Comed juntos humus y dejad de hacer la guerra

Un restaurante israelí ofrece descuentos si judíos y árabes se sientan a la misma mesa

Vídeo: El País

Si hay algo más compartido por judíos y árabes que el fútbol, sin duda eso es el humus, el paté de garbanzos del que israelíes y palestinos se atribuyen la paternidad, junto con libaneses, egipcios, turcos... El propietario de un restaurante próximo a la ciudad costera de Netanya, al norte de Tel Aviv, ha tenido la idea de ofrecer descuentos del 50%, o de repetir un vez gratis, en las consumiciones del típico plato de Tierra Santa si judíos y árabes comparten la misma mesa, según el portal digital Israel Times.

El chef Kobi Tzafrir ofrece ...

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Si hay algo más compartido por judíos y árabes que el fútbol, sin duda eso es el humus, el paté de garbanzos del que israelíes y palestinos se atribuyen la paternidad, junto con libaneses, egipcios, turcos... El propietario de un restaurante próximo a la ciudad costera de Netanya, al norte de Tel Aviv, ha tenido la idea de ofrecer descuentos del 50%, o de repetir un vez gratis, en las consumiciones del típico plato de Tierra Santa si judíos y árabes comparten la misma mesa, según el portal digital Israel Times.

El chef Kobi Tzafrir ofrece en su restaurante Humus Bar de Kafar Vitkin comida kosher y halal, con aprobación de las autoridades religiosas judías y musulmanas, respectivamente. En su cuenta de Facebook ha lanzado la iniciativa del descuento bajo el lema: "Aquí no hay clientes hebreos ni árabes, solo hay seres humanos árabes, judíos, cristianos...". Todo ello en medio de una ola de violencia que desde el pasado 1 de octubre se ha cobrado la vida de medio centenar de palestinos y de al menos ocho israelíes.

Ya durante la guerra de Gaza, en el verano de 2014, una campaña en las redes sociales animó a la reconciliación compartiendo imágenes de platos de humus, y en 2013 una organización multiconfesional elaboró el documental  Haz humus, no la guerra. En la actual escalada de ataques, organizaciones pacifistas israelíes y palestinas apenas pudieron reunir el pasado fin de semana a unos pocos centenares de manifestantes en una marcha contra la violencia en el centro de Jerusalén.

Los dueños del restaurante árabe-judío Maxim de Haifa, donde en 2003 murieron 19 personas en un atentado suicida perpetrado por una palestina, se quejaban el pasado lunes en el diario Haaretz de que su comedor está prácticamente vacío desde que ha empezado la escalada de violencia. "La gente tiene miedo y prefiere quedarse en casa en vez de venir a tomarse un kebab (brocheta de carne) o un falafel (croqueta). Como esto siga así tendremos que cerrar", aseguraba el cristiano Tony Mattar, socio árabe de Maxim.

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