, tenemos más capacidad para fiscalizar y descubrir. Estamos en un momento en donde la impunidad es cada vez menor y el control también puede ser mayor de ambos lados.

P. ¿Cómo está América Latina ante esta nueva realidad?

R. En términos porcentuales es la región que más crece en el mundo. Solo representan el 12% del tráfico general pero es la que más crece, 2 o 3 puntos más que el Sudeste asiático, EEUU y Europa. Segundo, la clase media latinoamericana ha hecho que para muchos jóvenes el elemento de emancipación no sea el carro. Hoy lo que refleja la idea aspiracional más clara es a tecnología y la portabilidad. Y tercero, la penetración de redes es máxima.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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