Nun: "De un modo u otro va a haber ajuste y devaluación"

José Nun, abogado de 79 años, politólogo por la Universidad París y especialista en desarrollo económico, fue secretario de Cultura de los Kirchner entre 2004 y 2009, pero desde entonces se ha ido alejando de sus posiciones y en las elecciones presidenciales del pasado octubre votó a la progresista Margarita Stolbizer. En la oficina de El País en Buenos Aires, anticipa que en la segunda vuelta del próximo día 22 no apoyará a Daniel Scioli, el candidato del kirchnerismo.

Pregunta. ¿Cómo ve a Argentina tras las elecciones de octubre?

Respuesta. Sumamente dividida y replegada. Los que se interesan por la cosa pública están terriblemente enfrentados. Y la mayoría ha perdido mucho interés por la cosa pública.

P. ¿Cómo lee el mensaje de las urnas?

R. Es un mensaje de hartazgo porque la gente informada sabe que somos un país que se autotitula democrático cuando no lo es. En un país democrático es inadmisible la existencia de un Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos) que miente porque el ciudadano informado es una condición necesaria de una democracia. La democracia se ha reducido a que haya elecciones periódicas y ciertas libertades públicas, como las que me permiten decir lo que digo. Cuestiono el lugar común de hablar del regreso de la democracia en 1983. Para que algo vuelva tiene que haber estado antes y yo desafío a que me digan cuándo hubo democracia en Argentina. El último escrito importante de (Juan Bautista) Alberdi (padre de la Constitución argentina) se tituló ‘La Republica Argentina consolidada en 1880 con la ciudad de Buenos Aires por capital’. En estos 135 años tuvimos en primer lugar una república oligárquica, desde 1880 hasta 1916, en la que no había voto y gobernaba una elite. Después uno descuenta 35 años de dictaduras militares y a eso hay que sumarle las proscripciones (del peronismo, 1955-1973) y los largos años de populismo.

P. Algunos opinan que Argentina está en su mejor momento…

R. No saben leer la realidad. Estos 12 años (de kirchnerismo) tienen tres períodos. Los cuatros años de Gobierno de (Néstor) Kirchner (2003-2007) son dominados por la idea de transversalidad (política), el tema de los derechos humanos y un crecimiento del 8,5% anual. Cuando sube al gobierno Cristina Fernández de Kirchner, la economía crece a una tasa razonable, pero menos de la mitad que en el primer período. En el último período, que se inaugura en 2011, Argentina no creció nada. Consecuencia: la pobreza es similar a la que precedió la crisis 2001/2002, las reservas del Banco Central son similares a las de esa crisis. Quienes pintan un panorama rosado están conduciendo a Argentina a una situación cada vez menos sostenible. Se estimula por todos los medios el consumo para crear una sensación de bienestar en la población. Todo eso ha empezado a recortarse porque no aguanta hasta el 10 de diciembre (día en que asumirá el poder el futuro presidente). Han secado de dólares al país. Eso no quiere decir que los amigos del poder, los gobernantes, los grandes empresarios, incluso medianos, no tengan muchos dólares. Hay por lo menos 400.000 millones de dólares fuera del sistema.

P. ¿El balotaje acrecienta la división?

R. Seguro, y estamos en una situación curiosa porque las medidas que se vienen tomando le dejan una carga tal a quien asuma la presidencia que de un modo o del otro va a haber ajuste y devaluación, con características distintas. Si es Scioli, va a tratar de conseguir un 'swap' (canje de monedas) con China para tener divisas, que no van a ser dólares, y entonces va a estar obligado a seguir emitiendo (pesos), y si emite, aumenta la inflación, y si suben los precios, la gente no puede comprar y va a haber despedidos. Si Macri llegara a cumplir su promesa electoral de levantar el cepo (control cambiario) el primer día, el dólar va a trepar a una cifra muy alta porque es un bien tan escaso, va a encarecer fuertemente las importaciones, incluidas las de insumos para la producción. Entonces va a haber aumento de precios y despidos.

P. ¿A quién votará?

R. Jamás votaría a Scioli.

P. ¿Y Macri?

R. Las reservas que tengo de Macri es que no está muy claro el tipo de política económica que piensa llevar adelante.

P. ¿Cómo ve el estado de la cultura argentina?

R. En términos amplios, la veo vigorosa. La creatividad de escritores, artistas y músicos es descollante. El otros aspecto que a mí me preocupó en mi gestión, el estímulo a la creatividad cultural del pueblo y sobre todo en términos federales, está a un nivel mucho más bajo que hace unos años. Una cosa es hacer grandes actos públicos en que la gente disfruta, aprende, participa, pero otra cosa es dar elementos a la gente para que pueda desarrollar su propia capacidad cultural. Un elemento que no me gustaría dejar pasar es la pobreza de la campaña electoral. Le voy a poner un solo ejemplo: la asignación universal por hijo. Fue una iniciativa que el Gobierno inicialmente rechazó, dirigida a hijos de personas desempleadas o con empleo precario o con ingresos muy bajos. Es decir, es el testimonio de un fracaso, no de un éxito. No tiene nada de progresista. Yo me acordaba que Nixon, presidente de derecha si los hubo en EE UU, presentó un proyecto de renta anual universal que rechazó el Senado. Reconozco que este Gobierno tomó medidas muy buenas, como la asignación universal por hijo, que como tal no es cuestionable cuando uno está en una situación de crisis. No abogaría por su abolición. Digo lo contrario: la asignación es muy baja, si se compara con los subsidios al transporte y la energía, que benefician en casi un 50% al 20% más rico de la población y en menos de un 8% al 20% más pobre de la población. Estos subsidios son ocho veces superiores a la asignación. Entonces, ¿por qué una oposición no perezosa intelectualmente no ha estado diciendo que está de acuerdo con la asignación pero la va a hacer mejor?